MEDIOAMBIENTE
Armenia, Pasto y Yopal también quieren convertirse en biodiverciudades
Trece capitales colombianas han decidido trabajar en proyectos estratégicos para tener un desarrollo urbano sostenible.
Los proyectos para fortalecer el desarrollo urbano sostenible toman cada día más fuerza dada la necesidad de contar con espacios verdes y de naturaleza alineados con iniciativas de desarrollo social y económico.
En este sentido, el Gobierno se planteó el propósito de trabajar para que las ciudades del país se conviertan en biodiverciudades, un programa que inició con la realización de diálogos regionales en 10 capitales que manifestaron su interés de ser parte de este proyecto: Barranquilla, Bucaramanga, Medellín, Barrancabermeja, Villavicencio, Quibdó, Leticia, Manizales, Montería y San Andrés.
Los encuentros regionales permitieron la construcción de un concepto propio que recogió las principales visiones, retos y desafíos territoriales acerca de la planificación urbana y la adopción de un criterio orientado a la transformación de ciudades a partir de un modelo de sostenibilidad apropiado para las diferentes regiones del país.
De esta forma, se ha dado una articulación con gobiernos locales, los cuales se han comprometido a transformar sus ciudades y a reconocer, priorizar e integrar a estas la biodiversidad y sus beneficios para alcanzar un desarrollo urbano sostenible. El objetivo es conectar el crecimiento con la riqueza natural para mejorar la calidad de vida de las personas y lograr entornos más resilientes al clima que le apuestan a acciones de adaptación y a la neutralidad de carbono.
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“Con la iniciativa Biodiverciudades también queremos fomentar un desarrollo bajo en carbono, contribuir a la adaptación y a la resiliencia al clima para tener territorios menos contaminados, más amigables con el medioambiente y tener ciudades habitables para todos los seres vivos: las personas, los animales y las plantas”, expresó Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
A las 10 ciudades que inicialmente manifestaron su interés de convertirse en biodiverciudades se unieron Armenia, Pasto y Yopal, las cuales recibirán acompañamiento del MinAmbiente en la formulación y gestión de la cofinanciación de los proyectos transformacionales de las ciudades, los cuales estarán orientados a impulsar una economía sostenible, incorporar en la planificación territorial la biodiversidad y sus beneficios, y promover proyectos de educación ambiental.
“En muchos casos, el modelo de desarrollo predominante ha implicado una lucha contra la naturaleza, vista como un obstáculo y un adversario. El concepto de biodiverciudades elimina esa lucha y asume los retos socioambientales actuales y futuros, logrando gestionar integralmente la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos con un enfoque de desarrollo urbano sostenible, como herramienta para el desarrollo integral del territorio”, explicó el ministro.
Proyectos en marcha
En la capital del Atlántico se desarrollan dos proyectos tendientes a cumplir con el objetivo. El Ecoparque Distrito Familiar Ciénaga de Mallorquín y la recuperación del caño de la Auyama; en Bucaramanga, la Estación de clasificación y aprovechamiento de residuos sólidos (ECA); en Barrancabermeja, el Ecoparque Centenario; en Montería, el Jardín Botánico del Sinú; en Villavicencio, el Parque de las Aves; en Medellín, el Refugio de Vida Silvestre; en Manizales, el Parque Central Universitario, y en Leticia, el Jardín Botánico.
Así mismo, dentro de la oferta institucional del Ministerio de Ambiente, las biodiverciudades contarán con la instalación de ecoviveros en establecimientos educativos y la realización de jornadas de ciencia participativa, como parte de las estrategias para impulsar la educación ambiental en las ciudades, la participación de la comunidad y la apropiación de conocimiento de los ciudadanos sobre la biodiversidad de su territorio.
El objetivo es que más ciudades se sumen a esta iniciativa que es determinante en el trabajo tendiente a adoptar estrategias que permitan la mitigación del cambio climático y sus efectos.
El propósito es que cada territorio aproveche y fortalezca su riqueza natural para potenciar en beneficio de la calidad de vida, del desarrollo bajo en carbono e incluso de la economía de las regiones.