Pacho Santos se la juega por la marcha del 26S, dijo que es la primera de muchas protestas: “Tenemos que prepararnos para la batalla, van a ser violentas”

El presidente Gustavo Petro enfrentará la primera movilización ciudadana desde que llegó a la Casa de Nariño, el 7 de agosto de 2022, el próximo 26 de septiembre. Lo que esperan, al menos sus convocantes, es que miles de colombianos salgan a las calles para manifestar su inconformismo frente a la reforma tributaria y el aumento de la gasolina a partir de octubre, entre otras medidas radicales que ha adoptado la nueva administración en su corto periodo de gobierno.

La idea de quienes convocan la movilización es que miles de personas salgan a protestar en Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Popayán, Armenia, Cartagena, Pereira, entre otras ciudades, con un objetivo claro: presionar el retiro o la modificación de la controvertida reforma tributaria que estudia el Congreso y con la que se buscan recaudar unos 25 billones de pesos. De igual manera, la posibilidad de que se decrete un aumento en la gasolina, literalmente, se convirtió en el ‘combustible’ para la marcha, así como una reforma pensional que ya estudia el Gobierno.

Hasta ahora, el gobierno Petro ha dicho que no dará su brazo a torcer. En los últimos días, en reuniones con los partidos que conforman la coalición oficialista, ha quedado claro que no se cederá en el proyecto y la meta es que quede aprobado antes de diciembre. Frente a la gasolina, el propio presidente habló de la necesidad del alza del combustible ante el inmenso hueco fiscal del fondo de estabilización de los precios.

Bajo ese escenario, que es convocado por ciudadanos, no tanto así por algún movimiento político, el exembajador de Colombia en Estados Unidos Francisco Santos se pronunció. “El 26 salgamos, es la primera de muchas protestas que nos va a tocar, algunas van a ser difíciles y violentas. Pero, lo que empieza el 26 es la recuperación de la institucionalidad porque lo que está pasando es que en un mes nos están destruyendo instituciones fundamentales como la policía y el Ejército. Están destruyendo políticas críticas para la libertad, la democracia y para el libre albedrio de los colombianos como es la lucha contra las drogas y están creando una situación de crisis que el presidente quiere crear con su ministro de Defensa, con su ministra de Salud, para radicalizar la agenda y así para que acabemos como acabó Venezuela”, aseguró el exdiplomático.

“Los colombianos de bien tenemos que prepararnos para la batalla que viene, sin dilación, de una. Y Petro dice: ‘Es que ellos son los culpables’. No, el culpable es él porque instigó la violencia cuando estuvo en el monte y después cuando fue político, él es el culpable y él va a tener que responder por la creación de esta nueva guerra civil que está generando y por la creación de nuevos grupos paramilitares”, agregó el exembajador Francisco Santos.

Santos, que calificó de “sarta de pendejadas, de estupideces”, el discurso del presidente Gustavo Petro ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), agregó que este gobierno les está dando más garantías a los actores ilegales que a los legales.

El presidente Petro dijo, ante la lucha contra las drogas, que “destruir la selva, el Amazonas, se convirtió en la consigna que siguen Estados y negociantes. No importa el grito de los científicos bautizando la Selva como uno de los grandes pilares climáticos. Para las relaciones del poder del mundo la selva y sus habitantes son los culpables de la plaga que las azota. A las relaciones de poder las azota la adicción al dinero, a perpetuarse, al petróleo, a la cocaína y a las drogas más duras para poder anestesiarse más.

“Nosotros les servimos para excusar los vacíos y las soledades de su propia sociedad que la llevan a vivir en medio de las burbujas de las drogas. Les ocultamos sus problemas que se niegan a reformar. Mejor es declararle la guerra a la selva, a sus plantas, a sus gentes”, agregó. “Las cuentas bancarias se han vuelto ilimitadas, los dineros guardados de los más poderosos de la tierra ya no podrán siquiera gastarse en el tiempo de los siglos. La tristeza de la existencia que produce esa artificial convocatoria a la competencia, la llenan con ruido y con drogas. La adicción al dinero y al tener tiene otra cara: la adicción a las drogas en las personas que pierden la competencia, en los perdedores de la carrera artificial en que han transformado a la humanidad. La enfermedad de la soledad no se curará con el glifosato sobre las selvas. No es la selva la culpable. La culpable es su sociedad educada en el consumo sin fin, en la confusión estúpida entre consumo y felicidad que permite, eso sí, que los bolsillos del poder se llenen de dinero”, enfatizó.