GRUPO RÍO BOGOTÁ

Imponen medida de suspensión de vertimientos a curtiembre en Chocontá

Los municipios de Villapinzón y Chocontá, ubicados en la cuenca alta del río Bogotá, albergan alrededor de 120 curtiembres, cuyas actividades generan una altísima contaminación en el afluente y los ecosistemas del territorio.

29 de julio de 2021
Funcionarios de la CAR presumen que las aguas residuales de la actividad se vierten directamente al suelo.
Funcionarios de la CAR presumen que las aguas residuales de la actividad se vierten directamente al suelo. | Foto: CAR

Una de las principales funciones de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) es garantizar la protección y conservación de los recursos naturales en los municipios que hacen parte de su jurisdicción.

Es por eso que funcionarios de la autoridad ambiental hacen constantes monitoreos, visitas y operativos para verificar que las actividades que se desarrollan en el territorio no afecten el medio ambiente y cumplan la normativa.

La cuenca alta del río Bogotá tiene 21 municipios. Foto: EAAB. | Foto: EAAB

Este jueves, a través de la Dirección Regional Almeidas y Guatavita, la CAR desplegó un operativo en tres curtiembres del municipio de Chocontá, ubicado en la cuenca alta del río Bogotá, para identificar contaminación a ecosistemas en la zona.

Las curtiembres son lugares en donde se lleva a cabo el curtido, es decir, convertir las pieles de los animales en cuero. Una actividad que genera vertimientos químicos, pelambre y descarnado, líquidos contaminantes que afectan el entorno.

En su recorrido, funcionarios de la Corporación encontraron vertimientos producidos por el curtido de pieles en uno de estos lugares. Como consecuencia, impusieron medida en flagrancia de suspensión de vertimientos, con el fin de frenar esta actividad que estaba afectando, principalmente, al suelo.

Se encontraron aguas residuales producto de la actividad de curtido de pieles que eran depositadas en una poceta que hay al lado de la curtiembre y no encontramos salida a estas aguas, por lo que se presume que se vierten directamente al suelo”, explicó Hernán Garzón, director de la regional Almeidas y Guatavita de la Corporación.

Los funcionarios encontraron que el responsable de la curtiembre no tenía el permiso de vertimientos expedido por la Corporación.
Los funcionarios encontraron que el responsable de la curtiembre no tenía el permiso de vertimientos expedido por la Corporación. | Foto: CAR

La medida consiste en una suspensión de vertimientos por disponer aguas residuales del curtido de pieles al recurso suelo y, a partir de la visita, se generará un informe técnico para que se inicie el proceso sancionatorio.

Con la medida, la Corporación busca evitar que este tipo de industrias dispongan las aguas residuales contaminadas en los recursos naturales agua o suelo, como en este caso. En el operativo, que tuvo el apoyo de la alcaldía municipal y la Policía de Chocontá, encontraron que el responsable de la curtiembre no tenía el permiso de vertimientos expedido por la Corporación.

La jurisdicción de la Dirección Regional Almeidas y Guatavita se centra en los municipios de Chocontá, Guatavita, Machetá, Manta, Sesquilé, Suesca, Tiribitá y Villapinzón, ubicados en la cuenca alta del río Bogotá. Y en lo corrido de 2021, ha impuesto cuatro medidas preventivas de suspensión de vertimientos a curtiembres.

Curtiembres, el primer golpe de contaminación del río Bogotá

Villapinzón es la cuna del río Bogotá. Ubicado a 80 kilómetros de la capital, este municipio de Cundinamarca alberga el páramo de Guacheneque, un ecosistema a más de 3.400 metros de altura en donde brotan las primeras gotas de agua de este afluente.

Allí el río aún es cristalino y no tiene rastro de contaminación. Sin embargo, luego de zigzaguear 11 kilómetros entre frailejones, musgos, árboles del bosque alto andino, el Bogotá llega a los cascos urbanos de Villapinzón y posteriormente Chocontá, en donde empieza a sufrir los embates de los vertimientos y contaminación.

Estos municipios basan su economía, principalmente, en los cultivos de papa y en las curtiembres para hacer diferentes prendas de vestir. Existen alrededor de 120 lugares que desarrollan esta actividad en Villapinzón y Chocontá, lo que los convierte en la segunda zona del país con mayor producción curtidora. La primera es el barrio San Benito de Bogotá, donde hay alrededor de 300 curtiembres.

En estos municipios, son solo algunos los establecimientos que tienen Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para cumplir la normativa ambiental. Es por eso que muchos atribuyen a las curtiembres que las aguas del río Bogotá pasen de un nivel casi nulo de contaminación a uno regular.