VICKY EN SEMANA
“Tal vez hubiese sido él”: María José Pizarro destaca que su padre, Carlos Pizarro, hubiera podido ser presidente
La senadora habló con Vicky en Semana tras protagonizar uno de los momentos más emotivos y simbólicos el día de la posesión del presidente Gustavo Petro.
Durante la ceremonia de posesión realizada el pasado domingo 7 de agosto, un gesto simbólico tuvo lugar en uno de los momentos más importantes del evento: la imposición de la banda presidencial.
Tras el juramento del nuevo mandatario, el presidente del Senado, Roy Barreras, invitó a María José Pizarro, hija del excomandante del M-19 Carlos Pizarro, a que le pusiera la banda presidencial a Gustavo Petro. Ante dicho gesto, la congresista no aguantó la emoción y rompió en llanto en medio de este simbólico acto.
En entrevista con Vicky en Semana, la senadora María José Pizarro destacó que esta experiencia fue uno de los instantes más memorables de su vida. Así mismo, profundizó en todo el trasfondo que ese acontecimiento tuvo, recogiendo la historia del M-19 y el significado de la espada de Bolívar, otra de las protagonistas durante la posesión de Gustavo Petro.
“Yo he sido parte civil en el caso por el asesinato de mi padre. Llevo más de 15 años luchando contra la impunidad por este magnicidio. Hemos tenido logros y retrocesos importantes (...). Ser la hija de mi padre no ha sido solamente un privilegio, sino también ha sido una lucha inmensa”, señaló María José Pizarro.
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Carlos Pizarro fue el comandante máximo del Movimiento 19 de abril (M-19), aquella organización guerrillera que surgió después de las irregularidades en las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970, cuando el oficialista del Frente Nacional Misael Pastrana Borrero resultó vencedor sobre el general Gustavo Rojas Pinilla.
Durante cerca de dos décadas, el M-19 se perfiló como una guerrilla urbana y participó en hechos históricos como la toma del Palacio de Justicia, en 1985, o el robo de la espada del Libertador Simón Bolívar, en 1974. Fue el 9 de marzo de 1990 cuando, precisamente Carlos Pizarro, firmó un acuerdo de paz con el presidente liberal Virgilio Barco Vargas, sin embargo, el 26 de abril de ese mismo año, fue asesinado en un vuelo cuando iba rumbo a Barranquilla en el marco de su campaña presidencial.
La extensa historia del M-19, de la cual hizo parte el hoy presidente de los colombianos, Gustavo Petro, así como el legado de quien fuera su máximo dirigente, Carlos Pizarro, estuvieron presentes durante el emblemático momento en que María José Pizarro le impuso la banda presidencial.
“En ese momento sentí que pasaba la historia por mis manos. Que, tal vez, mi padre hubiera podido estar en este exacto lugar (...). Tal vez, hace 32 años, hubiese sido él investido como presidente, y lo asesinaron. Hemos tenido que esperar muchísimos años para que posiciones políticas, sueños de país, puedan ser una realidad. El domingo fue ese momento, entonces, sentí una emoción contenida por 32 años”, manifestó María José Pizarro en Vicky en Semana.
El significado de la espada de Bolívar
Otro hecho simbólico que marcó la posesión de Gustavo Petro como presidente de la República fue su primera orden oficial: traer al escenario la espada de Bolívar, la misma emblemática arma que el M-19 había robado en 1974.
“La espada de Bolívar fue, como dirían los militantes del M-19, ‘recuperada’ ―o robada, según quien cuente la historia― de la Quinta de Bolívar, en enero de 1974. Yo nací unos años después y crecí en medio de estas historias, en el sentido bueno, pero también en el más doloroso”, recordó la congresista, destacando las rectificaciones de las que hablaba su padre, Carlos Pizarro, cuando era candidato presidencial.
“La espada de Bolívar tiene un significado especial, en lo personal y en lo colectivo, porque fue el símbolo del M-19. Cuando, en 1991, los niños y las niñas del M-19 regresamos la espada de Bolívar, no entendíamos lo que estábamos haciendo. Cuando salí de la Quinta de Bolívar, tenía 12 años y vi a los militantes llorando. No entendía. Por supuesto, quien entrega su símbolo está condenado a desaparecer”, narró Pizarro.
Durante los últimos años, la senadora cuenta que se ha dedicado a hacer reflexiones que considera necesarias, sin generar idolatrías, sino buscando ser críticos y constructivos para poder construir canales de reconciliación.
“Carlos Pizarro firmó la paz el 9 de marzo de 1990, inició una campaña presidencial maratónica. 47 días después fue asesinado (...). Un año después se da la Constitución de 1991 y los hijos e hijas del M-19 regresamos la espada. 32 años después, los colombianos volvieron a ver la espada de Bolívar”, expuso la senadora en Vicky en Semana.
Para cerrar el tema referente a la espada, María José Pizarro expresó sus deseos para que esta importante y emblemática pieza histórica pueda estar en un lugar público.
Su respuesta al trino de Gustavo Bolívar
A través de su cuenta de Twitter, el senador Gustavo Bolívar publicó un mensaje en el que aplaudió el gesto de Roy Barreras de ceder la imposición de la banda presidencial a María José Pizarro. Sin embargo, anotó que el excomandante del M-19 tuvo dos hijas, y esta otra persona también estaba presente en el acto de posesión.
“Me gustó el gesto de Roy de ceder la imposición de la banda presidencial a una de las hijas de Pizarro. Pero el comandante tuvo dos hijas y estaban presentes. Más lindo si pasan ambas”, expresó el congresista.
La publicación estuvo acompañada de una imagen en la que aparecen Gustavo Bolívar y la representante a la Cámara por el Pacto Histórico, María del Mar Pizarro, también hija de Carlos Pizarro.
Al respecto, María José Pizarro respondió que, en primer lugar, no son solo dos hijas, sino que son cuatro hijos en total. “Si hubiese sido planeado, creo que habían tenido que venir todos”, comentó.
En ese sentido, la senadora dijo que no cree que el reconocimiento haya sido por el simple hecho de ser la hija de Carlos Pizarro. “De todos los hijos de mi padre, yo he sido la que llevo 20 años reivindicando su memoria y luchas. Tengo el archivo más grande, he hecho exposiciones, documentales, libros, actos colectivos de memoria. Ha sido un trabajo inmensamente grande”, concluyó María José Pizarro.