FAUNA
¿Cómo viven los delfines rosados y las nutrias gigantes?, científicos colombianos buscan la respuesta
Investigadores del Humboldt y Cormacarena realizarán dos expediciones por el río Tillavá, hábitat de estos emblemáticos mamíferos. El propósito es analizar las poblaciones de estas especies y sus interrelaciones con otros organismos y ecosistemas acuáticos como los humedales.
La deforestación, cacería indiscriminada, pérdida y transformación de los hábitats naturales para la agricultura y ganadería y minería ilegal, son algunas de las actividades impulsadas por el hombre, que ponen en riesgo las diversas especies de fauna que existen en el país.
Colombia con cerca de 520 especies registradas, de las cuales 58 son endémicas, está catalogado como el sexto país en el mundo con mayor representación de mamíferos, animales que habitan en diversos ecosistemas como las densas selvas húmedas, bosques andinos y secos, sabanas, humedales e incluso mares, pero que enfrentan graves riesgos de extinción.
Según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia (SiB), más de 42 especies de mamíferos ya corren un alto riesgo de desaparecer: seis están en peligro crítico, ocho en peligro y 24 son vulnerables a la extinción. Sumando a esto, 103 especies están listadas en los apéndices Cites por el grado de amenaza generado por el comercio.
El delfín rosado (Inia geoffrensis) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), hacen parte de los listados de mamíferos amenazados por causa de la mano del hombre. Los pescadores figuran entre los principales verdugos del delfín rosado en Colombia. Según la Fundación Omacha, estos animales son atrapados en los ríos por medio de mallas de monofilamento, cacería o envenenamiento, “debido a que los pescadores lo conciben como una fuerte competencia para el recurso pesquero”.
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Por su parte, las nutrias gigantes, con tamaños entre los 1,5 y 2 metros de longitud, han recibido golpes contundentes por parte de los cazadores, una hecatombe que tuvo su auge a mediados del siglo pasado para comercializar sus pieles en el mercado internacional.
Estudiar para conservar
El departamento del Meta, un hervidero de biodiversidad que alberga ecosistemas amazónicos, andinos y de la Orinoquia, representa uno de los principales hogares para las nutrias gigantes y los delfines rosados. Ante esto, el Instituto Humboldt y la Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Macarena (Cormacarena) decidieron unir esfuerzos para estudiar las poblaciones de estos mamíferos en la cuenca del río Tillavá.
A través de un convenio, que durará aproximadamente nueve meses de este año, las entidades aunarán esfuerzos técnicos, científicos y financieros para dar marcha a un estudio de estas especies, además de sus interrelaciones con los otros recursos hidrobiológicos y humedales de la zona.
“La nutria, también llamada perro de agua, y las toninas o delfines rosados, fueron priorizadas por Cormacarena por tratarse de especies sombrillas, emblemáticas y fundamentales para la conservación en el departamento del Meta”, dijo Carlos A. Lasso, investigador del programa de ciencias de la biodiversidad del Instituto Humboldt y coordinador científico del convenio. El trabajo contará con el apoyo de la Fundación Omacha, experta en el estudio de estas dos especies.
“Esto nos permitirá recolectar datos como la presencia o ausencia de estos mamíferos, densidad poblacional y cantidad de madrigueras o letrinas (en el caso de las nutrias). Realizaremos dos grandes expediciones en distintas épocas climáticas este año por el río Tillavá: ascenso o subida de aguas y aguas altas”, aseguró Lasso.
Este miércoles 14 de abril inició la primera expedición, que se extenderá hasta el 23 de del mismo mes. “En esta salida participaremos 12 investigadores de las entidades del convenio y la Fundación Omacha, además de cerca de 10 personas de las comunidades quienes son grandes conocedores de la biodiversidad en la zona”, manifestó Lasso.
Las nutrias y delfines no serán las únicas especies estudiadas. “Otros animales que habitan en la zona, como crustáceos, moluscos, macroinvertebrados acuáticos, tortugas y cocodrilos, serán analizados detalladamente”.
Al final del convenio, el Instituto Humboldt le hará entrega a Cormacarena de un estudio que contará con el listado de la biodiversidad acuática y su relación con el delfín rosado y la nutria en la cuenca del río Tillavá, además del uso de hábitat, poblacional y de amenazas de estas dos especies.
Especies insignia
El delfín rosado (Inia geoffrensis) es una de las especies más emblemáticas de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, únicos sitios donde habita en Colombia. Ríos como Amazonas, Caquetá, Apaporis, Mirití Paraná, Cahuinarí, Putumayo, Meta, Guayabero, Vichada, Tomo, Guaviare, Orinoco, Bita y Arauca, además de varios lagos, son algunos de sus refugios.
“Es el delfín de río más grande. Tiene un cuerpo robusto y flexible y un hocico largo y estrecho con más o menos 106 dientes, y se caracteriza por contar con una coloración gris oscura en las crías y gris con rosado en los adultos”, según la Fundación Omacha.
De acuerdo con los datos de Omacha, actualmente se reconocen tres especies de delfines rosados: Inia boliviensis en Bolivia; Inia araguaiaensis en el río Araguaia en Brasil e Inia geoffrensis con dos subespecies: I. geoffrensis geoffrensis en la Amazonia e I. geoffrensis humboldtiana en la Orinoquia.
Por su parte, la nutria gigante (Pteronura brasiliensis), también conocida como perro de agua, lobón y lobo colón, que es un mamífero de ojos bastante grandes y hocico redondeado, ha sido reportado en varias zonas de la Orinoquia y Amazonia colombianas, como los ríos Tomo, Tuparro, Bita, Orinoco, Meta, Arauca, Caquetá, Cahuinarí, Apaporis, Inírida y Guaviare.
La cacería indiscriminada del siglo pasado mermó bastante sus poblaciones. Hoy en día está amenazada por los pescadores, traficantes de fauna y algunas comunidades indígenas. “En la selva Mataven, al sur del Vichada, y en el bajo río Inírida en Guainía, enfrenta una amenaza directa por los indígenas de la zona, ya que afirman que las nutrias gigantes son un enemigo por comer demasiado pescado y ensucian las aguas de los ríos y caños con sus heces”, indica Omacha. Por eso, la UICN la tiene listada como una especie En Peligro de extinción.