Vehículos Eléctricos
Colombia se está quedando pequeña en materia de estaciones de carga para vehículos eléctricos. | Foto: Getty Images

Sostenibilidad

Solventar la crisis de suministro del litio es clave para la transición energética mundial

Bajo condiciones actuales, se prevé que el suministro en 2030 tenga un déficit de alrededor de un 4 % por debajo de la demanda, llegando hasta 24 % en 2035.

1 de noviembre de 2022

El litio es un metal blanco en forma de polvo que se utiliza en su gran mayoría de las baterías recargables que alimentan los vehículos eléctricos (EV) y que almacenan la electricidad generada a través de recursos renovables.

Además, las baterías de iones de litio se utilizan para el 90 % del almacenamiento energético en red de todo el mundo, especialmente para la energía eólica y solar. Iniciativas como el plan de la Unión Europea para reducir su dependencia del gas natural ruso en dos tercios, que se basa en parte en la generación acelerada de energía renovable, aumentará significativamente la demanda de almacenamiento en baterías.

Para poder responder a este crecimiento, Boston Consulting Group en su nuevo reporte titulado The Lithium Supply Crunch Doesn’t Have to Stall Electric Cars, asegura que será necesario encontrar nuevas fuentes de suministro. Según su managing director y partner, Christopher Weisz, “el sector público y las partes interesadas deben estimar las compensaciones entre el impacto de la minería en los entornos locales y los beneficios de una reducción neta de las emisiones de CO2 de los vehículos”.

Si se toma la decisión de poner en marcha nuevas operaciones mineras de litio, será necesario contemplar las más recientes innovaciones de procesos. Para ello, los países necesitan de una coalición entre el sector público y las empresas privadas para entender cuál es la capacidad que tiene su sector minero para entrar en el mercado de manera responsable, tanto con el medioambiente como con la sociedad y la economía nacional.

Gracias al rendimiento mejorado y a la caída del costo de las baterías de iones de litio durante la última década, se pronostica que para el 2028 los vehículos que funcionan exclusivamente con baterías eléctricas serán el transporte liviano más vendido a nivel mundial, como informan en el portal Híbridos y Eléctricos.

Por esto, se espera que para 2035, el 59 % de todos los automóviles ligeros comercializados a nivel mundial sean vehículos eléctricos de batería (BEV).

Creativo
Carga de vehículos eléctricos en la estación de carga - Getty | Foto: Getty Images

Por ejemplo, la extracción directa de litio (DLE), en la que se recicla la mayor parte del agua salada, podría reducir en gran medida la cantidad de agua necesaria. Varios proyectos piloto están en marcha para usar DLE para recuperar litio de depósitos de salmuera geotérmica natural. La energía geotérmica se utiliza para extraer el litio y la salmuera y luego se recicla nuevamente en la fuente geotérmica, de acuerdo con Cambio16.

El reto también recae en la cooperación que exista entre todos los actores de la cadena de valor. Para garantizar que los proyectos de baterías a base de litio se adhieran a las mejores prácticas ambientales y brinden una parte justa de los beneficios a las naciones y comunidades locales, se necesita que las empresas mineras, las refinerías, los fabricantes de baterías, los fabricantes de equipos originales automotrices y los financistas trabajen en conjunto con los gobiernos, las ONG y otras partes interesadas, recomiendan expertos.

También se debe proporcionar la tecnología, la experiencia y el acceso al mercado para que los proyectos nacionales y locales relacionados con las baterías sean comercialmente viables. Por ello hay que tener en cuenta que estas acciones podrán diversificar las fuentes de suministro de litio, las cuales actualmente están concentradas en pocos países como Bolivia, Argentina o Estados Unidos, de acuerdo con El Financiero de México.

Así, se podrá aumentar la capacidad proyectada que se tiene de este metal, puesto que, bajo las condiciones actuales, se prevé que el abastecimiento en 2030 caiga alrededor de un 4 % por debajo de la demanda, y hasta un 24 % en 2035. De esta forma, podrá continuar su curso la urgente transición energética a nivel mundial y la lucha contra el cambio climático.