Vicky en Semana
“No me gusta la demagogia”: Alejandro Gaviria expone por qué apoya a Petro y no a Rodolfo Hernández
El exministro de Salud habló en ‘Vicky en SEMANA’, explicando cuáles son las razones por las cuales se decidió por apoyar a Gustavo Petro por sobre Hernández, a quien considera “autoritario”.
“Gracias, Alejandro Gaviria, por tu apoyo. Conformaremos el mejor equipo económico para sacar a Colombia de la crisis y lograr su mejor y más alta prosperidad”, escribió el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, el pasado 2 de junio luego de conocerse que el exministro de Salud del gobierno de Juan Manuel Santos, Alejandro Gaviria, se uniría a su campaña de cara a la segunda vuelta presidencial contra Rodolfo Hernández.
De acuerdo con Gaviria, “con salvedades y preocupaciones en algunos temas, Gustavo Petro representa la opción de cambio más responsable, institucional y liberal. Los riesgos de un rompimiento institucional, sobre todo con el Congreso, pero también con las cortes, son mayores con Rodolfo Hernández”.
Para hablar de este tema y entrar en detalles sobre por qué Petro es mejor opción que Hernández para ser sucesor de Iván Duque, Gaviria aceptó la invitación al programa de este 3 de junio de Vicky en SEMANA.
“He recibido críticas, también respaldos. El centro político tiene esas características, que a veces es heterogéneo; es plural”, indicó Gaviria, quien dijo que entre sus propuestas estaba anunciar el apoyo a Petro en conjunto con el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus, pero finalmente lo hicieron individualmente.
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El exministro manifestó también que afirmar que todos los políticos son corruptos es un “peligro para la democracia (…) es un pensamiento demagógico”, por lo que Rodolfo Hernández puede ser, precisamente, una mayor amenaza a la democracia colombiana, por sobre Petro.
“A mí me gustan las propuestas” y para Gaviria, Hernández no las tiene.
Asimismo, dijo que uno de los detalles que lo llevó a escoger a Gustavo Petro como la opción para la Presidencia es, precisamente, lo que los une como economistas. Frente a esto, alabó el hecho de que el líder de la izquierda colombiana cesara a su idea de generar billetes para mejorar la economía colombiana, asegurando que “Colombia no necesita esto”.
También habló de la propuesta pensional de Petro, expresando que comparte la idea de poder ayudar con medio salario mínimo a los adultos mayores que no pudieron pensionarse, además del sistema de pilares que une los regímenes públicos y privados para tener una pensión con el Estado y un ahorro para aquellos que puedan dejar parte de su salario en los fondos privados.
“Yo creo que se puede llegar a un acuerdo razonable con una reforma de sistema de pensiones, que es necesaria”, añadió Gaviria.
Volviendo a las críticas a Hernández indicó que aunque no lo ve como un posible dictador, sí tiene “un talante autoritario” que podría causar una crisis en Colombia, ya que llega, además, con decisiones populistas como las de eliminar algunas consejerías de la Presidencia y de ceder la Casa de Nariño a un museo de arte para ahorrar dinero en Colombia.
“Eso no soluciona el problema fiscal. Si el tema es de 1 a 100, eso solo soluciona un 0,5 % (…) y es demagogia”, agregó.
Criticó también quitar los cuerpos de seguridad a los congresistas del país, manifestando que “en Colombia aún hay problemas de seguridad (…) Donde maten a un senador, ¿cómo queda el Presidente ante el mundo?”.
Por último, habló sobre las relaciones políticas de Petro, ya que hay algunos de sus ‘amigos’ que no suman nada a su campaña, aunque dijo que esta situación se repite también en la campaña de Rodolfo Hernández, especialmente ahorita en la segunda vuelta.
“Cuando yo digo: ‘voy a apoyar a Gustavo Petro, eso no significa que yo estoy de acuerdo con todas las alianzas, con todo lo que es el Pacto Histórico, con todas las fuerzas políticas que hay allí”; no obstante, estos pensamientos diametrales no le impiden ver a Petro como una buena opción a la Presidencia ni tampoco lo llevan a odiar a las personas con las que no comparte los ideales.
Por eso envío un mensaje final: “no vale la pena romper amistades por política (…) podemos pensar distinto, pero eso no significa que seamos perversos moralmente, solo pensamos diferente”.