SOSTENIBLE
Por el fin de la agenda ASG
La agenda relacionada con los temas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG, o ESG por sus siglas en inglés) necesita desaparecer.

Considerando el contexto actual, puede sonar como una frase de alguien que siempre se ha mostrado como un conservador anti-woke o de un consultor financiero oportunista. Pero no: como experto en finanzas sostenibles, me sumo al grupo que piensa que la agenda debe dejar de existir (aunque no por los mismos motivos).
Para iniciar la conversación, necesitamos definir a qué se refiere la “agenda ASG” y el concepto de “inversión ASG”. Este último, aunque utilizado de manera casi intercambiable con expresiones como “inversión responsable”, “sostenible” o “de impacto”, tiene una delimitación clara. ASG se refiere únicamente a la incorporación de los temas ambientales, sociales y de gobernanza en las políticas, prácticas y decisiones de inversión. El objetivo es obtener mejores retornos asociados al nivel de riesgo de un activo, con una visión más amplia de los peligros a los cuales está expuesto.
De ser así, difiere del concepto de “inversión responsable”, que tiene como principio adicional el de no causar daños. Por su vez, la “inversión sostenible”, además de incorporar cuestiones ASG y evitar efectos adversos al medio ambiente y la sociedad, también busca contribuir a un contexto favorable para una economía más sostenible, mismo que no tenga la intención expresa de generar algún tipo de impacto positivo específico.
Esta intencionalidad es lo que hace que la “inversión sostenible” sea diferente de la “inversión de impacto”: en esta última, hay una definición a priori de lo que se buscará solucionar y este es el objetivo fundamental de la inversión. Con eso, es posible que se acepten menores retornos financieros para alcanzar este impacto, lo que es distinto de las prácticas de inversión ASG, responsable o sostenible, que buscan resultados en línea con el mercado.
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Considerando lo anterior, queda claro que la inversión ASG no implica un juicio de valor sobre los sectores y activos, sino es una forma más profundizada de analizar los riesgos. Aunque, históricamente, un gran factor para la incorporación de los temas ASG en la toma de decisiones de inversión haya sido la ética, hoy en día es cada vez más claro que esta visión más integral de los peligros es fundamental para la perpetuidad de los negocios -y las regulaciones más recientes, otro direccionador de esfuerzos relevante, van en esta línea.
Retomando el título del artículo, el punto principal entonces es que la agenda ASG debe morir porque estos temas deben ser incorporados a los factores “tradicionales” en el análisis de una inversión y no tratados como algo de nicho. O sea, se sumarían a los fundamentos económicos y financieros, estableciendo interrelaciones y proporcionando una mirada más completa a los temas que pueden afectar el retorno de una inversión, sin ser un abordaje en separado.
Hoy, además del rechazo motivado por temas políticos e ideológicos, hay dos grandes obstáculos técnicos para que podamos enterrar la agenda ASG. El primero es la verificación de que hay una gran correlación entre los temas ASG y el desempeño financiero. Por ejemplo, hay evidencias robustas que fondos e índices ASG generan mejores retornos que los similares “tradicionales”. Por otro lado, la causalidad entre ellos aún está por ser establecida.
Sin esta causalidad determinada, no podemos entender claramente si, por ejemplo, las empresas tienen mejor desempeño económico porque incorporan debidamente los temas ASG o si incorporan los temas ASG de modo apropiado porque tienen los recursos económicos para hacerlo. Además, la comprensión de la intensidad de cómo estas variables se afectan es limitado.
La otra barrera, relacionada con la anterior, es el tratamiento dado a los asuntos ASG como una categoría de riesgos separada -y, aún peor, etiquetados como “no financieros”. Es decir, como si tuvieran un mecanismo idiosincrático para la transmisión de sus efectos. Sin entender cómo estos temas ASG se convierten en “riesgos tradicionales”, tales como operativos, legales, de liquidez, entre otros, estos riesgos no son apropiadamente comprendidos dentro del marco económico-financiero vigente y no son considerados efectivamente en los modelos de negocios.
Para superar estas limitaciones, hay la necesidad de la utilización de un abordaje más científico sobre la aplicación de procesos, procedimientos y herramientas para la integración de temas ASG en las decisiones de inversión, así como en la medición de sus resultados y escrutinio sobre la forma de materialización de estos riesgos. Solo a través de datos es que podremos verificar, con evidencias sólidas, la relevancia de estos temas por sector y clase de activos y la mejor manera de considerarlos para cada caso.
Con esto, se hace necesaria la educación del sector financiero sobre la amenaza de rechazar las cuestiones ASG sin razón técnica o científica y mantener una visión limitada de los riesgos que pueden afectar sus inversiones. Esto también implica que los profesionales más enfocados en esta agenda sean didácticos en sus explicaciones y, principalmente, consistentes en la aplicación de los conceptos y medición de los resultados de sus intervenciones.
Es posible que, al final de todo eso, veamos que los temas ASG tienen un resultado menor que lo esperado sobre la economía. De ser así, no deberíamos avergonzarnos por tenerlos en tanta alta estima al inicio: al final, utilizando nuestra vida personal como comparación, ¿nos sentimos aliviados o molestos cuando los exámenes de una posible enfermedad grave resultan negativos? Asimismo, una vez más, la incorporación de los asuntos ASG a los fundamentos analíticos es condición sine qua non para llegar a este entendimiento -o ver que, realmente, son aún más críticos que lo habíamos pensado inicialmente.
Vale la pena resaltar que este artículo no es una defensa incondicional que todo debe ser examinado desde la perspectiva económica y financiera para que haga sentido y que el bienestar de la sociedad y la preservación no son suficientes o más importantes. En realidad, viene de la visión de que la consideración de los temas ASG es algo muy básico para que evitemos una depredación descontrolada de nuestro planeta y deterioración de las relaciones sociales y debe ser parte de cualquier marco analítico.
Adicionalmente, añadir los asuntos ASG a los fundamentos del abordaje tradicional podrá servir para explicitar el valor -y, por que no, la necesidad- de otros abordajes, como las ya mencionadas inversiones responsables, sostenibles y de impacto.
Volviendo a las metáforas médicas y de vida o muerte, es mejor hacer una biopsia de los riesgos, identificar cuáles son materiales -independiente de su naturaleza- y encontrar formas de manejarlos que hacer autopsias y lamentar por no haberlos considerado y gestionado anteriormente. Por lo tanto, no hay nada más conservador que la integración ASG.