MEDIOAMBIENTE

Claves para dimensionar la tragedia ambiental en el Amazonas

Desde hace meses arde la selva amazónica, pero hace dos semanas el mundo puso sus ojos en Brasil cuando las llamas sobrepasaron la frontera. Le explicamos las inquietudes que se derivan de esta crisis ambiental.

22 de agosto de 2019
Incendio en el Amazonas | Foto: AFP

Los incendios forestales que consumen buena parte de la selva amazónica en Brasil provocan preocupación a nivel mundial y no es para menos, el bosque tropical más biodiverso del planeta está envuelto en llamas y los pronósticos para recuperarlo son pocos. Por eso SEMANA le resuelve algunas dudas sobre esta tragedia ambiental que ocurre hace meses, pero que se expande de forma dramática hace 17 días.

¿Dónde y cuándo se originaron los incendios?

“El fuego siempre estuvo presente en la Amazonia, pero no como observamos hoy”, explica Arnaldo Carneiro Filho, investigador senior del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia. Según él, la temporada de sequía en Brasil, que comenzó en julio, dio paso al aumento de los focos de incendios en la sabana central y en las zonas periféricas de la Amazonia, pero esto no significa que el fuego sea un factor inusual y que se haya comenzado hace 17 días exactamente.

“De julio a septiembre es el periodo de quemas en Brasil, relacionadas con la ganadería y la siembra de pasto”, dice el experto. En otras palabras, esto indica que las quemas fueron producidas por el hombre y no necesariamente atribuidas al periodo de sequía. 

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Los estados de Acre, Rondonia, Mato Grosso y Amazonas han registrado incendios durante todo el año, solo que las características físicas del bosque amazónico han contenido la humedad, reduciendo la extensión de las llamas. Sin embargo, desde el mes de  julio, los registros del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) han reportado un incremento en los focos de incendios. Por ejemplo, el estado de Acre, al noreste del país, pasó de tener 60 focos de incendios en junio, a multiplicar esa cifra cuatro veces el mes siguiente y alcanzar -a corte de agosto - 2.173 incendios. Mientras que Amazonas pasó de 57 focos en junio, a tener 1.371 en julio y 5.452 este mes.

“No hay fuego natural en el Amazonas. Hay personas que practican la quema, que pueden empeorar y encender incendios en la estación seca ”, explicó Ane Alencar, la directora científica del Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas  (IPAM) , en una nota científica que publicó en la página de la organización.

¿Cuántas hectáreas han sido devastadas?

Foto de referencia. Green Peace

Este miércoles, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) reveló que los focos de los incendios aumentaron un 83% en Brasil, en comparación con el año anterior, llegando a 72.843 focos.  Aunque la cifra es alarmante y ha sido un llamado para que las autoridades se pongan las pilas para frenar el desastre, lo cierto es que ningún organismo ha podido precisar el terreno consumido por las llamas.

El ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles realizó un sobrevuelo por la zona y dijo que aproximadamente son 10 mil las hectáreas quemadas, de las cuales tres miles pertenecerían al estado de Mato Grosso, pero todavía falta sumar las hectáreas de bosque y pastizal que se volvieron ceniza en Santa Cruz (Bolivia) y en otras regiones de Paraguay.

Además, hay que considerar que los satélites que utiliza la NASA para capturar imágenes de los incendios desde el espacio no tienen la capacidad de estimar el área afectada, por lo que  no se puede determinar con precisión el terreno devastado.  

¿Qué responsabilidad tiene el gobierno de Jair Bolsonaro en las quemas?

“Él dio muchas señales de que una vez fuera presidente no haría caso a la problemática de deforestación, quema y tala. El candidato que se presentó a la presidencia nunca tuvo un afán por trabajar por la conservación y la protección de la Amazonia”, menciona Carneiro Filho.

Ambientalistas y expertos internacionales han criticado la postura medioambiental  de Jair Bolsonaro desde que inició su mandato. Muchos de ellos consideran que gran parte del incremento en la deforestación y la quema en el Amazonas obedece a la visión comercial y productiva que el presidente ve en este bosque tropical.

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Cuando era candidato, Bolsonario dijo que se saldría del Acuerdo de París contra el cambio climático; siguiendo los pasos de Donald Trump. Pero a mediados de junio,  el ultraderechista reconsideró su posición luego de que Emmanuel Macron, presidente de Francia, amenazara con no firmar un pacto entre la UE y Mercosur si el mandatario brasileño no cambiaba de opinión. Algo que impactaría de forma importante la economía de Brasil.

Ahora, con la crisis ambiental del país, Bolsonaro sigue empeñado en minimizar el problema de los incendios con sus declaraciones: “imagínense si el mundo empieza a imponer barreras comerciales: se caerá nuestro agronegocio, retrocederemos, la economía empeorará; la vida de ustedes, de los editores de diarios, de los dueños de televisiones, se complicará como la vida de todos los brasileños, de todos sin excepción”, dijo este jueves.

Horas más tarde, el presidente “bajó” el tono de sus acusaciones contra las ONG y dijo que, si bien no tenía pruebas para culparlas, eran sospechosas. “Pueden ser hacendados también, todo el mundo es sospechoso, pero la mayor sospecha viene de las ONG".

Con todo esto, las instituciones ambientales ven con pesimismo que, una vez pasada la tragedia del incendio, el gobierno haga adecuaciones de sus políticas para evitar que esto se repita.

¿Hay soluciones?

El panorama es gris; como el humo del incendio que llegó a Sao Paulo, ubicado a 2.700 kilómetros de la Amazonia, este lunes. Los parlamentarios en Brasil han pedido a la Corte Suprema que se haga un juicio político al ministro de medioambiente, Ricardo Salles, por “una conducta de omisión” ante la tragedia, ya que él no ha planteado ninguna iniciativa para contener las llamas y se ha remitido a decir: “vamos a actuar para apoyar a los gobiernos de los estados en ese combate de los incendios", pero los resultados no se han visto en dos semanas de incendios. 

En la tarde del jueves, Salles partició en la apertura de la Semana del Clima de Latinoamérica y Caribe y, ante el abucheo de los ambientalistas, se remitió a decir que "la participación con carteles, las manifestaciones, tienen eco en las iniciativas que hemos considerado". 

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Por su parte, Green Peace señala en sus estadísticas que la deforestación en la Amazonia brasileña repuntó en 2015 con 800 mil hectáreas destruidas y que si se quiere recuperar la porción de superficie forestal es necesario “implantar una política de cero deforestación y cumplir sus compromisos internacionales en materia de medio ambiente y derechos de los pueblos indígenas”. 

Marina Silva, ambientalista y excandidata presidencial, le dijo a AFP que Brasil “sabe y tiene tecnología para controlar esta situación. El problema es que el gobierno abandonó esas políticas (...) y le tiene ojeriza a los científicos del área ambiental, a los ambientalistas. Este es un momento para que los empresarios que tienen otra conciencia comiencen a actuar para proteger hasta sus propios negocios”.

¿Cuál es el impacto ambiental de los incendios en el Amazonas?

Según los pronósticos del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia, los resultados de esta quema se verán reflejados en el aumento del 15 al 20 por ciento de la deforestación en todo el país, en comparación con 2018. Tan solo en julio, el INPE registró 2.254,8 km2 deforestados, casi el cuádruple de lo que había el mismo mes, hace un año. 

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Además, la quema de los terreros para cultivar pasto y extender la ganadería, estaría poniendo en peligro a los 30.000 tipos de plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2,5 millones de insectos, que, según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), viven en este santuario de diversidad. Sin contar, con que si incrementa el terreno deforestado, la Amazonia no podría absorber los 90 mil millones de toneladas de CO2 que captura anualmente. 

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