Así celebró Ingrid Betancourt, “como un cumpleaños”, el aniversario de la Operación Jaque que la trajo de regreso a la libertad

Ingrid Betancourt, secuestrada el 23 de febrero de 2002 por las Farc y liberada por las Fuerzas Militares el 2 de julio de 2008, habló con Vicky en SEMANA. Fueron 6 años, cuatro meses y 10 días bajo el plagio cometido por esa guerrilla.

“16 años de la Operación Jaque, 16 años de libertad, 16 años de la operación perfecta, que le dio gloria a nuestro extraordinario Ejército Nacional, que nos puso en alto en el mundo entero sin disparar un solo tiro. Liberación de 15 secuestrados, un golpe a las Farc que permitió que las Farc entendieran que tenían que negociar, entregarse y desmovilizarse si querían tener un futuro político en ese momento”, aseguró.

“Fue una operación de inteligencia militar y para nosotros los secuestrados –hoy estaba hablando con compañeros de secuestro– fue un milagro. Yo lo celebro como un cumpleaños, fue la posibilidad de reinventarme a mí misma”, agregó la exdirigente política. “No solamente fue renacer a la vida, al amor, a estar con lo que uno quiere, sino que también fue la posibilidad de reinventarme. Tuve que pasar muchos años de ayuda psicológica, esa liberación marcó la posibilidad de decir que quería ser la versión de uno misma”, agregó.

“La Operación Jaque fue un encadenamiento perfecto de acontecimientos. Ese día, el Ejército se metió a la selva con un helicóptero pintado, sin armas y un grupo muy pequeño aterrizó en medio de un anillo de 300 guerrilleros armados hasta los dientes. Habrían podido suceder 80 cosas que pusieran en riesgo la operación, pero todo se conjugó para ese resultado extraordinario”, recordó Betancourt en otro apartado que en su momento escribió para SEMANA. “Recuerdo que los comandantes se montaron al helicóptero y a nosotros nos subieron forzados. Todos nos preguntábamos: ¿a dónde nos van a llevar? ¡Diez años más de selva! Aunque nos habían dicho que era una misión humanitaria, nosotros estábamos convencidos de que era un engaño de las Farc”, agregó.

“Sin embargo, de un momento a otro hubo una lucha en pleno vuelo y neutralizaron a los comandantes. A mí me costó mucho trabajo entender lo que pasaba y me demoré en comprender lo que oí: “Somos el Ejército de Colombia. ¡Están libres!”.

La entrevista completa con Ingrid Betancourt:

“La Operación Jaque no solo cambió la vida de nosotros los secuestrados, sino también la del país. Con esa derrota, las Farc tuvieron que replantearse su esquema de guerra y pensar en pasar a lo político. Juan Manuel Santos pudo llegar a ser presidente y se abrió el camino para la paz. Hay que reconocer que acciones como estas llevaron a que pudiéramos construir el proceso de paz”, indicó Betancourt.

“Para mí, Jaque representa todo lo bueno que somos. El sacrificio de unos le dio la posibilidad a todo un pueblo de unirse. Celebramos esa acción porque revelaba la hidalguía del país. Con ella se abrió la posibilidad de que Colombia cambiara su destino. Fue el momento en que comenzamos a enderezar la trayectoria y en vez de estrellarnos contra el iceberg, rectificamos el curso”, aseveró.

Las personas rescatadas en la Operación Jaque:

• Íngrid Betancourt, excandidata presidencial
• Keith Stansell, contratista estadounidense
• Marc Gonsalves, contratista estadounidense
• Thomas Howes, contratista estadounidense
• Juan Carlos Bermeo, capitán del Ejército
• Raimundo Malagón, subteniente del Ejército
• José Ricardo Marulanda Valencia, sargento viceprimero del Ejército
• William Humberto Pérez Medina, cabo primero del Ejército
• Erasmo Romero Rodríguez, sargento segundo del Ejército
• José Miguel Arteaga, cabo primero del Ejército
• Amaón Flórez Pantoja, cabo primero del Ejército
• Julio César Buitrago Cuesta, cabo primero de la Policía.
• Armando Castellanos Gaona, subintendente de la Policía
• Vianey Javier Rodríguez Porras, teniente de la Policía
• John Jairo Durán Tuay, Cabo primero de la Policía

“Ese día el país vivió un momento de felicidad compartido por millones. Una explosión de alegría que solo se siente en momentos de comunión como con la Selección Colombia. No hubo un colombiano que no sintiera algo fuerte, muchos lloraron en las calles y festejaron lo que pasó el 2 de julio de 2008. Fue un momento espiritualmente excepcional porque conectó muchas almas. Todas con la misma felicidad y gratitud”, puntualizó.