Sostenibilidad
Construcción de vivienda: Colombia avanza en la reducción de emisiones que genera el sector
El país se consolida como un referente a nivel global. Hoy, es la segunda nación con más proyectos con certificación LEED y tiene el 20 por ciento de las certificaciones EDGE del mundo.
La construcción sostenible se ha convertido en un pilar fundamental a nivel global, no solo por su capacidad para reducir el impacto ambiental, sino por su contribución a la eficiencia energética y al mejoramiento en la calidad de vida de la población. Según el World Green Building Council, los edificios con estas características pueden reducir el consumo de energía hasta en 50 por ciento y las emisiones de carbono en 39 por ciento.
No obstante, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las edificaciones o construcciones son emisoras de gases de efecto invernadero, generando el 37 por ciento de las emisiones globales. “Este alto porcentaje se debe al uso masivo de materiales con una alta huella de carbono, entre ellos cemento, acero y aluminio”, explicaron desde el Green Business Certification Inc (GBCI).
En el caso de Colombia, los avances son significativos. De acuerdo con el GBCI, actualmente el país ocupa la tercera posición en Latinoamérica con más proyectos de construcción verde certificados. En total son 614. En el caso del sello Leadership in Energy and Environmental Design (LEED), es la segunda nación a nivel mundial con mayor número de obras arquitectónicas certificadas: 18 en total bajo este sistema de certificación. A lo anterior se suman más de 15 millones de metros cuadrados con certificación EDGE.
“Tenemos una participación del 20 por ciento de estas certificaciones en el mundo, lo que nos convierte en una de las naciones líderes en el tema. En el primer semestre de este 2024 ya contábamos con más de 200 mil viviendas certificadas”, explicó Guillermo Herrera, presidente de Camacol.
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Desde esa perspectiva, el sector constructor se ha puesto la ‘camiseta’ y muchas compañías abanderan la construcción sostenible con varias de las exigencias establecidas por el Ministerio de Medio Ambiente, que hizo un llamado para que “incorporen materiales reciclables y renovables, utilicen técnicas de trabajo mucho más eficientes; además de basar sus diseños en bioarquitectura y que se adapten a los efectos del cambio climático, lo que implica una mayor vida útil”.
Una de esas empresas comprometidas es Amarilo, que ha fijado sus objetivos en trabajar para que la construcción sostenible y la biodiversidad estén presentes en todos sus proyectos, con la idea de asegurarles un mejor futuro a las próximas generaciones, además de ayudar a la reducción de Gases Efecto Invernadero (GEI), mitigar la pérdida de hábitats naturales y evitar la fragmentación de paisajes. “Con la idea de ser un agente de cambio positivo buscamos transformar entornos y empoderar comunidades a través de tres objetivos estratégicos: reducir, minimizar y compensar impactos con los más altos estándares; generar una cultura de respeto por la biodiversidad educando a los grupos de interés, y proteger ecosistemas estratégicos y amenazados mediante apuestas innovadoras”, subrayó Carolina Pacheco Plazas, directora de Derecho Ambiental, Sostenibilidad y Servicios Públicos en Amarilo.
Con este objetivo en mente, la compañía robusteció su apuesta de construcción sostenible y fue más allá adoptando su Política de biodiversidad en este 2024, convirtiéndola en la primera empresa desarrolladora a nivel nacional en el sector de la construcción en contar con una iniciativa de este tipo.
De la planeación a la acción por el cambio climático
Para materializar esos objetivos, Amarilo desarrolla seis programas centrados en: Biourbanismo, que busca promover la protección, restauración y funcionalidad ecosistémica en el diseño y construcción de proyectos; Paisaje sostenible, que articula planes de conservación de la estructura y conectividad ecológica en sus edificaciones; Inversiones estratégicas en ecosistemas amenazados, que promueve inversiones voluntarias para la protección y conservación de estos ecosistemas; Educabio, que busca la conservación de la biodiversidad generando capacidades a las comunidades y grupos de interés; Relacionamiento estratégico y generación de alianzas y, finalmente, Compensainnova, que busca vincular eficientemente las compensaciones obligatorias y las inversiones voluntarias.
Con estas iniciativas, la compañía espera para 2030 consolidar proyectos 10 por ciento más biodiversos, y conservar y restaurar 1.000 hectáreas de ecosistemas amenazados y estratégicos del país.
La Política de biodiversidad de Amarilo nace de su Política de sostenibilidad, la cual cuenta con cinco ejes, 13 compromisos y 120 metas de corto, mediano y largo plazo con resultados previstos a seis años.
“El primer logro lo conseguimos a principios de este 2024 al adquirir 2.000 créditos de biodiversidad en el Banco de Hábitat Aguadulce-Río Sumapaz, ubicado en la cuenca alta del río Magdalena, el cual está conformado por un conjunto de ecosistemas, entre los que se destaca el bosque seco tropical, que es uno de los más amenazados de Colombia. Allí serán conservados y recuperados más de 20.000 metros cuadrados por el lapso de 30 años. Esta iniciativa cuenta con la dirección de Terrasos, una compañía especializada en estructuración y operación de inversiones ambientales, que es nuestra aliada estratégica”, explicó Pacheco Plazas.
Adicionalmente, la compañía cuenta con 2.079.384 metros cuadrados certificados y en proceso de certificación de construcción sostenible en LEED, EDGE y CASA Colombia, tanto en diseño como en construcción, que incluyen proyectos de vivienda y corporativos. De igual forma, entre 2015 y 2022, Amarilo logró reducir su huella de carbono en aproximadamente un 24 por ciento en sus proyectos, gracias a la implementación de medidas de reducción de GEI. Además, en 2023, la empresa identificó su contribución a 28 metas específicas en 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
“Adoptar todas estas prácticas es crucial para la compañía porque nos permite contribuir a mitigar los efectos del cambio climático y a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, reducir los costos energéticos y posicionar al país como un referente en sostenibilidad en la región”, concluyó la directiva.
* Contenido elaborado con apoyo de Amarilo