medioambiente

Día de la Tierra: Ejército apoya reforestación de más de 2.000 hectáreas de páramo en Boyacá

La reforestación se ha adelantado en el Páramo de Ocetá vital para el fortalecimiento de los recursos hídricos.

22 de abril de 2022
La siembra de arboles se dio en Boyacá
La siembra de arboles se dio en Boyacá | Foto: Ejército Nacional

En Monguí, Boyacá, se han sembrado cerca de 8.500 árboles de especies nativas y frailejones en esta zona del departamento durante 2022. En la campaña que pretende reforestar esta zona de la provincia de Sugamuxi y se ha adelantado en los primeros cuatro meses ha participado el Ejército Nacional, junto a la Corporación Autónoma de Boyacá, Corpoboyacá y la Alcaldía del municipio.

En el Día de la Tierra las autoridades llevaron cerca de 3.000 árboles de especies nativas y frailejones para ser sembrados y, así, contribuir a la recuperación de zonas afectadas. Todo se dio en el marco de la Operación Mayor Artemisa y con el objetivo de contribuir al cuidado de la tierra y de los recursos hídricos que nacen en el páramo de Ocetá.

Ejército ha apoyado reforestación de más de 2000 hectáreas del páramo de Ocetá, en Boyacá
Ejército ha apoyado reforestación de más de 2000 hectáreas del páramo de Ocetá, en Boyacá | Foto: Suministrada a SEMANA

En un recorrido de más de 15 kilómetros caminando se realizó la labor de reforestación. Esta culminó en las veredas Vallado y Ducuazua sobre los 3800 metros sobre el nivel del mar. Allí sus habitantes, junto a las autoridades, hicieron las excavaciones para plantar los árboles y especies nativas como roble, sauce, mimbre, aliso y laurel, entre otros. De igual manera, frailejones de diferentes especies, como plateados, amarillos, espeletia y lupinus morado.

Esta reserva hídrica y forestal sirve como hogar de especies silvestres como conejos sabaneros, ranas, cóndores, águilas, guatines y el venado de cola blanca, lo que lo convierte en una importante fuente de vida para la sostenibilidad del ecosistema. De igual manera, su cuidado, conservación y constante reforestación sirve para garantizar el suministro de agua potable a cerca de 250.000 personas de los municipios de Sogamoso, Tópaga, Gámeza, Corrales, Monguí y Mongua, ubicados en la provincia de Sugamuxi, Boyacá.

El coronel Edwin Castañeda Ortiz, comandante del batallón Tarqui, señaló que 3.700 hectáreas del páramo forman parte de la despensa o reserva hídrica para cinco municipios de la Provincia de Sugamuxi. La labor en realidad empezó desde el años anterior dando vida a un vivero de alta montaña, sembrando más de mil frailejones y más de 25.000 plántulas nativas.

El Ejército Nacional adelanta labores de cuidado y conservación del medioambiente, tarea que adelantan soldados entrenados y capacitados en labores agrícolas, forestales y ambientales. Cabe recordar que durante la celebración del Día de la Tierra este 22 de abril, los colegios incentivan las campañas que generan conciencia entre los más jóvenes de la sociedad y la civilización reflexiona un poco sobre el impacto de todas sus acciones en el medioambiente.

Pero el origen de esta celebración mundial deja de ser un interrogante para muchos, cuando se conoce que la gestión para hacer un llamado a la humanidad lo realizó por primera vez un senador de los Estados Unidos el 22 de abril de 1970; en esa ocasión participaron dos mil universidades y diez mil escuelas.

Ese año, el Congreso de ese país creó la Agencia de Protección Ambiental y aprobó la Ley de Aire Limpio. Desde entonces, no ha parado de celebrarse esta fecha, dada la importancia de la misma Tierra y todo lo que aporta para el desarrollo de la vida humana.

Por su parte, la ONU ha registrado que los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos. El calor extremo, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos han afectado a millones de personas, en esto consiste el cambio climático.

Sumado a los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta, recalca la organización.