GRUPO RÍO BOGOTÁ
¿Qué es el benchmarking ambiental y cómo ayuda a proteger los recursos naturales?
La mesa de trabajo de la quebrada la Chucua impulsa esta actividad entre sus miembros para que cada vez más industriales de Tocancipá adopten buenas prácticas ambientales en su operación. Conozca en qué consiste.
Hace casi cuatro meses, diferentes sectores de Tocancipá se unieron para trabajar por un propósito: descontaminar la quebrada La Chucua, un cuerpo hídrico que desemboca en el río Bogotá. Estas aguas llegan a la planta de tratamiento de Tibitoc, que potabiliza el recurso hídrico para abastecer al 30 % de Bogotá y a otros municipios de Cundinamarca como Sopó, Gachancipá, Tocancipá, Chía y Cajicá.
Sin embargo, los últimos comités hidrológicos mostraban altísimos niveles de contaminación en esta planta. Es por eso que limpiar, descontaminar y recuperar los ríos y quebradas que transportan sus aguas allí, se convirtió en un paso clave para resolver un posible problema de salud pública.
Desde mayo, se han reunido de manera virtual a través de una mesa de trabajo, liderada por la Asociación de Usuarios del Río Bogotá (Asurío), en cabeza de Pablo Carrizosa quien, a su vez, es miembro del comité de verificación de la sentencia del río Bogotá.
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La meta inicial era descontaminar la Chucua en seis meses y, aunque han logrado importantes avances y ya se empiezan a ver cambios en la quebrada, puede que el proceso se extienda un poco más.
“Esta mesa demuestra que se pueden reunir a los actores del territorio para resolver una problemática ambiental de manera voluntaria. Más que recuperar la quebrada, lo que buscamos es que los industriales, la comunidad, la CAR y la alcaldía municipal, se apropien de este cuerpo de agua y lo quieran recuperar, no porque hay una sentencia que obliga a hacerlo, sino por voluntad propia”, dijo Carrizosa en el encuentro más reciente.
Dentro de las actividades propuestas en el plan de acción para su recuperación, los miembros de esta iniciativa acordaron hacer ejercicios de benchmarking. Esta herramienta consiste en identificar las buenas prácticas ambientales de una organización en cuanto al manejo de residuos, gestión del recurso hídrico y cumplimiento de las normas ambientales, entre otros, con el fin de reconocerlas y compartirlas con los grupos de interés.
La idea es que a través de estos ejercicios las empresas puedan tomar diferentes elementos que consideren oportunos para adoptarlos en su operación y así mejorar sus prácticas ambientales.
La Asociación de Industriales de la Sabana Norte (Asienorte) fue la encargada de proponer e impulsar estas actividades entre los industriales y demás miembros de la mesa de trabajo de la Chucua.
“Los benchmarking son buenos porque los consideramos métodos de incentivos colectivos en los cuales resaltamos y mostramos el buen trabajo de las empresas que se esfuerzan por cumplir al 100 % con sus obligaciones. Pero, a la vez, estamos creando un espíritu de competencia sana y de ejemplificación en las empresas y los representantes de las mismas que aún no lo hacen al 100 %”, afirmó Vanessa Vela, directora ejecutiva de Asienorte.
La primera jornada de benchmarking tuvo lugar el 27 de julio, a las 9:00 de la mañana, en el Parque Industrial Gran Sabana, ubicado en el municipio de Tocancipá. Los asistentes debían cumplir con todos los protocolos de bioseguridad y al llegar recibieron un kit de desinfección.
Luego, recibieron un refrigerio y pasaron a una mesa donde estaban expuestos tres emprendimientos de jóvenes tocancipeños con productos amigables con el medio ambiente. Finalmente, empezaron el recorrido completo para conocer de cerca el proceso en las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) del Parque Industrial, de la mano de Fernanda Lindarte, ingeniera en biotecnología y asesoría ambiental.
“El benchmarking llevado a cabo en Tocancipá fue liderado por Asienorte y fue un éxito, ya que compartir conocimiento con los demás participantes sirvió como fuente de ideas para la solución de incidentes en las empresas del sector. Esperamos que esta actividad sea realizada con alguna periodicidad con el fin de lograr un mejoramiento contínuo en este campo, el cual es fundamental hoy en día para la preservación de nuestro planeta”, dijo Luis Gabriel Fonseca, presidente de la Asociación.
La Cervecería Bavaria, por su parte, fue la segunda empresa en organizar una actividad de benchmarking la cual, por temas de bioseguridad, se llevó a cabo de manera virtual.
El ingeniero William Pereira, líder del equipo ambiental, fue el encargado de presentar a los asistentes el proceso de tratamiento del recurso hídrico en la planta de Tocancipá, conocida como “el corazón de Bavaria”, pues allí se produce el 40 % de la cerveza.
A lo largo de la actividad, el ingeniero presentó los procesos que se llevan a cabo en la planta para hacer una correcta gestión del recurso hídrico y compensar el impacto de su operación. Esta tarea la realiza un equipo ambiental multidisciplinario conformado por 21 personas: un líder, 15 operadores y cinco “champions”, quienes controlan y revisan constantemente los procesos para garantizar su correcto funcionamiento.
En la cervecería, el principal recurso de abastecimiento para sus productos es el agua, proveniente del río Bogotá, que está ubicado a casi 4 kilómetros de la planta. Este recurso lo recolectan a través de un sistema de captación que cumple con los permisos necesarios.
Explicó cada uno de los procesos y sistemas que usan, tanto en la planta de purificación de agua como en la PTAR, donde tratan el recurso para devolverlo en buenas condiciones al río. Así mismo, mencionó que reutilizan parte del agua para actividades internas como enfriamiento, limpieza de pisos y lubricación.
La PTAR, de acuerdo con el ingeniero, tiene una capacidad de tratamiento de 170 litros por segundo y está conformada por dos reactores anaerobios de recirculación interna y otros cinco de lodos activados con agitación mecánica y tratamiento físicoquímico, los cuales transforman las aguas residuales con alta carga orgánica en biogás.
Estos reactores también reciben un seguimiento y monitoreo constante para controlar qué tanto biogás generan. “Al ser aguas industriales los sulfatos son muy bajos y, por ende, el ácido sulfhídrico en el biogás es muy bajo también, lo que evita que se generen olores excesivos en nuestra planta” explicó el ingeniero. Además, anotó que en la planta están ahorrando entre el 8 y 12 % de la energía utilizada por combustión del gas natural con ese biogás.
También mencionó el acuerdo de estricto cumplimiento que tienen en la cervecería en el que deben declarar cualquier vertimiento fuera de las condiciones normales de operación. “A la entrada de la planta tomamos muestras cada dos horas para controlar que no haya inconvenientes en el tratamiento. Además, la capacidad de nuestro tanque nos da un tiempo de reacción para tomar medidas ante un vertimiento que no haya sido reportado”, agregó Pereira.
Toptex, por su lado, llevó a cabo la tercera jornada de benchmarking para los miembros de la mesa de trabajo. Esta organización productora de textiles, está comprometida con el medio ambiente y por eso están en constante mejoramiento de sus políticas para garantizar un menor impacto en agua, energía y residuos.
La actividad fue presencial, en la planta de la empresa ubicada en el municipio de Tocancipá, con todos los protocolos de bioseguridad.
En un recorrido de aproximadamente media hora, los asistentes conocieron el tratamiento de aguas que allí realizan con su propia PTAR, la cual tiene una capacidad de tratamiento de 20 litros por segundo y garantiza que las aguas residuales producto de su operación, regresen en buenas condiciones a la fuente hídrica.
“La actividad tuvo una participación importante de los grupos de interés. Pudimos mostrarles a todos los participantes el proceso de tratamiento, además de aclarar dudas e inquietudes”, comentó Johanna Guamán, directora Ambiental de Toptex.
La idea es que en las próximas semanas, los demás industriales que hacen parte de la mesa de trabajo de la Chucua puedan llevar a cabo sus respectivas jornadas de benchmarking.
Ya sea de manera virtual o presencial, estas actividades son fundamentales para que cada vez más personas y empresas, no solo de Tocancipá sino del resto del territorio, tomen las prácticas que consideren oportunas para aplicarlas a su operación y mitigar el impacto ambiental que esta pueda generar en los ecosistemas aledaños.
Así mismo, se iniciarán los monitoreos en la quebrada para identificar posibles conexiones erradas o descargas que estén contaminando sus aguas, a través de un comité técnico.