Impacto medioambiental
Hay contaminación por fármacos en casi la mitad de ríos del mundo, advierte estudio
El consumo de medicamentos es un factor de contaminación para los ecosistemas hídricos, especialmente los conformados por afluentes que se nutren de las lluvias.
Un reciente estudio publicado por la Sociedad de Medioambiente, Toxicológica y Clínica, bajo la autoría de científicos de la Universidad de York, en Reino Unido, dice que casi la mitad de los ríos en el mundo están impactados por todo tipo de medicamentos.
Fármacos como antibióticos, antidepresivos y analgésicos, hasta anticonceptivos, orales, antihistamínicos y tranquilizantes, son los responsables de que el factor agua de estos ecosistemas hídricos se vean afectados, según los investigadores.
Con la consignación de este estudio, considerado el primero en relación con la polución en el medioambiente a causa de los medicamentos a nivel mundial, se analizaron más de 250 ríos de 104 países.
Para estimar el nivel de impacto por causa de la acción directa del ser humano, se recogieron datos con muestras en 1.052 lugares diferentes. Con esto, se pudo medir la predominancia de varios productos farmacéuticos, los cuales apuntan a 61 medicamentos, entre los que se encuentran carbamazepina, metformina, cafeína y otros.
Lo más leído
La cifra es alarmante y genera preocupación, no solo en ámbitos académicos, sino también para la implementación de la conciencia medioambiental y desarrollo sostenible que ha llegado a plantear la Organización de las Naciones Unidas.
Entre los hallazgos, el gremio científico de la Universidad de York descubrió que un 43,5 % de las aguas fluviales que están presentes en el mundo tiene cantidades en niveles “preocupantes” de Pharmaceutical Active Ingredients (principios activos farmacéuticos, en español).
Pero eso no es todo, la importancia de esta investigación radica en que se precisa que los niveles registrados de los químicos farmacéuticos son potencialmente tóxicos para la vida, es decir, seres humanos, animales acuáticos y terrestres, y el entorno natural se podrían ver comprometidos.
El estudio también explica que, al haber concentración de los principios activos farmacéuticos en los ecosistemas acuáticos, se estima un peligro en zonas locales. Un ejemplo que comparten los científicos son los fármacos hormonales, que han provocado alteraciones de sexo en animales que habitan los afluentes hídricos.
En adición, otro de los hallazgos muestra que fármacos antidepresivos mostraron una afectación directa en el comportamiento de los peces y, en consecuencia, esto se vincula a una posible degradación en la cadena alimenticia importante para la preservación de la vida de las especies.
Por otro lado, también se alerta sobre la presencia de compuestos antimicrobianos en los entornos medioambientales, los cuales están siendo partícipes en la generación de bacterias que son resistentes a los medicamentos.
En esa misma línea, otro estudio se centró en analizar las superbacterias, peores que el coronavirus, que podrían causar una desastre a nivel mundial.
Volviendo a la situación de la contaminación de ríos, el ámbito económico también tendría que ver con la incidencia del impacto, ya que los investigadores comparten que hay una correlación entre la situación económica de un territorio y los fármacos. “Se espera que algunas ubicaciones sufran efectos en múltiples niveles tróficos y en múltiples puntos finales”, precisa la publicación científica.
Para terminar, los autores del estudio Alejandra Bouzas, John Wilkinson, Alistair Boxall y Molly Melling dicen que la evaluación global de sistemas fluviales muestra que estos están constantemente expuestos a los principios activos farmacéuticos.
“Si queremos cumplir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, en particular el objetivo 6: ‘Agua limpia y saneamiento’ (Naciones Unidas, 2015), necesitamos abordar urgentemente el problema global de la contaminación farmacéutica”, concluyen.
- Nota: los investigadores indican que aunque el presente estudio proporciona un gran paso adelante sobre la comprensión de los posibles impactos ecotoxicológicos globales de los productos farmacéuticos, aún queda mucho por hacer.