¿Muerte inmediata o hipoxia progresiva? Expertos analizan en SEMANA los escenarios que rodean la implosión del sumergible Titán

Una tragedia que no pasará al olvido es la que corrió el sumergible Titán, cuando descendió hasta las profundidades del océano para que sus ocupantes observaran los restos del mítico trasatlántico Titanic. Sin embargo, jamás regresó a la superficie.

La esperanza por encontrar con vida a los cinco pasajeros del sumergible de la empresa OceanGate Expeditions se mantuvo hasta el último segundo, sin embargo, no tuvieron un final feliz.

El sumergible habría sufrido una implosión, según confirmaron las autoridades estadounidenses. De hecho, anotaron que las labores de rescate de los cuerpos podrían, incluso, ser imposibles de realizar.

En el espacio de Vicky en Semana, el neurocirujano Remberto Burgos y la exploradora Ángela Posada analizaron la tragedia y explicaron cómo habría ocurrido la muerte de los cincos tripulantes que iban a bordo de Titán.

Para empezar, es importante comprender la motivación que tenían las personas que participaron en la expedición. En palabras de Ángela Posada, “hay que entender la mentalidad del explorador”.

“El explorador quiere ir, quiere investigar, quiere conocer. Una cosa es explorar por aventura, pero otra cosa es explorar para la ciencia, entonces, los humanos tenemos engranado en nuestros genes ese deseo de conocer. Algunos lo tenemos más evidente que otros, pero, en general, queremos ver lo que no entendemos”, expuso.

La hipótesis inicial apunta a que el sumergible Titán implosionó. “Esto quiere decir que el casco, la parte donde estaban resguardados los tripulantes, cedió por una pequeña filtración. Así sea una molécula de agua que se haya filtrado, eso hace que el casco pierda integridad y se implosione; es lo contrario de una explosión”, explicó Posada.

“La presión del agua allá abajo es de más o menos 375 atmósferas o 5.600 libras de presión por pulgada cuadrada, empujando cada centímetro de este aparato. Entonces, la implosión sucedió en una décima de milisegundo. Es confortante saber que ellos no sintieron nada y sucedió muy probablemente en el mismo momento en que perdieron las comunicaciones con la superficie, es decir, a la hora y 45 minutos de inmersión, el domingo (18 de junio)”, agregó la exploradora y periodista científica.

Sin embargo, el neurocirujano Remberto Burgos relacionó otro posible escenario bajo el cual pudieron haber fallecido los pasajeros que iban a bordo del sumergible Titán.

“Uno de los nutrientes más importantes para el cuerpo humano es el oxígeno, la glucosa que canaliza el oxígeno es fundamental y el cerebro no tiene reserva. Entonces, va a necesitar del oxígeno en forma permanente”, precisó el experto en su introducción.

En esa línea, sostuvo que, cuando el oxígeno no llega al cerebro, transcurren aproximadamente 30 segundos para que inicien las manifestaciones neurológicas. El pronóstico se complica después de cuatro minutos, cuando las células comienzan a fallecer progresivamente.

“El término médico es la hipoxia, lo cual lleva a la muerte celular, el metabolismo aeróbico se va y el cerebro comienza a perder funciones de una forma escalonada, dependiendo del sitio y el estado premórbido de la persona. La hipoxia es algo absolutamente letal y después de cuatro minutos ya hay secuelas dentro del sistema nervioso central”, reseñó el médico en el espacio de Vicky en Semana.

Ahora bien, los expertos coincidieron en que es incierto determinan a ciencia cierta cómo murieron los tripulantes del Titán.

“Una implosión en donde se suspende el oxígeno en forma súbita es una cosa que pudo haber ocurrido, pero lo que sabemos de la hipoxia cerebral es que es una muerte lenta, sostenida y progresiva”, agregó el doctor Burgos.

La exploradora Ángela Posada explicó que se trata de dos escenarios diferentes, aunque plausibles. “Un escenario es que el aparato se enredó en los cables, ellos quedaron vivos y empezaron esta agonía. El otro escenario es que hubo una implosión inmediata. Cuando esto ocurre, te mueres instantáneamente”, concluyó.