medioambiente
600 empresas colombianas se han comprometido a reducir su huella de carbono
El Gobierno colombiano presentó la Estrategia Colombia Carbono Neutral (ECCN), un plan de largo plazo que busca reducir en un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una de las fechas más importantes de la ONU. Cada año, desde 1974, se hace homenaje a esta fecha con la participación de empresas, gobiernos y ciudadanos, en un esfuerzo por abordar los problemas ambientales más relevantes.
Para este año se celebrará con el tema Una sola Tierra, una consigna que pide cambios profundos en las políticas y en las decisiones humanas para permitir vidas más limpias, ecológicas y sostenibles, en armonía con la naturaleza, según el portal Worldenviromentday.
Este año es especial, dado que se conmemoran los 50 años desde la primera reunión internacional para conversar sobre este tema. Por esta razón, es fundamental estar al tanto de planteamientos que hay que seguir reforzando desde el sector empresarial.
Una sola Tierra fue también el lema de la Conferencia de Estocolmo de 1972, en la cual se acordó el establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). 50 años después, cuando la triple crisis planetaria sigue poniendo en peligro el planeta, el cambio climático, la contaminación, los residuos y la pérdida de biodiversidad, dicho lema sigue siendo pertinente.
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¿Cuál es el objetivo de Colombia?
Para asegurar los compromisos de los países en relación con la sostenibilidad y, especialmente, en materia de descarbonización, debe hacer parte de los principales objetivos de las empresas. Aunque Colombia no sea uno de los países que más contribuye al cambio climático, sí es uno de los más vulnerables a sus efectos.
En la cumbre del clima COP26 en Glasgow (Escocia), que ocurrió a finales de 2022, el Gobierno colombiano presentó la Estrategia Colombia Carbono Neutral (ECCN), un plan de largo plazo que busca reducir en un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030 y alcanzar la carbononeutralidad para el 2050.
Como parte de la ECCN, se desarrolló el Programa Nacional de Carbono Neutralidad, a través de la cual el Gobierno invita a las organizaciones que operen en el territorio nacional a contribuir a las metas de descarbonización del país.
Actualmente, casi 600 empresas se han comprometido a reducir su huella de carbono a través del programa.
Por su parte, el Ministerio de Ambiente espera contar con mil compañías inscritas hasta julio, lo cual representa una oportunidad de negocios bastante importante.
“Elegir cuál será el primer paso para disminuir la huella de carbono de una organización sigue siendo desafiador. Factores como dónde y cuánto invertir, qué adaptar y qué cambios son más importantes, tienden a convertirse en obstáculos para las organizaciones que quieren ser más sostenibles” aseguró Rafael Segrera, presidente de Schneider Electric para América del Sur.
Por esta razón, es primordial entender cómo se estructura el proceso de reducción gradual de las emisiones de gases de efecto invernadero y los niveles que se alcanzan, con especial atención a los conceptos de carbono neutro y cero neto.
Diferencias entre carbono neutral y cero neto
¿Cuál de estas opciones tiene más sentido y cuál es más viable para cada empresa que empiece a invertir?
Según la definición de carbono neutral, las empresas que apuestan por este tema necesitan desarrollar proyectos efectivos para reducir sus emisiones de carbono y asegurar que las emisiones residuales sean compensadas, mediante un volumen equivalente de remoción de estos gases de la atmósfera.
A esto se le conoce en el mercado como “compensaciones de carbono”, que se pueden realizar a través de la adquisición de créditos de carbono de soluciones basadas en la naturaleza, como soluciones técnicas como la eliminación física de GEI y la reforestación.
Pero, ¿qué significa pasar a cero netos? Quiere decir que habrá una eliminación total de las emisiones de carbono, ya sea directa o indirectamente, lo que involucra los gases generados por toda la cadena de valor, incluidos los clientes y los proveedores.
Por consiguiente, al entender las diferencias entre carbono neutral y cero neto, se vuelve más claro para las empresas que los objetivos son excluyentes y que están al alcance para ser logrados a lo largo del tiempo. Esto es un incentivo para las empresas a perder el miedo de invertir, priorizar la acción y romper la inercia necesaria para desencadenar el proceso de cambio.
“Alcanzar el nivel cero neto, por ejemplo, termina siendo más complejo para aquellos que están comenzando a estructurar sus indicadores ESG. Para quienes están más avanzados en el tema, la idea se vuelve más tangible y menos compleja de implementar”, concluye Segrera.
Para finalizar, otro punto para tener en cuenta es adoptar soluciones con propuestas sostenibles que puedan gestionar el uso de los recursos naturales de la mejor manera posible. Para esto, se puede incluir la combinación de la digitalización con una serie de tecnologías existentes que agilizan el proceso.