Centro Empresarial Elemento
Centro Empresarial Elemento | Foto: Cortesía Centro Empresarial Elemento

CONSTRUCCIÓN

Tres ejemplos de edificaciones que dejan huella verde

La eficiencia energética e hídrica, la incorporación de energías alternativas, la alta calidad ambiental interior y la selección adecuada de materiales, entre otros, forman parte del ADN de las construcciones sostenibles. Aquí le contamos en qué consiste su aporte.

13 de marzo de 2021

En el sendero de la sostenibilidad, las acciones locales logran impactos globales. Desde su orilla, la construcción ofrece un gran potencial a fin de garantizar un futuro de bienestar: para 2050, la implementación mundial de estrategias de eficiencia energética en el sector podría reducir en 83 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía.

En Colombia, a finales de 2020, la apuesta sostenible de 218 edificaciones contaba con la certificación LEED –Leadership in Energy & Environmental Design, por sus siglas en inglés–, emitida por el Consejo Colombiano de Construcción Sostenible y verificada globalmente por Green Business Certification Inc. Actualmente, el país ostenta el título del cuarto mercado más grande para la construcción LEED en Latinoamérica.

Este aval –uno de los más usados globalmente para el diseño, la construcción, el mantenimiento y la operación de edificaciones sostenibles– garantiza que proyectos de cualquier tipo cumplan con un mínimo de condiciones respecto a la calidad del aire, la ventilación, la política de no cigarrillo, el ahorro de energía y agua, la presencia de cuartos de reciclaje y el plan de control de contaminación durante la obra.

LEED incluye cuatro categorías según el desempeño y el puntaje obtenido por las construcciones: certificado, desde 40 puntos; plata, desde 50 puntos; oro, desde 60 puntos; y platino, desde 80 puntos.

Además de la eficiencia en recursos –al consumir menos agua y energía–, la certificación se enfoca en la relación con el entorno –con escorrentías y cercanías a servicios, por ejemplo– y en el bienestar de las personas, con la calidad de aire interior o la acústica. Esto implica preocuparse por el usuario, por quienes van a habitar el edificio”, explica Tatiana Carreño, especialista técnico líder del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible a cargo de la certificación LEED.

Más que un factor aislado, la sostenibilidad en las construcciones se refleja en un conjunto de características que interactúan entre sí: “No hay una receta para ser sostenible, pero es vital entender la relación del edificio con su entorno, de los sistemas internos entre sí y con la construcción de manera global”, asegura Carreño

Para la directiva, es clave abarcar el proyecto desde un trabajo colaborativo entre los actores de la construcción para llegar a un diseño optimizado de todos los sistemas, contemplando la obra como un todo. Así pueden encontrarse alternativas para innovar e identificar dónde están las mejores estrategias.

En línea con esa idea, hay tres edificaciones que son muestra de la filosofía integrativa:

Centro Empresarial Elemento

Centro Empresarial Elemento
Centro Empresarial Elemento | Foto: Cortesía Centro Empresarial Elemento

Situado en Bogotá, ostenta una certificación LEED categoría platino, recibida en 2017. En total, lo componen tres torres con 89 puntos y una torre con 83.

El proyecto se ha catapultado como uno de los referentes sostenibles a nivel nacional: está compuesto por cuatro torres que reciben el nombre de los elementos naturales, de las cuales tres –Aire, Fuego y Tierra– ostentan el puntaje más alto de la certificación LEED en el país (89), mientras que la cuarta –Agua– logró un desempeño de 83 puntos.

“Buscamos integrar todas las disciplinas en un proceso de diseño integrativo con la misión de que fuera el proyecto más sostenible del país. El resultado es, sobre todo, una reducción de la huella ambiental enorme: en Elemento anualmente se reciclan 2.700 toneladas de residuos, y se ahorran 25 millones de litros de agua potable y cerca de 1,7 millones de kilovatios-hora de energía”, explica Diego Prada, fundador y gerente de Green Factory, consultora en sostenibilidad de este proyecto de Prabyc.

“En Elemento, además, tenemos 14.000 metros cuadrados de zonas verdes inspiradas en el ecosistema original del lugar, un humedal, con una selección de flora que fomenta la diversidad en fauna local y migratoria, y que ofrece servicios biofísicos en contención y tratamiento de escorrentía, disminución del efecto de isla de calor y todo lo relacionado con el sentido de conexión con la naturaleza y sus efectos positivos en los ocupantes”, agrega Prada.

Las torres, de 18 pisos, también cuentan con un sistema de reciclaje de aguas lluvias y grises, aparatos sanitarios de bajo consumo, bombillos eficientes, paneles solares en las cubiertas y materiales de construcción con contenidos reciclados. Además, su consumo energético se compensa con la compra de créditos de energía renovable. Algunas de sus cifras son:

–70 por ciento de ahorro en el consumo de agua.

–50 por ciento de reducción en el uso energético.

–2.500 millones de pesos ahorrados en energía al año.

Kubik Virrey I y II

Kubik Virrey I y II
Kubik Virrey I y II | Foto: Cortesía Kubik Virrey I y II

Ubicado en el norte de Bogotá, este proyecto residencial recibió la certificación LEED categoría oro en 2019 con 60 puntos.

Fue el primero de su tipo en Bogotá en hacerse a una certificación LEED Gold y el segundo en lograrlo a nivel nacional. Sus dos torres, de ocho pisos cada una, cuentan con 55 apartamentos, una planta de tratamiento de aguas residuales, cubiertas verdes, jardines verticales y colgantes en los patios centrales y las fachadas.

Los edificios también incorporan energía solar, control del sistema de iluminación, luminarias tipo led de bajo consumo, calentamiento de agua con equipos de bajo consumo, un sistema hidrosanitario ahorrador y otro de reciclaje de aguas lluvias y aguas grises.

Otro de sus atractivos, que lo hizo merecedor también del premio Cemex al espacio colectivo, es el concepto arquitectónico que integra las edificaciones con su entorno natural. “Los dos proyectos se conectan al parque El Virrey por medio de una gran obra de arte interna: una escultura, creada por Nicolás Cárdenas y ubicada en el lobby. Así, el espacio público se conjuga de una manera simbiótica en el privado, transformándolo”, explica Camilo Alvarado, arquitecto y CEO de Kubik Lab. Entre sus cifras se destacan:

–50 por ciento de reducción en el consumo de agua.

–20 por ciento de insumos reciclados en los materiales utilizados en la construcción.

–80 por ciento de aprovechamiento de los residuos generados en la construcción.

Mova-Centro de innovación del maestro

Mova - Centro de Innovación del Maestro
Mova - Centro de Innovación del Maestro | Foto: Cortesía Mova

Con la certificación LEED categoría oro en 2018 (69 puntos), esta obra en Medellín de la Secretaría de Educación busca conectarse con la comunidad de una manera innovadora: responde a un ejercicio participativo de 800 maestros de la ciudad, que crearon conjuntamente un espacio para la construcción colectiva de conocimiento.

Se materializa en un proyecto arquitectónico de 5.000 metros cuadrados armónico con la naturaleza , ubicado en el norte de la ciudad, una zona caracterizada históricamente por su congestión vehicular y por la transformación paulatina en un distrito de innovación con movilidad sostenible y priorización de los peatones. “Los vecinos de Mova son el Jardín Botánico, el gran pulmón de Medellín, y el parque Norte. El edificio cuenta con espacios muy abiertos y grandes vidrieras, que generan un ahorro muy importante de energía y le permiten tener luz natural prácticamente a toda la construcción. Por otro lado, recibir tanto aire y ventilación natural ha facilitado la reactivación segura del edificio durante la pandemia”, dice Simón Pérez, director de Mova.

A lo anterior se suma un sistema de tratamiento, potabilización y reutilización de aguas lluvia, la inclusión de jardines aledaños y verticales –además de tener un rol biorregulador en la edificación son un espacio de interacción en el que los docentes se ejercitan, siembran y cuidan la tierra–, y un diseño arquitectónico que fomenta la biodiversidad al propiciar la presencia natural de polinizadores, aves y otros animales.

“Antes esto era un parqueadero. Quisimos transformarlo en un espacio grande, dedicado a la educación y la innovación, con un enfoque de sostenibilidad medioambiental y social. Impactamos el territorio, las oportunidades que brinda a la gente y la manera en la que la comunidad se relaciona con él”, agrega el director.