NACIÓN
“Necesito ver los ojos aguados de ustedes”: Ingrid Betancourt a Pastor Alape
La excandidata les recordó a las Farc cómo asesinaron sin piedad al exgobernador Gilberto Echeverry, a pesar de que él -arrodillado- les pidió por su vida.
Ingrid Betancourt estremeció al país con su discurso ante la Comisión de la Verdad. Luego de una mañana agridulce en la que los miembros de las Farc, salvo Rodrigo Londoño, evitaron pedir perdón y reconocer su responsabilidad frente al secuestro, la excandidata –que estuvo siete años en poder de esa guerrilla– increpó uno por uno a quienes habían hablado.
“Me sorprende que del otro lado no haya una sola lágrima”, dijo Ingrid Betancourt frente a la falta de arrepentimiento de las Farc por ese crimen. Uno de los antiguos líderes de las Farc a los que le habló más duro fue a Pastor Alape. “Escuché que en su infancia sufrió de la ausencia de su madre.... Después de todo lo que ha pasado, ¿puede usted sentir la ausencia que les causó a nuestros hijos?, le preguntó Ingrid.
Tras su rescate de Betancourt, el 2 de julio de 2008 en la exitosa operación Jaque, Íngrid renunció a las aspiraciones políticas que en algún momento cultivó. Se radicó en Francia, país del que adquirió la nacionalidad por su primer matrimonio. Aunque se ha mantenido al margen de la situación política y social, no es ajena a cuanto sucede en el país que alguna vez quiso gobernar.
Esta semana, Íngrid Betancourt aterrizó en Bogotá para reunirse con diferentes líderes de sectores sociales, políticos y empresariales, con el fin de buscar salidas a la crisis que atraviesa Colombia.
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Ingrid habló de ese dolor que produjeron todas las madres y padres que les fueron arrebatados a sus hijos. Mencionó al exgobernador Gilberto Echeverry, un aliado para la paz, y le preguntó a Pastor Alape si él lo entendía como su par, por qué las Farc lo asesinaron de manera tan vil.
Betancourt contó un momento muy dramático que vivió durante el secuestro. “Cuando yo estaba en cautiverio y oí por la radio a quienes habían sobrevivido a la matanza de Urrao contar que Gilberto Echeverry se había arrodillado y le había suplicado de rodillas que no lo matara... Esa imagen me obsesionó durante años. Tuve pesadillas”, narró.
Ingrid habló de todas las víctimas de la guerra como sus hermanos de dolor y aseguró que todos necesitan escuchar un arrepentimiento más genuino. “Usted habló de la ceguera y de la sordera que produce la guerra, pero ya no estamos en la guerra”, le dijo a Alape. “Usted habló de la violencia de las palabras, pero yo le quiero hablar de la sanación de las palabras”, agregó.
La excandidata contó un episodio conmovedor que tuvo en una de las tantas veces que intentó fugarse del secuestro. “Alguna vez me robé un machete y me volé, a los días me recapturaron y me castigaron. Llegó el muchacho enfurecido a decirme: “Ingrid, yo había confiado en usted”. Yo lo miré y le dije: usted confío en mí y ¿yo acaso puedo confiar en usted, si el día que le den la orden de matarme no lo hará? El muchacho se fue con los ojos aguados y yo necesito ver los ojos aguados de ustedes”, replicó.