GRUPO RÍO BOGOTÁ
¿Cómo ayuda la infraestructura verde del Aeropuerto El Dorado a proteger el río Bogotá?
Los diferentes sectores de esta cuenca hidrográfica deben impulsar proyectos sostenibles que, además de fomentar el desarrollo del territorio, garanticen la protección de los ecosistemas. La infraestructura del aeropuerto El Dorado, por ejemplo, busca proteger y optimizar los recursos naturales.
El cambio climático, la contaminación, la escasez de agua y la deforestación, entre otras problemáticas, son producto del comportamiento egoísta que ha tenido gran parte de la humanidad frente al medio ambiente por años. Sin embargo, el cuidado del planeta no da espera y es fundamental cambiar ciertas prácticas para dejarle un mejor futuro a las generaciones venideras.
Con el fin de crear conciencia, en 1974 la Organización de las Naciones Unidas declaró el 5 de junio como el Día Mundial del Medio Ambiente. Esta fecha, además, es una oportunidad para que los gobiernos reafirmen convenios, compromisos y planes de desarrollo sostenibles.
Dentro de las iniciativas y proyectos que ayudan a proteger el medio ambiente está la infraestructura verde, una forma en la que las empresas y la sociedad en general, pueden promover el desarrollo sin necesidad de impactar negativamente la naturaleza o, en su defecto, compensar el impacto.
En la cuenca del río Bogotá, por ejemplo, los planes de ordenamiento territorial deben ajustarse al Plan de Manejo Ambiental de la Cuenca Hidrográfica, POMCA. Esta planeación tiene como objetivo proteger los recursos naturales, principalmente los hídricos, garantizando un equilibrio entre el desarrollo económico y la conservación.
Tendencias
Proyectos de infraestructura verde, como aquellos que impulsa el Aeropuerto El Dorado en Bogotá, son claves para demostrar que el desarrollo, no solo de la cuenca del río Bogotá, sino en todo el país, debe ser de cara al cuidado de los ecosistemas.
La infraestructura de la terminal aérea le apuesta a un uso eficiente del agua, la mitigación y adaptación al cambio climático, la economía circular y la biodiversidad. Además, como vecino del río Bogotá, su compromiso frente a este afluente es claro y sus acciones están encaminadas a reducir el impacto que genera su operación.
“Los proyectos de infraestructura hoy en día deben orientarse a una ejecución respetuosa con la naturaleza, teniendo en cuenta relaciones económicas, ecológicas y sociales con su entorno”, explica Mauricio Vélez, Gerente de Infraestructura de OPAIN, concesionario que administra el aeropuerto El Dorado.
En 2017, la terminal aérea se trazó una línea base para hacer una gestión adecuada de su operación en ese sentido. Desde entonces, a través de varios proyectos han logrado reducir de manera considerable el consumo de energía, por encima del 25 % , así como del agua.
Además, tienen una planta de energía solar para el consumo de la terminal aérea. “Tenemos instalados alrededor de 10.500 paneles solares que suplen el 12 % de la demanda del consumo del aeropuerto”, agrega Vélez.
Así mismo, con el reemplazo de 14.237 luces convencionales por LED, fabricadas con impresión 3D en material reciclable, han logrado ahorrar un 51 % de la demanda energética.
Infraestructura inteligente
La tecnología ha sido fundamental en este camino hacia la sostenibilidad. El sistema de iluminación del aeropuerto, por ejemplo, tiene telegestión con monitoreo 7x24 que evalúa los niveles lumínicos de toda la infraestructura con el fin de hacer un uso óptimo y eficiente de energía. Este ha sido clave para disminuir el consumo de iluminación hasta en un 56 %.
“La infraestructura tecnificada de El Dorado permite hacer más eficientes los procesos mediante algoritmos de programación. La optimización y el control de cada uno de los sistemas se hace mediante el monitoreo constante y las bases de datos con información en tiempo real ayudan a tomar decisiones ágiles y contundentes a la hora de operar, garantizando así un control de eficiencia energética”, explica el Gerente de Infraestructura.
Agua en condiciones óptimas para el río
Instalar Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) propias es quizá uno de los mejores aportes que pueden hacer las empresas que desarrollan sus actividades cerca del río Bogotá o de cualquier fuente hídrica.
En El Dorado, por ejemplo, se hacen responsables de sus vertimientos con un sistema de alcantarillado propio que conduce las aguas residuales a la PTAR del aeropuerto que lleva 5 años funcionando, de los 25 que tiene de vida útil. Allí las aguas entran a unos tanques oxigenados donde pasan por un tratamiento biológico con bacterias que ayudan a retirar la carga contaminante.
“En la PTAR monitoreamos todos los estados del agua para tener un proceso adecuado, cumplir con la normativa y verter siempre en cumplimiento con la resolución del río Bogotá”, explica Gabriel Zuluaga, Director de Mantenimiento de OPAIN.
La planta trata 57 litros por segundo, pero puede llegar a un caudal máximo de 72 litros por segundo. Con esta capacidad procesó en 2020 la cantidad de agua equivalente a 211 piscinas olímpicas.
El monitoreo en la PTAR es permanente, así garantizan que el agua está en buenas condiciones para volver al río. “Hacemos monitoreos constantes de PH, condiciones de sedimentabilidad dentro de la planta, medimos los parámetros en tiempo real y tenemos un laboratorio para ello. Adicionalmente, cada tres meses traemos un laboratorio certificado con el que medimos cada uno de los parámetros físico químicos del agua y los comparamos con la normatividad para cumplirla en nuestros ensayos”, explica Zuluaga.
La tecnología también está presente en el cuidado del recurso hídrico, pues tienen un sistema de conservación para griferías, sanitarios y orinales, con fluxómetros, sensores de movimiento y controles de descargar para hacer un uso eficiente. Esto se complementa con la Planta de Tratamiento de Aguas Lluvias, que trata el agua que cae en la cubierta para reutilizarla en los baños.
Economía circular
En esta infraestructura verde también entra la instalación de la Estación de Clasificación y Aprovechamiento de Residuos (ECA), los ocho Centros de Almacenamiento Temporal de Residuos Sólidos, los puntos ecológicos y los 11 vehículos de recolección. Todo esto ayuda a aprovechar el 56 % de los residuos sólidos, evitando que lleguen a los rellenos sanitarios o al río Bogotá.
Río Bogotá y desarrollo
La infraestructura verde es un aporte importante para recuperar el río Bogotá. Pablo Carrizosa, presidente de ASURÍO y miembro del comité de verificación de la sentencia del río Bogotá, considera clave que los sectores productivos se comprometan con este tipo de proyectos. “Los constructores, por ejemplo, pueden aportar haciendo planes de maestros de acueducto y alcantarillado, optimizar plantas de tratamiento o hacerlas para los municipios. Eso es muy importante”, opina.
Sin embargo, la tarea no debe ser solo para algunos. Sectores públicos, privados, instituciones, gobiernos locales y sociedad civil, deben ser responsables y ejecutar iniciativas en las que haya un equilibrio entre el desarrollo y la protección del afluente más importante de la sabana.