RESTAURACIÓN
La CAR sembrará más de 30.000 árboles en la ronda del río Bogotá
El objetivo es que los alrededores de este afluente se conviertan en un gran corredor verde con especies nativas que permitan el regreso de la fauna nativa.
La cuenca del río Bogotá tiene 589.143 hectáreas, las cuales albergan diferentes ecosistemas con centenares de especies de fauna y flora. Esta riqueza natural, sin embargo, se ha visto afectada por el crecimiento poblacional acelerado en este territorio de Cundinamarca y el desarrollo de actividades económicas fuera de las normativas ambientales.
Es por eso que en varios terrenos de la cuenca ha sido necesario impulsar actividades de restauración para luchar por ecosistemas degradados por cuenta de la actividad humana. La reforestación con especies nativas, por ejemplo, es una actividad fundamental para recuperar bosques, humedales, pastizales o páramos.
En ese sentido, diferentes actores y entidades se han comprometido con la recuperación y protección, no solo del río Bogotá, sino de los ecosistemas que hacen parte de su cuenca. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), por ejemplo, aprovechó la celebración del cumpleaños 483 de Bogotá para anunciar la siembra de 35.000 árboles en predios aledaños al río Bogotá.
El anuncio lo hizo el director de la autoridad ambiental, Luis Fernando Sanabria, en el Meandro del Say, uno de los 15 ecosistemas declarados como Parques Ecológicos Distritales de Humedal, ubicado en la localidad de Fontibón, en Bogotá.
Para empezar con el proyecto de arborización, la Corporación plantó de manera simbólica 60 árboles en el humedal Meandro del Say en compañía de varios funcionarios de la entidad y con el apoyo de los soldados de la Brigada 33 de Aviación del Ejército.
“En 2021 la CAR cumplió 60 años trabajando por la vida en el territorio, por ello son 60 árboles los que estamos regalándole hoy a nuestra capital que, además, simbolizan el inicio del gran proyecto con el que buscamos reverdecer los predios cercanos al río Bogotá. Hay árboles frutales para propiciar la comida de las aves y otras especies, y nativos para fortalecer la parte hídrica de nuestro río”, dijo el director de la CAR.
El chicalá rosado, mano de oso, hayuelo, espino garbanzo, chicalá amarillo y arrayán, fueron algunas de las especies sembradas en este ecosistema urbano. Según Sanabria, estos ejemplares son certificados y miden aproximadamente un metro, lo cual garantiza su supervivencia.
De acuerdo con la Corporación, este proyecto se suma a los 85.000 árboles que ha sembrado la Corporación a lo largo de 68 kilómetros de la cuenca media del río Bogotá. Y a su vez, entra en la meta del Gobierno nacional de sembrar 180 millones de árboles para 2022.
Con esta iniciativa la autoridad ambiental regional busca, además, que los alrededores del río Bogotá se conviertan en un gran corredor verde con especies nativas que permitan el regreso de la fauna.
Biodiversidad extrema
La protección de la ribera del río Bogotá es clave para proteger la biodiversidad del territorio. En su cuenca hidrográfica se han registrado 542 especies de animales, 322 especies de aves, 76 de mamíferos, 55 de anfibios y 66 de reptiles. Muchos de ellos, incluso, son endémicos, lo que significa que no existen en ningún otro lugar del mundo.
Además del río Bogotá, esta cuenca alberga alrededor de 90 cuerpos hídricos como embalses, humedales y lagunas donde habitan especies de plantas como el junco, el buchón, el botoncillo o la lenteja de agua, que hacen parte de las 169 especies de flora que se registran en este territorio.
Los páramos de Chingaza y Sumapaz también hacen parte de la riqueza natural de la cuenca del Bogotá, en donde, además de estos dos ecosistemas, han declarado 46 áreas protegidas del orden nacional y regional.
Proteger estos ecosistemas y especies, sin embargo, es tarea de todos los habitantes de la cuenca. Las actividades de restauración impulsadas por las entidades y organizaciones ambientales, así como las megaobras de descontaminación como las Plantas de Tratamiento de Aguas residuales de El Salitre y Canoas, deben complementarse con un cambio de comportamiento de los ciudadanos.
El primer paso empieza en casa y adoptar una cultura ambiental con hábitos amigables con el entorno, es el primer paso para proteger el río Bogotá y la biodiversidad de su cuenca.