FAUNA
Cangrejos de agua dulce: estas son las amenazas que los tienen en peligro de extinción
Con 111 especies registradas, Colombia es el segundo país en el mundo con la mayor riqueza en estos crustáceos, listado que incluye 90 especies endémicas o únicas del territorio nacional.
El levantamiento de las cordilleras andinas causó una gran explosión de biodiversidad en Colombia, constituyéndose en centro de origen de muchas especies. Un grupo de organismos logró colonizar casi todos los ambientes de agua dulce y sus zonas aledañas.
Se trata de los cangrejos de agua dulce, especie que a pesar de jugar un papel clave en la cadena trófica de los ecosistemas acuáticos al acelerar el proceso de descomposición de material orgánico y ser bioindicadores de la calidad del agua, han pasado desapercibidos y solo son vistos como materia prima para la elaboración de bebidas afrodisíacas en sitios como las plazas de mercado.
En el mundo han sido identificadas unas 350 especies de cangrejos de agua dulce, de las cuales cerca de 111 habitan en Colombia (familias Pseudothelphusidae y Trichodactylidae), es decir, que alberga el 32 % de esta riqueza natural global. El país es el segundo con mayor cantidad de estos cangrejos en el mundo, después de China con 244 especies, además de tener la mayor cantidad de especies endémicas (90).
“El 81 % de los cangrejos de agua dulce en Colombia son endémicos. Estos altos niveles de endemismo se deben a que sus hábitats fueron separados mediante barreras geográficas, lo que aisló las poblaciones y produjo la especiación”, dijo Carlos A. Lasso, investigador del programa de Ciencias de la Biodiversidad del Instituto Humboldt.
Tendencias
En peligro
Según el Libro Rojo de cangrejos dulceacuícolas de Colombia, elaborado por Lasso y Martha R. Campos, docente del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, 26 especies están en alguna categoría de amenaza: 25 En Peligro y una Vulnerable a la extinción. Sin embargo, el documento revela que más de 40 especies cuentan con datos insuficientes, algo que impide conocer su grado de amenaza o estado de conservación.
“Los cangrejos de la familia Pseudothelphusidae son los más amenazados. Esto se debe a que habitan en ríos y quebradas de piedemonte y montaña, lugares que se han visto afectados por la deforestación y contaminación causada por la agricultura intensiva, minería y desarrollo urbano”, cita el Libro Rojo.
Los investigadores David M. Hudson, Gillian Phillips, Lasso y Campos analizaron las principales amenazas que enfrentan los cangrejos de agua dulce endémicos de Colombia. Dicen que desde hace décadas se han visto impactados por la deforestación, agricultura, acuicultura, minería y el desarrollo en sistemas ribereños impulsados por el hombre, además del cambio climático. A esto se suma la introducción de especies de cangrejos exóticos, como el cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii).
Aunque los científicos aseguran que Colombia ha avanzado en la protección de estas especies, advierten que una resolución aprobada en 2019 por la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) clasifica al cangrejo sabanero (Neostrengeria macropa) como un recurso pesquero, a pesar de estar listado como una especie en peligro de extinción.
Los investigadores aplicaron varios modelos para conocerlas principales amenazas de estas especies, hallazgos que fueron plasmados en un capítulo del libro Recent Advances in Freshwater Crustacean Biodiversity and Conservation.
Los verdugos
Los expertos han determinado que los cangrejos de agua dulce endémicos, en particular Hypolobocera bouvieri, cuentan con enemigos poderosos como la sobrepesca, pérdida de hábitat, aumento de la densidad de población humana, fragmentación de los ecosistemas, especies introducidas y contaminación.
“Todos los riesgos pueden verse agravados por el cambio climático, en particular los relacionados con las interacciones de las especies y los micro hábitats que restringen la migración de muchos organismos aislados. En este estudio analizamos las principales amenazas”, precisan Hudson y sus colaboradores.
Para los investigadores, el desarrollo en los sistemas ribereños y costeros han provocado profundos cambios en el uso de la tierra, lo que a su vez ha impactado los sistemas dulceacuícolas, estuarinos y marinos.
Un análisis de 2015 realizado por Campos y Lasso mostró que muchas especies consideradas en peligro de extinción presentaban un alto riesgo debido al desarrollo urbano y al aumento de la densidad de población humana.
Deforestación
Según el estudio, la pérdida de bosque en los últimos 50 años en Colombia tiene en aprietos a los crustáceos de agua dulce. “La deforestación agrava los problemas ambientales debido a la escorrentía y sedimentación de la erosión, impidiendo así los amortiguadores ribereños y los niveles de calidad del agua”, indican los académicos.
La minería y el petróleo también perjudican. Por albergar importantes depósitos de minerales y combustibles fósiles, los recursos hídricos de Colombia y las especies que allí habitan han sido víctimas de las consecuencias de la explotación de estos recursos. A los expertos les preocupan los efectos de esa actividad en la reproducción de los cangrejos.
La extracción de sal también afecta los recursos naturales. El estudio de los cuatro científicos asegura que la escorrentía de esta actividad puede causar un aumento de la salinidad de los suelos y el agua dulce. “Los organismos que allí habitan a menudo no están preparados para mantener un equilibrio interno si se exponen a salinidades fuera de su rango de tolerancia normal”.
Agricultura y acuicultura
El paisaje colombiano viene presentando un acelerado cambio debido a las actividades agropecuarias. Los bosques de las tierras bajas son reemplazados por plantaciones de diversos cultivos y extensas sabanas antrópicas con pastos para el ganado.
“Los efectos históricos de la tala han dejado cicatrices en el paisaje y alterado los demás recursos naturales como el agua y suelo, es decir que también afecta las poblaciones de organismos de agua dulce”, menciona Lasso.
Por su parte, algunas granjas acuícolas están cultivando especies para ayudar a aliviar la presión de la pesca o mejorar la alimentación, lo que ha abierto la puerta a la llegada de peces e invertebrados no nativos de ciertos valles fluviales.
Como si esto fuera poco, el desarrollo de las redes de carreteras y ferrocarriles y la construcción de presas hidroeléctricas en Colombia, ha aumentado la fragmentación del hábitat y representa una amenaza adicional para las especies endémicas de los cuerpos de agua dulce.
“Por ejemplo, la construcción del puente terrestre interoceánico (ferrocarril, carretera, canal y oleoducto) probablemente tendrá un impacto ambiental importante y resultará en una mayor deforestación”, evidencian los cuatro académicos.
Por otro lado, Hudson y los colaboradores precisan que el garantizar la seguridad alimentaria de la población humana puede producir una mayor presión sobre los crustáceos de agua dulce y otras especies.
“La tasa de introducción de especies en ecosistemas de agua dulce ha aumentado en todo el mundo debido a la crisis alimentaria que padecen algunas regiones, algo que tiende a devaluar las acciones de conservación”.
Otra amenaza latente es el aumento de la conectividad y las presiones antrópicas. El análisis científico encontró que estos factores presionan a las especies de agua dulce por la contaminación, destrucción de hábitats subterráneos y el turismo descontrolado.