V Cumbre de Sostenibilidad
Negocios amigables con el ambiente, ¿cómo hacerlos viables en Colombia?
En el marco de la quinta edición de la Cumbre de Sostenibilidad, varios actores del sector privado, público y mixto exponen algunos casos de éxito de financiación y ejecución de negocios sostenibles y amigables con el medio ambiente.
La jornada de la V Cumbre de Sostenibilidad continúa. Por supuesto, el espacio, organizado por SEMANA para hablar con diferentes actores del sector privado y público, académicos y expertos, también busca destacar aplicaciones exitosas de modelos sostenibles en el entorno productivo.
Ese fue, precisamente, el propósito del encuentro denominado Finanzas regenerativas y empleos verdes. La primera intervanción estuvo a cargo de Gregory Watson, líder del Clúster de Biodiversidad y del Laboratorio de Capital Natural del Banco Interamericano de Desarollo (BID), quien destacó que hay evidencia de que es posible la generación de empleo, ingresos y crecimiento económico con proyectos sostenibles.
“Para eso es fundamental que el sector privado entienda su rol. Según las estimaciones esa transición hacia una economía verde puede generar hasta 10 billones de negocios anuales y crear un estimado de 395 millones de trabajos para el 2030″, afirmó Watson. Además, recalcó que el BID está listo para apoyar a países, como Colombia, para cambiar el camino hacia una economía positiva.
Financiación de negocios verdes
La siguiente intervención estuvo a cargo del peruano Manuel Velapatiño, oficial de Inversiones en Mirova. Inició explicando lo difícil que es hablar de conectar lo social, lo ambiental y lo económico, pues puede resultar denso. Así, la gran pregunta que lo llevó a involucrarse en la inversión para negocios verdes fue: ¿cómo conectar las finanzas con la conservación del capital natural?
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Puso como ejemplo el caso de la Reserva Nacional de Tambopata, en Perú, que generaba anualmente 600 mil toneladas de créditos de carbono por año. En este caso, la compañía Altelia tomó los créditos de carbono como garantía, algo sin precedentes. Fue un proyecto de 8.5 millones de dólares.
“Esto es una muestra de que el mercado financiero puede participar en la reconciliación del humano con el medio ambiente”, agregó Velapatiño.
Actualmente, a través de Mirova, se gestionan recursos por 30 millones de dólares para financiar proyectos de alto impacto, de los cuales 600 están destinados a proyectos de capital natural. “Vemos en Colombia una gran oportunidad: el país tiene 7.5 millones de hectáreas que pueden ser utilizadas adecuadamente para la actividad forestal, pero solo el ocho por ciento se utiliza. Como inversores nos gustaría ver más emprendimientos sostenibles en los bosques”, agregó.
El experto hizo un llamado a los emprendedores a que identifiquen el capital natural, hagan negocios sostenibles, pues existen socios para crearlos.
Sostenibilidad, un cambio de mentalidad
David Pacheco Zea, director de Sostenibilidad del BBVA en Colombia, hizo una analogía con su experiencia en el mundo digital. Habló de lo difícil que es para las empresas adoptar prácticas de la transformación digital, en el que el principal reto es el cambio de mentalidad. Eso mismo ocurre en las transformaciones sostenibles: ”en la sostenibilidad hay un agravante, que no solo hablamos de herramientas, sino además de un propósito., en el caso de BBVA es guiar a nuestros clientes en una transición a una economía más sostenible”, afirmó.
Además, contó cómo el bancó dejó de financiar proyectos verdes poco ambiciosos y pasó a vender soluciones en proyectos de eficiencia energética, energía renovable y economías sostenibles y circulares.
¿Cómo lograr una descarbonización armónica?
Pablo Martínez, representante de país del Global Green Growth Institute (GGGI), utilizó su espacio para hablar de la generación de empleos verdes, que están dirigidos a reducir las presiones del capital natural. “En una investigación estimamos que por un millón de dólares invertidos en energías limpias en Alemania se generan 10 empleos, 15 en corea, 37 en Brasil, 70 en Sudáfrica y 100 en Indonesia”, indicó.
Además, explicó que si bien la transición hacia la carbononeutralidad implicaría perder 185 millones de empleos en el mundo, paralelamente esa nueva industria podría generar 200 millones de empleos.
Martínez habló de los esfuerzos del GGGI junto al Gobierno nacional para desarrollar proyectos de esa naturaleza. Puso de ejemplo, precisamente, el de la necesidad de descarbonización sin afectar a algunos territorios, pues hay departamentos, como La Guajira y Cesar, en el carbón mineral puede representar una tercera parte de su PIB. Para estos territorios se requiere una transición justa.
“La apuesta es que esos departamentos diversifiquen su economía. La minería de carbón viene decreciendo. Queremos hacer una transición ordenada”, indicó. A propósito, explicó que, dentro de lo que han podido desarrollar como alternativas, se encuentran actividades de economía forestal, como el uso sostenible del bosque natural, sistemas silvopastoriles, sistemas agropecuarios y sistemas de restauración productiva.