ENTREVISTA
“Siguen existiendo ´casas de pique´ en Buenaventura”: monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo del puerto
El obispo de la ciudad portuaria más importante sobre el Pacífico hizo una cruda radiografía de la violencia que la azota, los descuartizamientos, las fronteras invisibles y el desplazamiento urbano por cuenta de la guerra mafiosa.
SEMANA: ¿Todo indica que la violencia se enquistó en el puerto?
Rubén Darío Jaramillo Montoya: “Yo llevo dos años en Buenaventura. Solo el 11 de junio encontraron dos cuerpos en el puente de El Piñal, uno desmembrado y otro con signos de tortura y martirizado”.
SEMANA: ¿Eso quiere decir que persisten las temidas casas de pique en Buenaventura?
R.D.J.M.: “No es porque lo digamos como iglesia, es que lo vemos en las noticias; siguen existiendo casas de pique en Buenaventura”.
SEMANA: ¿Y por qué ya no son tan visibles como en el pasado?
R.D.J.M.: “Siempre han sido visibles, siempre han pasado; lo que pasa es que todo tiene su momento y hubo uno en el que monseñor Héctor Epalza (obispo anterior) logró hacer que fuera escuchado y que tuviera resonancia a nivel nacional, con todas las implicaciones que eso trajo”.
En contexto: Reaparece el temor de las casas de pique en Buenaventura
SEMANA: ¿Qué tan grave sigue siendo el fenómeno de violencia en la ciudad?
R.D.J.M.: “Llevamos 54 muertes violentas en lo corrido del año, pero son muchas las personas que desaparecen. Es que aquí no se denuncia; el problema es que todavía no hay una cultura de denuncia porque hay miedo; tenemos una sociedad con miedo de denunciar. La comunidad me pidió adelantar las misas para las 6:00 de la tarde porque temen que los coja el temible toque de queda ilegal. Denuncian que hay hombres motorizados y con fusiles, recorriendo los barrios”.
"La comunidad me pidió adelantar las misas para las 6:00 pm porque temen que los coja el temible toque de queda ilegal. Denuncian que hay hombres motorizados y con fusiles, recorriendo los barrios”, obispo de Buenaventura.
SEMANA: ¿Eso lo denunciaron?
R.D.J.M.: “No hay confianza en las autoridades, lo que lleva a que las personas se queden calladas, porque saben que las amenazas están a la hora del día. Esto hace que el violento sienta que tiene el poder. De hecho, muchos barrios están confinados y hay hechos muy preocupante. Los cuerpos de las personas descuartizadas en bolsas son la punta de un iceberg de un fenómeno más grande”.
SEMANA: Antes, la guerra criminal era entre Rastrojos y Urabeños, hoy son La Empresa y La Local; osea las mismas bandas con otro nombre….
R.D.J.M.: “Es que la estructura no ha cambiado. Cambian los líderes, las cabezas, pero el sistema, la forma como perciben recursos ilegales, a través de la extorsión o el robo se mantiene. Detrás de todo está el narcotráfico, que hace que este territorio, por tener una salida al mar y por tener una economía tan grande que se mueve por todo el Pacífico colombiano, sea un punto importantísimo para la economía ilegal”.
SEMANA: ¿Por qué no ha mejorado?
R.D.J.M.: “No mejora porque hay que unir muchas voluntades. Esto no lo resuelve el Ejército ni la Policía ni el Distrito, ni el Gobierno Nacional, ni los ciudadanos, ni los líderes, ni las organizaciones, ni las fundaciones. Si todos no estamos unidos, habrá aberturas por las que se sigue minando la ciudad”.
SEMANA: ¿Y qué es lo que tanto valoran los criminales de esta ciudad?
R.D.J.M.: “Porque ofrece posibilidades con tantos esteros (acceso al mar), con tantos lugares de llegada. En la sola ciudad las lanchas pueden llegar a más de 150 sitios distintos, ¿quién controla esto? Osea, por cada lugar puede llegar una lancha con armas y es imposible tener policía y ejército en cada metro, porque tiene tantas entradas el mar aquí en esta bahía, entonces ofrece tantas posibilidades para el delincuente; para el bandido todo le sirve”.
"En la sola ciudad las lanchas pueden llegar a más de 150 sitios distintos, ¿quién controla esto? Osea por cada lugar puede llegar una lancha con armas y es imposible tener policía y ejército en cada metro, porque tiene tantas entradas el mar aquí en esta bahía, entonces ofrece tantas posibilidades para el delincuente; para el bandido todo le sirve”, obispo Jaramillo.
SEMANA: ¿Qué denuncia la comunidad sobre esa nueva dinámica criminal?
R.D.J.M.: “La comunidad manifiesta, por ejemplo, que desplazan una familia, la casa queda vacía y la toman los delincuentes para guardar armas, para hacer ajusticiamientos entre bandas y para llevar allí a las personas que no pagan extorsión. Entonces, las personas que están cercanas las amenazan y se tienen que ir a otro barrio, porque la gente es pobre y no alcanza a irse a otra ciudad. Ese movimiento intraurbano no se registra como desplazado. El desplazamiento interno no llega al conocimiento del Estado y por lo tanto las personas terminan cumpliendo una ley que se llama el silencio; es mejor callar, porque si mataron a un hermano, pueden matar a las hijas, los tíos, abuelos, entonces más bien nos callamos”.
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SEMANA: ¿Osea que nunca cesaron los descuartizamientos en las temidas ‘casas de pique‘?
R.D.J.M.: “Nosotros, y las autoridades lo saben, tenemos conocimiento de que se siguen presentando, incluso hay nuevas modalidades que hacen que los cuerpos de las personas ni siquiera aparezcan”.
SEMANA: ¿Cómo cuáles?
R.D.J.M.: “Antes, cuando descuartizaban a la gente, tiraban el cuerpo al mar para que se desapareciera. Finalmente aparecía una cabeza, una mano, un tronco flotando en la orilla y los pesqueros las encontraban. Ahora, lo llevan a las zonas rurales y los entierran. Otro punto es que a los cuerpos les meten baldes con cemento, y van y los tiran al mar abierto”.
SEMANA: ¿Pero hay registros de esos desaparecidos?
R.D.J.M.: “Le preguntamos a la Personería cuántos desaparecidos hay en Buenaventura y dijeron: ‘nosotros no tenemos registros de desaparecidos‘. Es que no hay registros porque la gente no denuncia. Entonces si yo no denuncio un desaparecido, el descuartizado nunca va a ser visibilizado”.
“Por ejemplo, la comunidad manifiesta que desplazan una familia, la casa queda vacía y la toman los delincuentes para guardar armas, para hacer ajusticiamientos entre bandas y para llevar allí a las personas que no pagan extorsión", monseñor Jaramillo.
SEMANA: ¿Hay grandes capos de la mafia en Buenaventura?
R.D.J.M.: “No, las órdenes las dan desde afuera y aquí hay unos que cumplen unas órdenes de otros más grandes. Es una cadena que simplemente, cuando cae o cogen uno, ponen a otro que lo reemplaza. Pero estamos, incluso, ante un nuevo fenómeno y es que los grandes capos ya no mandan en las calles, en cada calle hay un capito, digamos, en cada barrio hay uno que manda. Ahora estamos llenos de cientos de pequeños capos, pero que toman decisiones en sus sectores, afectando a la comunidad”.
SEMANA: En el pasado era el narcotráfico, ahora es el microtráfico…
R.D.J.M.: “Si, y en ese mismo contexto podemos hablar de la microviolencia, las microfinanzas ilegales en cada sector de la ciudad”.
SEMANA: ¿Qué hacer entonces?
R.D.J.M.: “Tiene que ser una decisión de todos. El Estado completo, la ciudadanía; pero antes el Gobierno tiene que generar confianza, crear una estrategia nueva, distinta, con la que la ciudadanía pueda expresar. La ciudadanía quiere decir las cosas, saben dónde se están cometiendo los crímenes, por dónde están entrando las armas, pero tienen miedo y pavor de decirlo”.
SEMANA: A propósito, ¿en qué van los compromisos adquiridos por el Gobierno, tras el paro Cívico?
R.D.J.M.: “Eso es una lucha. Así como el Paro Cívico fue una lucha de un pueblo por ser reconocido y ser escuchado, ahora es una lucha para que cumplan todos los compromisos. Se está trabajando con las mesas y el Gobierno Nacional está atendiendo, pero les decimos: no es el Gobierno el que tiene que solucionarnos, tenemos que ponernos todos de esa mano del Estado”.
SEMANA: ¿Cómo se logra eso?
R.D.J.M.: “Hay que tenerle una mano al Estado, la comunidad, las demás organizaciones que quieren sacar adelante el Distrito, pero también a la empresa privada; necesitamos que la empresa privada se meta a Buenaventura a generar empleo formal, pero necesitamos las estrategias y las condiciones normales de leyes, para que se genere confianza para que este Distrito pueda brindarle agua y energía constantemente, vías y seguridad jurídica”.
SEMANA: Buenaventura acaba de padecer un crimen desgarrador; una niña de 10 años fue violada y estrangulada por su tío…
R.D.J.M.: “Esos delitos son muy comunes aquí; este caso tocó las fibras por las circunstancias como sucedió, pero violaciones a menores de edad es muy alto el número. Aquí se viola mucho a los niños ¿Por qué? Porque los menores están sin sus padres, sin un responsable, a veces en situaciones de vulnerabilidad porque no hay familia”.
SEMANA: Pareciera que no se ha encontrado la raíz del problema…
R.D.J.M.: “Tenemos que llegar a la raíz del problema y lo hemos dicho: primero alejamiento de Dios; ver al otro como algo sagrado, la sacrilidad de la vida. Lo que pasa es que ya no nos interesa nada, sino el poder económico, el poder comercial, el poder político y el poder de las armas, que en el fondo es el que manda”.
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SEMANA: ¿Hoy existe ese abismo entre la riqueza del puerto y la pobreza de la ciudad?
R.D.J.M.: “La ciudad es un puerto y en este puerto hay cinco terminales marítimas, son las que generan la riqueza y que le giran al Distrito 45.000 millones de pesos al año; con eso se construirían muchos colegios. Además, la ciudad recibe el 15 por ciento de las utilidades que genera ese puerto; entonces estamos hablando de una economía importante y que los gobernantes tienen que volverlo en obras sociales concretas. La sociedad portuaria tiene una fundación que está construyendo un megacolegio y apoyan a muchas otras fundaciones de la ciudad; osea se hacen cosas, pero estamos desarticulados, cada uno haciendo su pedacito”.
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SEMANA: Le dieron palo en redes sociales por su anuncio de bendecir a la ciudad desde un helicóptero de la Armada…
R.D.J.M.: “Siempre bendecimos y ¿qué es una bendición? es desearle el bien a alguien y en esta ocasión será desde el cielo, para que llueva agua bendita y nos lleguen las bendiciones, para ver si con esto ayudamos a que los corazones se desarmen. No es un hecho aislado, sino que hace parte de un programa con la Armada que se llama ´Buenaventura siembra esperanza´. Fue la misma comunidad la que nos pidió bendecir a toda la ciudad y la única manera sería desde el aire y hay que aclarar que sería un acto simbólico. Pero eso piensa la gente cuando cree que lo más importante es la plata y por eso les preocupa el combustible que se gaste el helicóptero”.
SEMANA: ¿El puerto está listo para las elecciones de octubre próximo?
R.D.J.M.: “Que las supervigilen. Ahí está jugándose mucho el futuro de Buenaventura. Si el Gobierno crea los mecanismos para que no se vayan a robar las elecciones los que quieren que esto siga igual, sería de gran ayuda”.