MEDIOAMBIENTE
Cambio climático, la gran amenaza que se cierne sobre los océanos
En el Día Metererológico Mundial, la ONU advierte que estos ecosistemas están más amenazados que nunca y que su nivel podría aumentar incluso más de un metros si no se reducen las emisiones generadas por los gases de efecto invernadero.
El cambio climático les está pasando una costosa factura a estos ecosistemas, advirtieron expertos en metereología de la Organización de Naciones Unidas, quienes recordaron que el alza en la temperatura de los mares fue precisamente la que motivó el desarrollo de huracanes en el Atlántico e intensos ciclones tropicales en los océanos Índico y Pacífico Sur el año pasado, una condición que se puede seguir presentando si el calor incrementa.
En el Día Meteorológico Mundial, la agencia de las Naciones Unidas especializada en esa ciencia llamó la atención sobre las amenazas que supone en el largo plazo el incremento en los niveles del mar.
“Aproximadamente el 40 % de la población mundial vive a menos de cien kilómetros de la costa. Existe una necesidad urgente de proteger a las comunidades de los peligros costeros, como las olas, las marejadas ciclónicas y el aumento del nivel del mar mediante sistemas de alerta y predicción de peligros múltiples”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Para el funcionario, es imperativo reinstaurar los servicios de alerta temprana y monitoreo que salvan vidas y que fueron interrumpidos debido a la emergencia generada por la pandemia. En su concepto, es clave para proteger a las comunidades costeras en riesgo, así como el transporte marítimo.
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Importancia económica
Las alarmas en torno a lo que el cambio climático genera en los océanos, también está relacionado con la relevancia que tienen en materia económica. Según la OMM, la “economía azul” oscila entre US$3.000 y US$6.000 millones al año, lo que representa más de las tres cuartas partes del comercio mundial y proporciona medios de vida a más de 6.000 millones de personas.
Lo grave, según este organismo multilateral, es que a pesar de su importancia económica, en los océanos se pierden cada año millones de dólares en bienes y cientos de vidas a causa de condiciones climáticas extremas como fuertes vientos, olas grandes, niebla, tormentas eléctricas y hasta el hielo marino.
La OMM describe al océano como “el termostato de la Tierra”, que absorbe y transforma una parte significativa de la radiación solar y proporciona calor y vapor de agua a la atmósfera.
Los océanos absorben más del 90 % del exceso de calor atmosférico atrapado por los gases de efecto invernadero, lo que ha tenido un costo elevado ya que el calentamiento y los cambios en la química de sus aguas ya están perturbando los ecosistemas marinos y a las personas que dependen de ellos.
Este impacto “se sentirá durante cientos de años”, alertó Taalas, subrayando las repercusiones del derretimiento del hielo polar traducidas en patrones climáticos cambiantes y el aumento acelerado del nivel del mar.
“En 2020, el mínimo anual de hielo marino en el Ártico estuvo entre los más bajos que se hayan documentado, exponiendo a las comunidades polares a inundaciones costeras anormales y elevando el riesgo de los trabajadores del transporte marítimo y la pesca”, argumentó.
Falta investigación
A pesar de los avances tecnológicos que han revolucionado el monitoreo de los océanos a nivel mundial, ayudando a comprender su estrecha relación con el tiempo y el clima, la agencia de la ONU advirtió que siguen existiendo grandes brechas geográficas y de investigación en el Sistema Global de Observación Oceánica, en medio de una creciente demanda de pronósticos y servicios.
La crisis generada por la pandemia redujo la capacidad de los barcos comerciales para contribuir con observaciones oceánicas y meteorológicas vitales, así como otra serie de iniciativas tendientes a determinar lo que sucede con los océanos a partir de los dramáticos cambios en el clima.
Según las estadísticas de la OMM, el nivel del mar aumentó unos quince centímetros durante el siglo XX debido al derretimiento de los glaciares, la expansión de las aguas marinas más cálidas y las adiciones de antiguas capas de hielo en Groenlandia y la Antártida.
Las proyecciones muestran que el aumento del nivel del mar podría alcanzar de 30 a 60 centímetros para 2100, incluso si las emisiones de gases de efecto invernadero se redujeran drásticamente y el calentamiento global se limitara a menos de 2° C. Pero si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin cesar, el aumento será de 60 a 110 centímetros, estiman los expertos.
En torno al tema, el secretario General de la ONU, Antonio Guterres manifestó que la relación entre el aire y el mar, tan cuidadosamente equilibrada como inextricable, dicta el tiempo y el clima en todo el planeta y lo grave es que el cambio climático está alterando ese delicado equilibrio.
Para Guterres, el calentamiento, el aumento de acidez y la disminución de oxígeno en el mar, por cuenta del aumento de la temperatura de los mares, trae graves consecuencias a los ecosistemas marinos.