Grupo Río Bogotá
Humedal Meandro del Say, el hogar de paso de más de 5.000 aves migratorias desde 2015
Este cuerpo de agua, ubicado en Fontibón, es el segundo con mayor cantidad de aves registradas en los últimos años.
Los humedales de Fontibón se han convertido en los hogares de paso por excelencia para miles de aves migratorias que llegan a la capital. Un ejemplo de ello es Meandro del Say, uno de los dos cuerpos de agua más importes de la localidad, que ha recibido más de 5.000 de estos ejemplares en los últimos seis años.
Algunas de las especies registradas son la tyrannus tyrannus y tyrannus savana, además de patos canadienses y tringas, aves que vienen desde Norteamérica huyendo del invierno. Estos pájaros de cabeza y cresta gris clara, cola negra con extremo blanco y pecho color blanco, suelen migrar a Bogotá y sus humedales en octubre, para luego regresar a finales de marzo e inicios de mayo a sus hábitats en el norte del continente.
Esta, sin embargo, no es la única especie que ha migrado a este cuerpo de agua. Según la Fundación Humedales Bogotá, el Meandro del Say pasó de tener 73 especies de aves registradas en 2015, a 103 para 2020, es decir, un aumento de 30 especies nuevas en seis años. En 2021, el número ascendió a 34, para un total de 107 especies registradas en este ecosistema.
“La localidad de Fontibón tuvo un aumento significativo de aves, tanto en el humedal Capellanía, que tuvo el mayor registro de ejemplares, como en el Meandro del Say, que ocupó el segundo lugar. En este último, el fenómeno se debe, sobre todo, a un trabajo importante que realiza el colectivo ‘1 + del Say’”, mencionó Jorge Emmanuel Escobar, director de la Fundación Humedales Bogotá, quien además resaltó la importancia del trabajo colaborativo para hacer estos registros.
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De acuerdo con la oenegé, de 2015 a 2020 han registrado 18 nuevas especies en los 15 humedales de Bogotá. Ahora, suman 208 especies en total, 156 de ellas terrestres y 52 acuáticas.
Con esta información actualizaron los registros de la última investigación que llevó a cabo la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO) en 2015. Se trata de “Aves de los Humedales de Bogotá, aportes para su conservación”, un compilado de los alados registrados en todos los cuerpos de agua declarados de la ciudad.
Escobar explicó que el objetivo de este ejercicio era actualizar el registro de aves en los humedales de Bogotá, algo que no se hacía desde 2015. Para ello, constituyeron un equipo multidisciplinario de voluntarios, biólogos, ingenieros ambientales y comunidades locales, cuyo objetivo es conservar la fauna y flora de estos ecosistemas.
En el Meandro del Say, los monitoreos de biodiversidad los lideró el colectivo ‘1 + del Say’, en cabeza de Camilo Castañeda. Este grupo ayudó a recolectar información y registrar las nuevas especies de aves.
¿Por qué migran las aves al Meandro del Say?
A primera vista parece positiva la llegada de tantas aves a este humedal. Sin embargo, Escobar explica que estos movimientos podrían evidenciar un problema que afecta tanto a los ecosistemas, como a los ciudadanos: el cambio climático.
Para el director de Humedales Bogotá, algunas especies llegan a estos cuerpos de agua urbanos por los cambios en la temperatura, producto de las actividades humanas. “Muchas de estas especies vienen de tierras más bajas del país y suelen llegar a Bogotá porque la ciudad se está calentando, principalmente, por el cambio climático, lo cual hace que migren más especies”, dijo.
Este cuerpo de agua, junto al humedal Capellanía, se han convertido en los dos ecosistemas que más han aumentado sus registros de aves. Lo anterior se da, explica la Fundación, en medio de algunos problemas como lo son el déficit hídrico, la sedimentación, la pérdida de área de inundación, invasión de su área protegida, especies invasoras, entre otras. Prioridades del ecosistema que las autoridades no han atendido.