VICKY EN SEMANA
A propósito de sus compras millonarias, Francia Márquez recordó humillación sentida mientras hubo un concierto de Ricardo Arjona
La hoy vicepresidenta recordó parte de su vida como empleada doméstica, en medio del escándalo por las suntuosas adquisiciones hechas en bienes muebles, ahora que está en el poder.
La vicepresidenta, Francia Márquez, ha sido blanco de críticas en los últimos días por cuenta de los millonarios gastos en los que incurrió la Casa de Nariño. Ella, por su parte, recién se refirió a la controversia. En entrevista con el canal público RTVC, aseguró que si bien hizo algunas solicitudes, hay cosas con las que no está de acuerdo y que nunca pidió. Márquez destacó que uno de los principales requerimientos para su casa de huéspedes fue que las mujeres que ayudan con los servicios generales tuvieran mejores condiciones, ya que ella vivió esas desigualdades cuando se desempeñó en esa labor. “Lo primero que yo fui a mirar en esta casa para definir qué íbamos a solicitar, uno fue la habitación de las mujeres que trabajan aquí. Yo fui empleada del servicio doméstico y para mí era una humillación tener una camita chiquita donde uno no se puede ni voltear”, afirmó Márquez en la entrevista.
En entrevista con Vicky en Semana, el 11 de febrero de 2022, cuando aún no se conocía su futuro político, Márquez contó cómo fue su vida de empleada doméstica y cómo hizo frente a ser madre soltera. En uno de los apartados de la entrevista, contó la humillación que dijo que sintió en el marco de su labor. De acuerdo con la hoy vicepresidenta, cuando quedó embarazada a los 16 años de edad le tocó abandonar el colegio para asumir la responsabilidad maternal. No obstante, confesó por qué no abortó en ese momento. “Tuve muchos motivos para hacerlo pero no lo hice pensando en mi familia, pensando en el qué dirán, en el qué me iban a decir, en si me iban a condenar o me iban a señalar o acusar de ser una asesina de niños; pensé en todo eso. La mayoría de mujeres de este país asumen esas maternidades forzadas, pero esa no debería ser la regla, eso no debería de ser así, deberíamos de tener maternidades consentidas, deseadas, con alegría, con amor y no impuestas”, aseguró Márquez.
Francia Márquez también recordó en Vicky en Semana que cuando quedó embarazada siendo una adolescente sufrió y lloró mucho, ya que luego le tocó ver a su hijo “aguantando hambre”, sin que ella tuviera cómo ofrecerle un alimento. “A mí me tocó ir a trabajar a una casa de familia para poderle dar de comer a mis hijos. Entonces, en una sociedad patriarcal como esta; yo afortunadamente tuve el círculo de mi familia que también me ayudó a criar a mis hijos. Tuve un tío que se convirtió como en el papá para ellos, pero no todas la mujeres tienen esas mismas condiciones, no todas la mujeres tienen una familia extensa, una sociedad que las acobije y acompañe. La crianza no es una tarea fácil”, recalcó Márquez.
Luego recordó aquel capítulo que la marcó. “Le cuento una experiencia que tuve en una de esas casas. Me pagaban 300.000 pesos mensuales y salía cada 15 días, 150.000 pesos quincenales que solo me alcanzaban para comprar jabón, pa’ comprar la leche, para comprar los pañales de mi hijo y para el pasaje de ir y regresar de mi casa. Y un fin de semana había un concierto y una de las hijas del señor, de la señora, quería al concierto. Era de Ricardo Arjona, no me olvido. La boleta le costaba 300.000 pesos, lo que yo me ganaba en un mes trabajando a ella le costaba la boleta para ir a un concierto. Y ese fin de semana, cuando fui a decirle a la señora que necesitaba la plata porque mi hijo se había enfermado, me dijo: ‘No la tengo ahora, pero espere dentro de ocho días y va’. ¡Ah! Y yo le dije: ‘¿Usted no está entendiendo que mi hijo está enfermo, que tengo que irlo a ver y que necesito la plata y que trabajé para eso?’”.
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“Usted no tiene para pagarme a mí, pero usted sí tiene para que su hija vaya a un concierto, al que había ido el día viernes. Me pareció muy doloroso, me pareció que se gasta mucho dinero en cosas banales mientras que hay gente que de verdad necesita que inviertan y en eso no se invierte. Eso es la experiencia en una casa de familia, pero eso es la experiencia de quienes han ostentado el poder. Que se gastan dinero en cosas que no tienen mayor importancia. Pero, mientras tanto, cosas que tienen que ver con la vida, que comprometen la vida de la gente, en eso no se invierte. Esa es mi experiencia en una casa de familia y esa es la experiencia en la política”, agregó.
Ahora, ya desde la otra orilla, como vicepresidenta, insistió en que esas compras que condenó la opinión pública las hizo para bien de las empleadas domésticas de la Casa de Nariño. “Yo no me enfoqué en hacer pedidos de cosas gigantes como dicen; ni tampoco los plumones de la plumas de los gansos, yo soy ambientalista (risas). Lo primero que yo fui a mirar en esta casa fue definir qué íbamos a solicitar: fui a la habitaciones de las mujeres que trabajan aquí (...), para sorpresa mía, encontré la misma cama chiquita. Entonces hice solicitud de tres camas más grandes”, dijo puntualmente Márquez.
La vicepresidenta también contó que, una vez llegaron las camas grandes para las empleadas de servicio, entre lágrimas ellas le dieron las gracias. “Esto en realidad es devolvernos la dignidad. Y de eso nadie habla. Todos hablan del valor, de cuánto cuesta eso, pero no hablan de lo importante de lo que eso significa. Si usted va, los tendidos de ellas son los mismos tendidos que tengo y para mí eso es dignidad”, destacó en RTVC Noticias.
No obstante, manifestó que si bien hay gastos necesarios, el Gobierno no puede tener gastos exorbitantes. “Fue parte de lo que le dije al director; tiene que revisarlo porque la gente tiene razón, no puede ser que tenemos niños con hambre y compramos cosas que, aunque sean necesarias, toca revisar los valores de estas porque no podemos gastar de manera exorbitante”, agregó.