Medio ambiente
En el Jardín Botánico de Bogotá floreció la herrania, una planta nativa de la Amazonia colombiana y ancestro del cacao
Fue traída al Jardín Botánico de Bogotá en 2021 desde San Martín, en el departamento del Meta.
Científicos del Tropicario distrital reportaron el florecimiento de la herrania purpúrea, comúnmente conocida como cacao de monte o caucauillo, cuya belleza y originalidad no pasan desapercibidas para quienes visitan el ecosistema amazónico del complejo de invernaderos del Jardín Botánico de Bogotá.
Esta especie, catalogada como nativa, fue traída desde San Martín en agosto de 2021, en el departamento del Meta e incluida a las colecciones ex situ del Tropicario en febrero de 2022, y desde entonces ha sido objeto de seguimiento para asegurar su crecimiento y propagación exitosa por fuera de su ambiente.
La herrania es el pariente silvestre del cacao, lo cual se observa en la forma de sus frutos. De acuerdo con las investigaciones realizadas en relación con esta planta, su fruto se ha reportado como comestible en la región del Urabá, en el Caribe colombiano, en donde crece en bosques primarios y secundarios.
Esta planta es hermafrodita, presenta una altura promedio de entre 2 y 5 metros, sus flores resultan llamativas tanto por su color como por su forma, semejante a las cintas utilizadas para adornar regalos.
Cabe recordar que el Tropicario del Jardín Botánico de Bogotá es el más grande de Suramérica, y está conformado por un conjunto de domos de cristal distribuidos en 3.800 metros en los cuales crecen y florecen cientos de plantas representativas de los diferentes ecosistemas del país.
Esta infraestructura, única en el país, recibe miles de personas cada semana y en temporadas como la reciente Semana Santa tuvo un promedio de mil visitantes por día.
El Tropicario distrital está abierto al público de martes a viernes de 8:00 a. m. a 5:00 p. m. y sábados, domingos y festivos de 9:00 a. m. a 5:00 p. m. Tiene un costo de $5.000 pesos para nacionales y $10.000 para extranjeros.
Regalo de la naturaleza: floreció el yagé del Tropicario en el Jardín Botánico de Bogotá
Recientemente, como una rareza o regalo de la naturaleza describieron los científicos del Jardín Botánico de Bogotá el florecimiento del yagé que está ubicado en el Tropicario de este lugar. Los expertos se dieron cuenta de este extraño acontecimiento este 17 de enero.
Esto ocurrió luego de dos años de seguimiento y monitoreo de los expertos a esta flor. En el yagé se puede observar flores pequeñas y delicadas de color rosa. Tienen cerca de cuatro a cinco centímetros de altura.
Para los científicos del Jardín Botánico de Bogotá es un gran suceso debido a que las condiciones de la capital del país, como la altura (2.600 metros sobre el nivel del mar), dificultan el florecimiento de esta planta.
“La naturaleza nos sorprende y nos enseña que la vida se abre paso aún en condiciones diferentes a las habituales. De ahí la importancia de nuestro Tropicario Distrital, a través del cual rendimos un tributo a la diversidad botánica, étnica y geográfica de Colombia”, afirmó Martha Liliana Perdomo Ramírez, directora del Jardín Botánico de Bogotá.
Desde 2020, en medio de la pandemia, especialistas en colecciones del Jardín Botánico José Celestino Mutis iniciaron el proceso de propagación ex situ (fuera de su ambiente natural) de esta planta que crece en ecosistemas tropicales. La planta fue acondicionada en el domo del bosque húmedo Amazonas-Chocó del Jardín Botánico de Bogotá, espacio donde se ha ido adaptando en condiciones satisfactorias creciendo hasta alcanzar los 24 m de altura.
Además de yagé, esta planta también es conocida con los nombres ayahuasca o caapi. Asimismo, recibe otros nombres por las comunidades y, por ejemplo, es considerada por algunas como una de las plantas más importantes para la medicina tradicional en los pueblos indígenas.
La flor del yagé es hermafrodita. Esto significa que en sí misma contiene los órganos masculinos (estambres) y los femeninos (pistilos). Sin embargo, no es de ella de donde se extraen las preparaciones para los rituales sagrados. Para realizar estas medicaciones se requieren grandes cantidades de los tallos de la liana o enredadera, extraídos del corazón de la selva, con una taxonomía de variedades que solo se pueden identificar por medio de su ingestión, y así saber si es yagé tigre, yagé danta u otras variedades que conocen estos pueblos.