VICKY EN SEMANA
SEMANA revela los impactantes audios que cruzó Armando Benedetti con Laura Sarabia
El exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, le dijo de todo a Laura Sarabia, exjefa de gabinete el gobierno Petro. Aquí los escandalosos audios que provocaron un terremoto político en el país.
El gobierno del presidente Gustavo Petro afronta una delicada situación a causa de los audios revelados en exclusiva por SEMANA. En el material sonoro se escucha al exembajador de Colombia en Venezuela sosteniendo una acalorada discusión, vía chat, con Laura Sarabia, entonces jefa de gabinete.
Con base en lo escuchado, queda la evidencia que Benedetti es una pieza clave para establecer cómo se financió la campaña presidencial de Petro, en 2022. Estas pruebas difieren de lo que el exdiplomático le dijo al portal Cambio, en que aseguró que no había “nada irregular” sobre lo que fue la contienda.
Este es el análisis en Vicky en SEMANA de los explosivos audios de Armando Benedetti:
“Nos caemos todos, hijue...”
En lo que se escucha en los audios, Benedetti es consciente de todo lo que sabe y se lo enrostra permanentemente a Sarabia, quien fue su aliada, su subalterna y, al final, terminó convertida en su peor enemiga.
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Todo explotó porque Benedetti pidió una cita con el presidente Petro, en la Casa de Nariño, y lo dejaron tres horas plantado, según su relato. Él se sintió humillado y le reclamó con dureza a Sarabia.
“Lo que te estoy diciendo, Laura, es que ese tratamiento (...). Y ayer el presidente: ‘No, no, es que tengo afán’. Ajá, maric..., yo hice cien reuniones (...), 15.000 millones de pesos, es más, si no es por mí, no ganan. Entonces, así sea de hipócrita, uno va y recibe a la gente, pero el tratamiento que tú y el presidente me dieron ayer, marica, yo no sé; además, lo que te voy a decir no es una amenaza (...), veo que esto me puede empu..., pateo hijue..., y ahí nos caemos todos hijue...”, le dijo Benedetti a Sarabia.
La conversación, rápidamente, se transformó en una cruda pelea. “Perdón, Laura, pero es que uno también explota, es que se pasan de calidad, yo fui el que organicé todos los votos, hijue..., en la Costa, todos, hijue..., sin que pusieran un peso y además esa plata se fue para el Pacífico. ¿Quién ve eso ahora? Nada. ¿O qué quieren que diga, hijue..., quién fue el que puso la plata? No me jodan la hijue... vida, no me jodan la vida, porque lo que pasó ayer y antier [fue] una mier... Laura, de parte tuya y de parte del presidente”.
Benedetti le hizo una advertencia: “Prepárense porque yo en cualquier momento reclamo mi espacio político y no lo hagan para que vean, y si creen que es una amenaza, es una amenaza y si quieres grabarlo, grábalo, exploto porque ayer ustedes me maltrataron como una mier... y eso no se le hace a Benedetti”.
Dolido, el hoy exembajador le dejó claro a Sarabia que no estaba jugando y se preocupó por advertirle que no era una amenaza.
“Era como tratando de enrostrarme ‘tú no vales verga’, pero yo no entiendo tú de dónde sacas eso y no es una amenaza (…), no sé. Con tanta mier... que yo sé, pues nos jodemos todos, sí, ustedes me joden a mí, yo los jodo a ustedes, pero se caen las Torres Gemelas. (…) A Osama Bin Laden, cuando tumbó las Torres Gemelas, le importaba una mondá la imagen y si lo iban a matar o no lo iban a matar, pero tumbó las Torres Gemelas”, señala Benedetti, en uno de los apartes más candentes conocidos por SEMANA.
“Al tigre hay que dejarle una salida”
Benedetti estaba cansado en Venezuela y tenía la esperanza de volver a Bogotá luego de las conversaciones que había tenido con el presidente Petro y las promesas que le había hecho para regresar, y mucho más con los cambios en el gabinete.
“Laura, tú me conoces a mí. [Mira] el cuento del tigre, al tigre hay que dejarle una salida porque, si no, se tira encima de las personas. Y tú sabes que yo soy tigre que, sin salida, de pronto me tiro encima de las personas”, le subraya Benedetti a Sarabia.
El entonces embajador contó que salió llorando de la cita en Palacio. “Yo te lo juro que ayer, cuando salí de Palacio, me fui llorando, me fui con el ojo (…), no hay derecho a que tú, tú, tú, olvídate de Petro, Petro puede ser un hijue..., y es hijue... y lo conocimos hace un año, que entre otras cosas tú no querías que lo apoyáramos”.
Además, expresó su molestia porque se sentía relegado, mientras Sarabia concentraba todo el poder al ser la sombra del presidente Petro.
“Yo no entiendo, supongamos que [Petro] ya no me quiere, que me odia, eche, hay otras cosas que debe rescatar de mí, juep... Yo trabajé en la put... campaña, hice lo demás, hice lo otro, ¿cómo así que no? ¿Tú me has pedido, me has hecho un favor? ¿Yo he nombrado un portero? (…) ¿Tú me has pedido una hoja de vida de algo, de bacán, de amistad? No (...). Nadie me deja tirado tres horas ahí, un man que hizo cien reuniones en una campaña política, un man que consiguió 15.000 millones, y ahora… que busqué toda la plata y tú lo sabes más que nadie, pa’ que se fueran a los hoteles, para que se viniera para acá y todo lo demás”.
Benedetti estaba indignado y le decía a Sarabia que el presidente le debía su triunfo en las urnas. Durante la campaña, la sombra del candidato Petro era, sin duda, el exsenador Benedetti. Le organizaba la agenda, le hacía cumplir sus citas en los medios y hasta le administraba su vida con tal de que cumpliera con todos los actos.
“Nadie, ni Petro, trabajó más que yo en esa hijue... campaña. Si no hubiera sido por mí, no ganan, hijue..., no gana nunca. Pa’ que me dé ese tratamiento: ‘Tengo que ir a grabar’, no sé qué mondá y tú empu... y la gente, nada, ‘¿qué hace usted aquí?’. ¿Qué es eso, Laura?”, le dice Benedetti.