GRUPO RÍO BOGOTÁ
Así es como el Aeropuerto El Dorado cuida y protege la pista de agua que lo rodea
La terminal aérea reafirma su compromiso con el río Bogotá y los ecosistemas que lo rodean. Además, hace un llamado a la protección del afluente, especialmente en esta época en donde los recursos naturales son limitados y los retos sociales mayores.
Desde 1970, el mundo celebra el Día de la Tierra cada 22 de abril. El objetivo es crear conciencia en las personas sobre la importancia de los recursos naturales y la necesidad inminente de “hacer las paces con la naturaleza”. Pese a la inmensa convocatoria que tiene esta fecha, pues participan cerca de 1.000 millones de personas en 180 países, los seres humanos siguen en mora con el planeta.
Para la muestra un botón. En Colombia, las aguas del afluente más importante del centro del país hoy palidecen por cuenta de la contaminación. A lo largo de sus tres cuencas, el río Bogotá recibe toda clase de vertimientos a diario, el 90 por ciento de ellos arrojados por los habitantes de la capital.
Con el fin de protegerlo, el Consejo de Estado emitió la sentencia del 28 de marzo de 2014, una decisión judicial sin precedentes que obliga al sector público, privado, instituciones y autoridades a trabajar por su recuperación.
En ese sentido, diferentes actores como OPAIN, concesionario del Aeropuerto Internacional El Dorado, se han dado a la tarea de cuidar este afluente y los ecosistemas que lo rodean. Tanto así que recientemente se unieron al Grupo Río Bogotá, con el fin de crear conciencia y sentido de pertenencia en los habitantes de la cuenca.
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“Entendemos que la sostenibilidad es un eje transversal de la operación y que la reactivación económica va de la mano con un mayor bienestar social y con la protección del medioambiente. Trabajamos por operar eficientemente en el presente, pero enfocados en cuidar los recursos del futuro. Por esta razón nos unimos al movimiento mundial para restaurar la madre Tierra, tema oficial declarado por las Naciones Unidas para conmemorar el Día Internacional de la Tierra”, afirma Natalí Leal, Gerente de Asuntos Legales e Institucionales de OPAIN.
Para aportar al saneamiento del río Bogotá, OPAIN garantiza una correcta gestión del agua con su Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) que tiene capacidad de tratar 57.1 litros por segundo, devolviéndole agua de excelente calidad al río. En 2020, por ejemplo, esta procesó todas las aguas residuales generadas en el aeropuerto: un total de 536.544 metros cúbicos, equivalente a 211 piscinas olímpicas, que regresaron al cuerpo de agua sin contaminarlo.
“Siempre hemos reconocido a este afluente como un vecino clave, por lo que desde el comienzo de la concesión hemos trabajado en diferentes iniciativas para devolverle agua de mejor calidad, tratando nuestros vertimientos y haciendo un seguimiento continuo a los canales de aguas lluvias”, comenta Leal.
Además, El Dorado cuenta con una Planta de Tratamiento de Agua Pluvial (PTALL) que trata las aguas lluvias que caen en la cubierta de la terminal para reusarlas en sanitarios y orinales. En 2020 reciclaron el 100 por ciento de estas.
Aprovechamiento de residuos
Se estima que el río Bogotá recibe 690 toneladas de carga contaminante a diario. Es por esto que hacer una correcta disposición de residuos es fundamental para su recuperación.
En El Dorado, por ejemplo, lograron aprovechar el 56 por ciento del total de residuos generados en 2020 con su modelo de gestión de residuos sólidos. A su vez, han garantizado una correcta gestión del aceite de cocina usado en todos los restaurantes y locales. Estos resultados lo han hecho merecedor del Green Airport Recognition 2019 del Airports Council International (ACI-LAC) y de la certificación del Sistema de Basura Cero en la Categoría Oro del Icontec.
“El Dorado espera dejar de llevar el 65 por ciento de los desechos al relleno sanitario Doña Juana para 2021, alineado con la estrategia de economía circular del Gobierno a 2030, que se estima sea del 30 por ciento”, apuntan.
Articulación entre sectores
Una de las claves de la sentencia del río Bogotá es el trabajo interinstitucional. Es por ello que OPAIN y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), trabajan de la mano desde hace dos años para garantizar el cumplimiento de las normas ambientales.
Gerardo Romero, coordinador técnico DESCA de la sentencia del río Bogotá de la CAR, explica que esta autoridad trabaja con el sector privado alrededor de la cuenca con el fin de gestionar proyectos que garanticen la sostenibilidad y bienestar del territorio.
A través del área de seguimiento y control, por ejemplo, asegura que se hace un acercamiento, seguimiento y búsqueda de convenios con empresas de la cuenca. Y, por medio de la línea de los trámites permisivos, la autoridad garantiza el cumplimiento de las normas vigentes.
“OPAIN tiene unos permisos específicos con nosotros como el de vertimientos, una de las áreas que más cuidamos, para que esas grandes empresas que vierten al río cumplan con todas las reglas ambientales que tenemos en este momento”, comenta Romero.
Sector privado y medioambiente
Además de su prácticas amigables con el río Bogotá, El Dorado ha adoptado otras iniciativas que lo han llevado a convertirse en uno de los aeropuertos más sostenibles de la región.
Una de ellas es la sustitución de 14.237 luces de sodio y fluorescentes por LED, que permitió ahorrar un 51 por ciento de energía. Así como la implementación de 10.369 paneles solares en la cubierta del aeropuerto.
Con estas estrategias, OPAIN quiere incentivar al sector privado para que cada vez más organizaciones se preocupen por el cuidado del planeta y el río Bogotá.
“Todos los negocios y proyectos deberían gravitar sobre principios de respeto y el beneficio común del entorno. Con un enfoque de protección y fortaleciendo de las relaciones ecológicas, sociales y económicas, especialmente en esta época en donde tenemos recursos naturales limitados y mayores retos sociales”, dice Natalí Leal.
De igual forma, Pablo Carrizosa, presidente de ASURÍO, considera que una de las formas para lograr que cada vez más empresas se interesen por el cuidado del río y sus ecosistemas es “otorgándoles sellos verdes que premien la labor que hacen cuidando el medio ambiente, dejando de contaminar y poniendo a funcionar sus PTAR”, explica.