GRUPO RÍO BOGOTÁ
¿Cómo reciclar el aceite de cocina usado?
Un solo litro de este residuo contamina 1.000 litros de agua. No arrojarlo por el sifón y llevarlo a puntos de recolección puede evitar que este llegue a los ecosistemas. Conozca cómo hacerlo y dónde están ubicadas algunas estaciones de reciclaje, puede incluso tener una propia en casa.
La protección del medio ambiente empieza en casa. Cambiar los hábitos es el primer paso para evitar que el planeta llegue a un punto de no retorno por cuenta de la contaminación, el cambio climático, la deforestación y la escasez de agua, solo por mencionar algunas de las problemáticas.
La economía circular, una estrategia que cada vez toma más fuerza, plantea la necesidad inminente de reducir el consumo exagerado e impulsa el aprovechamiento de los residuos. A diferencia del modelo lineal, en el que solo se consume un producto y luego se arroja a la basura, el circular busca reducir los desechos al mínimo, dándoles un nuevo uso para que se mantengan el mayor tiempo posible en el circuito económico.
Reparar, reciclar, reutilizar y refabricar, son las palabras claves para lograrlo y, en caso de que el residuo sea biodegradable, la idea es devolverlo a la naturaleza.
En Bogotá, por ejemplo, se estima que se producen unas 7.500 toneladas de basura a diario, de las cuales solo se recicla el 15 %. Esto tiene graves consecuencias en el medio ambiente como la contaminación del aire, suelo y agua, además de crear un desequilibrio en los ecosistemas.
Tendencias
El río Bogotá es un ejemplo de ello. Este afluente recibe aproximadamente 690 toneladas de carga contaminante a diario, entre escombros, arenas, basuras, residuos sólidos y tóxicos, que tienen al 97 por ciento de sus aguas contaminadas.
Una de las mejores maneras de aportar a su recuperación desde la casa es adoptar la economía circular, separando los residuos en la fuente y haciendo un uso consciente de ellos.
El aceite de cocina usado, por ejemplo, es uno de los peores enemigos del río Bogotá y del resto de cuerpos hídricos que alberga su cuenca. La mayoría de las personas arrojan este residuo por el sifón, justo después de usarlo, ignorando que un litro de este contamina hasta 1.000 litros de agua, arriesgando los ecosistemas y las especies que en ellos habitan.
Reciclar el aceite de cocina usado se convierte, entonces, en un gran aporte para combatir esta problemática y proteger los recursos naturales.
¿Cómo disponer de este residuo y a dónde llevarlo?
Cuando el aceite haya cumplido su ciclo y sea el momento de desecharlo, lo que debe hacer es verterlo dentro de una botella plástica una vez esté frío (no es recomendable que sea de vidrio porque se puede romper). Ojo, no bote la botella a la basura, déjela a un lado para llenarla por completo con el aceite que use en otras preparaciones.
Tan pronto la botella esté llena, llévela a una estación de recolección. En Bogotá, la Secretaría Distrital de Ambiente tiene puntos de recolección en todas las localidades tanto de aceite de cocina usado, como de otros residuos posconsumo, para que los ciudadanos lleven allí el material aprovechable.
En este enlace puede conocer cuál es el punto más cercano a usted: https://bit.ly/3fISEOe
Sin embargo, hay otros puntos de recolección en la capital. La oenegé “Recicla, Pues!”, que busca fomentar la cultura del reciclaje y crear conciencia en la ciudadanía alrededor de la gestión sostenible de los residuos, lanzó en diciembre de 2020 un convenio con la empresa Alianza Team en torno al aprovechamiento de este residuo.
El programa se llama Aceite Circular, y este tiene dos objetivos. “Uno es dictar charlas en colegios enseñando cómo hacer la correcta separación del aceite de cocina usado. Y el otro es instalar estaciones de reciclaje en conjuntos residenciales y colegios para que las personas puedan hacer parte del reciclaje y llevar su aceite de cocina usado”, explica Juliana Rincón, directora ejecutiva de “Recicla, Pues!”.
Cuando las estaciones están llenas, los usuarios deben avisar a la empresa Alianza Team en este teléfono: 302334178, para que recoja las botellas de aceite usado disponibles en la estación. Este residuo pasa por un proceso de transformación para convertirlo en biocombustible para motores diésel.
Según cifras de la oenegé, por cada 3 litros de aceite usado se pueden obtener 2 de biodiésel, el cual produce 10 % menos de dióxido de carbono, 40 % menos de humos y 98 % menos de dióxido de azufre.
Si los propietarios de un conjunto residencial quieren tener su propia estación de reciclaje, deben llenar este formulario. Si prefiere llevarlo a un punto de recolección en tiendas autorizadas, puede consultarlo aquí.
Con esta alianza, “Recicla, Pues!” ha instalado 35 estaciones en conjuntos residenciales de Bogotá y 4 en Cali. Próximamente, Barranquilla se sumará a la lista de ciudades con Aceite Circular. Además, Alianza Team ha instalado 280 puntos de reciclaje en tiendas D1.
“La instalación de estas estaciones, así como las charlas pedagógicas, son completamente gratis. Ahora estas también se pueden instalar en los colegios”, cuenta Rincón.
¿Qué aceite se puede reciclar?
La organización “Recicla, Pues!” hizo un listado de los aceites que se pueden aprovechar después de cocinar, pues no es solo uno. Los de tipo vegetal que entran en la lista son los de palma, girasol, canola y soya; así como los de oliva, coco, aguacate y ajonjolí.
El aceite de tocineta, chicharrón, pollo asado o frito y el de atún en lata, también se pueden verter en las botellas plásticas para su recolección. Todos los anteriormente mencionados se pueden poner en un mismo envase, lo importante es que estén colado para quitar los residuos de comida.
El aceite de motor también se puede reciclar. Sin embargo, es clave que este vaya envasado en otra botella y no mezclado con el o los aceites de cocina.
La iniciativa Aceite Circular no es a corto plazo. La idea, de hecho, es que se mantenga indefinidamente para lograr cambiar la cultura e implementar la economía circular. “El reciclaje es para toda la vida, nuestro objetivo es fomentar la cultura de reciclaje y este tipo de programas son herramientas que les enseñan a los colombianos cómo hacerlo y que se convierta en un hábito”, concluye la directora ejecutiva de la oenegé.