MEDIOAMBIENTE
Aire contaminado: cada año mueren cerca de siete millones de personas en el mundo
La mayoría de las muertes relacionadas con este fenómeno se dan en países de ingreso bajo y medio.
Nueve de cada diez personas respiran aire contaminado en el mundo, una situación que provoca anualmente alrededor de siete millones de muertes prematuras, 600.000 de las cuales corresponden a niños, según advirtió la Organización de Naciones Unidas.
El organismo multilateral insta a los gobiernos a actuar con decisión para hacerle frente a este problema y evitar que esta cifra de fallecidos se duplique para el año 2050.
António Guterres recordó que la contaminación de la atmósfera representa un “claro reflejo de las desigualdades mundiales”, ya que la mayoría de las muertes relacionadas con este fenómeno se producen en los países de ingresos bajos y medios, y en los barrios más pobres de las naciones más ricas.
“La pobreza obliga a las personas a vivir cerca de fuentes de contaminación, como fábricas y carreteras”, manifestó el funcionario. Aseguró, además, que 3.000 millones de personas siguen quemando combustibles sólidos o queroseno para cocinar y para la calefacción y el alumbrado.
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Asimismo, dijo que la polución no solo daña la salud, sino que también contribuye a incrementar la crisis climática, pues es precisamente la contaminación la que provoca que los niveles de temperatura sigan al alza.
En el Día Internacional del Aire Limpio, que se celebró este siete de septiembre, Guterres exhortó a todos los países a que hagan más por mejorar la calidad del aire. “Con un mejor control se puede determinar cuáles son las fuentes de contaminación atmosférica. Una legislación nacional con base empírica puede contribuir a hacer cumplir las directrices sobre la calidad del aire marcadas por la Organización Mundial de la Salud”, destacó.
Al mismo tiempo, pidió el establecimiento de normas más estrictas para las emisiones contaminantes de los vehículos, de las centrales eléctricas, en la construcción y en las industrias, la eliminación del uso del carbón e invertir en energías renovables en reemplazo de las fósiles.
“Si tomamos estas medidas, podemos salvar hasta 150 millones de vidas en este siglo y ayudar a limpiar nuestra atmósfera”, concluyó el Secretario General de la ONU.
Malos estándares de calidad
En el documento “Regulación de la calidad del aire: la primera evaluación global de la legislación sobre contaminación del aire”, la agencia de la ONU recuerda que la OMS ha identificado la contaminación del aire como el “mayor riesgo ambiental para la salud”.
De acuerdo con el análisis, el 92 % de la población mundial vive en lugares donde los niveles de la contaminación del aire exceden los límites seguros, lo que afecta de manera desproporcionada a mujeres, niños y ancianos de países de bajos ingresos.
La OMS ha presentado valores de referencia para la calidad del aire exterior, pero, como muestra el informe, no existe una alineación global ni un marco legal común para su aplicación.
Incluso donde hay protección legal, los estándares son difíciles de comparar, pues el 49 % de los países definen la contaminación del aire exclusivamente como una amenaza al aire libre, la cobertura geográfica de los estándares de calidad varía y más de la mitad de los países permiten desviaciones de estos estándares.
Indica el informe que si bien la OMS ha presentado directrices de referencia para medir la calidad del aire ambiental, no existe una alineación global ni un marco legal común para aplicarlas. Además, la responsabilidad institucional para alcanzar los estándares es débil a nivel mundial: solo 33 % de los países imponen obligaciones para cumplir con los estándares exigidos por ley.
“No habrá vacuna para prevenir las siete millones de muertes prematuras causadas por la contaminación del aire cada año, un número que se espera aumente en más de 50% para 2050”, dijo Inger Andersen, directora de esta agencia de la ONU.
“El aire que respiramos es un bien público fundamental, y los gobiernos deben hacer más para garantizar que sea limpio y seguro”, añadió la funcionaria.
El derecho a un medio ambiente saludable, incluido el aire limpio, es clave para lograr la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre salud, energía limpia y asequible, ciudades sostenibles, producción responsable y vida en ecosistemas terrestres.
El estudio demuestra que “incluso los objetivos nacionales de calidad del aire más admirables deben estar respaldados por marcos institucionales sólidos, capacidad de implementación y leyes bien coordinadas, para que sean efectivos”, dice la profesora Eloise Scotford, coautora del informe.