MEDIOAMBIENTE

Día de la Tierra: desde cuándo se conmemora y cuáles son las amenazas actuales

La iniciativa surgió en los Estados Unidos y compete a toda la humanidad.

22 de abril de 2022
La ola de calor registrada en la estratosfera permitió que el agujero en la capa de ozono del Ártico se cerrara. Foto: Pixabay.

Durante la celebración del Día de la Tierra este 22 de abril, los colegios incentivan las campañas que generan conciencia entre los más jóvenes de la sociedad y la civilización reflexiona un poco sobre el impacto de todas sus acciones en el medioambiente.

Pero el origen de esta celebración mundial deja de ser un interrogante para muchos, cuando se conoce que la gestión para hacer un llamado a la humanidad lo realizó por primera vez un senador de los Estados Unidos el 22 de abril de 1970; en esa ocasión participaron dos mil universidades y diez mil escuelas.

Ese año, el Congreso de ese país creó la Agencia de Protección Ambiental y aprobó la Ley de Aire Limpio. Desde entonces, no ha parado de celebrarse esta fecha, dada la importancia de la misma Tierra y todo lo que aporta para el desarrollo de la vida humana.

Por su parte, la ONU ha registrado que los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos. El calor extremo, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos han afectado a millones de personas, en esto consiste el cambio climático.

Sumado a los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta, recalca la organización.

El cambio climático facilita cambios en las coberturas vegetales, disminuirán territorios de bosques y selvas, al igual que de pastizales inducidos, y aumentarán las superficies de cultivo. El aumento del nivel del mar y los eventos extremos tendrán enorme impacto en el sector del turismo, según un informe de amenazas de cambio climático, métricas de mitigación y adaptación en ciudades de América Latina y el Caribe, elaborado por Paola Gabriela Siclari Bravo.

El documento afirma que se generarán impactos negativos en salud, morbilidad y mortalidad, por una menor disponibilidad de agua para el consumo humano, por los efectos adversos en seguridad alimentaria y porque el agua urbana escasa y mal tratada incrementará la transmisión de enfermedades.

Como financiador de los sectores productivos, el papel de la banca es clave para detener el cambio climático.
Como financiador de los sectores productivos, el papel de la banca es clave para detener el cambio climático. | Foto: BBVA

Las estimaciones agregadas de los costos económicos del cambio climático en la región, relacionados con un aumento de 2,5 °C de temperatura (muy probablemente alrededor del 2050), oscilan entre el 1,5% y el 5% del PIB actual.

Brasil, México, Venezuela y Argentina contribuyen con el 80% del total de emisiones de GEI en la región y al 9% del total mundial. Mientras Cuba muestra un crecimiento negativo de emisiones en este periodo (Latorre: 2010), Trinidad y Tobago es el país que muestra mayor oferta y consumo de energía respecto del PIB per cápita entre 1990 y 2005.

El informe revela que en América Latina la erosión de suelos se produce masivamente por causas antropogénicas, específicamente por el uso no sostenible de suelo para producción agrícola y por explotación minera.

Se prevé, según los datos del documento, que serán mayormente afectadas las ciudades en la frontera amazónica, presionadas por producción agropecuaria no sostenible y por intereses sobre el suelo; ciudades que tienen monocultivos de soya y de palma africana, en diversos países de la región: como Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú.

Así las cosas, las principales amenazas que enfrenta el planeta son:

Transporte contaminante: esto, debido a que el 40 % de las emisiones en España, por ejemplo, provienen de ello. Mientras que en Colombia, esto representa alrededor de 185,6 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente liberadas a la atmósfera, según el Inventario Nacional de emisiones GEI del IDEAM, de 2016.

Energía: puesto que en Colombia ocupa el 44 % de las emisiones, seguido de “Agricultura, Silvicultura y otros usos del suelo” con 43 %; “Gestión de Residuos” con 8 %, y “Procesos Industriales y uso de productos” con solo 5 %, asegura dicho reporte nacional de GEI (Gases Efecto Invernadero).

Industria: Lo que incluye la quema de combustibles fósiles que permite producir la energía necesaria en el mundo para la producción de cemento, hierro, acero, electrónica, plásticos, ropa y otros bienes. De igual manera la minería y otros procesos industriales también liberan gases, afirma la ONU.

Generación excesiva de residuos: se sabe que cada persona que vive en Europa genera más de un kilo y medio de basura al día. El 60 % de esta basura son en envases y bolsas de plástico. Mientras que en Bogotá, según cifras del Dane, cada persona produce cerca de un kilogramo de basuras en el día.

Agricultura: es responsable de casi la mitad de las emisiones de metano. Aunque persiste en la atmósfera durante un tiempo más corto, el metano es aproximadamente veinte veces más potente que el dióxido de carbono en su acción de calentamiento. Las actuales emisiones antropogénicas anuales son del orden de 540 millones de toneladas y están creciendo a un ritmo aproximado del 5% anual, según la FAO.