GRUPO RÍO BOGOTÁ
La PTAR El Salitre ya está funcionando en fase de pruebas
Esta megaobra es clave para la descontaminación del río Bogotá pues impedirá que unas 450 toneladas de basura lleguen a sus aguas cada mes.
De los 380 kilómetros de extensión del río Bogotá, sólo 11 están en perfectas condiciones. Luego de su nacimiento en el páramo de Guacheneque, en Villapinzón, donde sus aguas aún son cristalinas, este afluente empieza a recibir toda clase de vertimientos arrojados por los habitantes de su cuenca.
Esta situación tiene en cuidados intensivos al Bogotá desde hace décadas. Hoy, sin embargo, la recuperación de este cuerpo hídrico, que en algún momento parecía una utopía, está más cerca de convertirse en una realidad.
Para combatir las mil toneladas de basura que este afluente recibe a diario, se adelantan dos de las megaobras más importantes de la región.
Una de ellas es la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Salitre, ubicada en el noroccidente de la capital entre las localidades de Suba y Engativá. Y la otra, por su parte, es la PTAR Canoas en el municipio de Soacha, ambas cruciales para el renacer del Bogotá.
Durante la conmemoración del Día del río Bogotá, Luis Fernando Sanabria, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), anunció que la PTAR Salitre ya está funcionando en fase de pruebas.
“A la planta ya están ingresando las aguas residuales de unos 3,5 millones de habitantes del norte de Bogotá y estamos haciendo la prueba de su tratamiento a través de las líneas de pretratamiento, primarios, biológicos, secundarios y digestores”, explicó el directivo.
La PTAR Salitre original empezó su operación en el año 2000. Sin embargo, su capacidad solo alcanza a tratar 4 metros cúbicos por segundo y no realiza desinfección alguna a las aguas residuales, sino que separa la basura, sólidos y un porcentaje de carga orgánica que llega por el alcantarillado.
Con la ampliación, la planta logrará desinfectar las aguas entre 95 y 98 %, y serán destinadas para actividades agropecuarias.
Este proyecto liderado por la CAR, entrará en funcionamiento en 2021. Allí se tratarán 7 metros cúbicos de agua por segundo, 605 millones de litros diarios, y evitará que unas 450 toneladas de basura lleguen mensualmente al río Bogotá.
La megaobra, que tuvo una inversión de aproximadamente US$480 millones por parte de la autoridad ambiental y el Banco Mundial, va a tratar el 30 % de las aguas residuales generadas por los habitantes, principalmente, del norte de la capital. Este tratamiento le entregará al río Bogotá aguas en condiciones óptimas para detener la contaminación que diariamente amenaza con acabar la vida de este afluente.
“Haremos, en el mediano plazo, la entrega de la planta de tratamiento de aguas residuales El Salitre fase II, una obra que, sin lugar a duda, cambiará la cara de nuestro río al permitir que tengamos oxígeno disuelto, es decir, que el río Bogotá tenga vida”, indicó Sanabria.
El funcionamiento de esta PTAR se complementará con las plantas que se construyen en otros municipios de la cuenca como Zipaquirá, Cota, Ricaurte, Chía, Tenjo y Cajicá.
Junto con la PTAR Canoas, que tratará el 100 % de las aguas de ese municipio y el 70 % de la capital del país, el río Bogotá logrará avanzar satisfactoriamente hacia su recuperación.
Sin embargo, el renacer del afluente no puede depender exclusivamente de las plantas de tratamiento. Estas no darán a basto si los cerca de 12 millones de habitantes de su cuenca siguen arrojando diariamente miles de toneladas de basura al río. Cambiar los hábitos y prácticas por unas más amigables, no solo con el Bogotá sino con todos los recursos naturales, debe ser el primer paso en el camino hacia su recuperación.
La separación de residuos en la fuente, no botar aceite de cocina usado por el sifón y ahorrar agua, pueden ser algunos aportes importantes.
Adecuación hidráulica y Parque Lineal
La autoridad ambiental comentó que también están terminando 42 kilómetros de adecuación hidráulica en la cuenca alta del río Bogotá, una obra que también ayudará a la recuperación de este cuerpo de agua.
Desde el sector de Puente La Virgen, en Cota, hasta Puente Vargas en Cajicá, se amplió su cauce de 30 a 50 metros y se duplicó su capacidad de transporte de agua de 80 metros cúbicos por segundo a 130. Estas adecuaciones son claves para controlar inundaciones.
“También culminamos la construcción de dos muelles elaborados con materiales sostenibles como la guadua. Uno está en Puente La Virgen y el otro cerca al puente de Guadua de la calle 80 en la localidad de Engativá en Bogotá”, explicó Sanabria.
Además, el directivo destacó la construcción de 47 kilómetros de sendero que conforman el Parque Lineal del río Bogotá, un lugar que comprende espacios peatonales, plazoletas con mobiliario, embarcaderos y esculturas, disponibles para que la comunidad pueda disfrutar de este ecosistema.