MEDIOAMBIENTE
Las aguas subterráneas podrían ser la solución a las crisis hídricas globales, según la ONU
Este organismo multilateral indica que el uso de agua aumentará a un ritmo anual del 1 % durante los próximos 30 años.
En el mundo, unos 2.200 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura, 4.200 millones no cuentan con servicios de saneamiento seguros y otros 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos, según datos del Bando Mundial.
Las brechas en el acceso a fuentes de abastecimiento de agua y saneamiento, el crecimiento demográfico, el uso intensivo de agua, la mayor variabilidad de las precipitaciones y la contaminación son factores que se conjugan en muchas regiones, transformando al agua en uno de los principales riesgos para el progreso económico, la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible.
A esto se suman las amenazas que genera el cambio climático. Esta es precisamente una de las razones por las cuales la Organización de Naciones Unidas considera que una de las salidas a las crisis hídrica, que se vive en muchas partes del mundo, son las aguas subterráneas, las cuales pueden proporcionar a las sociedades beneficios sociales, económicos y medioambientales.
Así lo determina el último Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2022, dado a conocer esta semana. Los análisis indican que actualmente las aguas subterráneas aportan la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico por la población mundial y alrededor del 25 % de la extraída para el riego, con las que se irriga el 38 % de todas las tierras de regadío del planeta.
No obstante, la importancia y potencial de este recurso natural no se comprende lo suficiente y se subestima, se contamina, se gestiona mal y se sobreexplota, según asegura el informe. La directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay, alertó que estas malas prácticas pueden tener consecuencias irreversibles.
“Para satisfacer las necesidades fundamentales de una población mundial en constante aumento y para hacer frente a las crisis climática y energética globales, es esencial utilizar de manera más inteligente el potencial de los recursos hídricos subterráneos, aún poco explotados, y protegerlos de la contaminación y la sobreexplotación”, afirmó.
El documento advierte que la sobreexplotación y la contaminación a la que se somete a esas aguas pueden tener efectos devastadores sobre el recurso y su disponibilidad, por lo que insta a los gobiernos a dejar de ignorar el tema, ante lo que se puede avecinar y a desarrollar políticas para gestionar estas aguas de forma sostenible para encarar las crisis de agua tanto en la actualidad como en el futuro.
Más consumo y también más sequías
El panorama no es alentador. El informe de la ONU proyecta que el uso de agua seguirá aumentando a un ritmo anual del 1 % durante los próximos 30 años y esto sumado a las sequías, que son cada vez más agudas provocadas por el cambio climático, hará al mundo dependiente de ello.
Agrega que en un planeta con una demanda creciente de agua, en el que los recursos hídricos de la superficie con frecuencia son escasos y están sometidos a un mayor estrés cada día, el agua subterránea está destinada a ser reconocida como un recurso que ha permitido a las sociedades humanas prosperar desde hace milenios.
Para ello es determinante que los países y gobiernos se comprometan a desarrollar un marco adecuado y eficaz de gobernanza de este tipo de aguas, asumiendo un liderazgo y la responsabilidad en el manejo de las mismas.
¿Qué sucede en Latinoamérica?
Con respecto a América Latina y el Caribe, el reporte indica que menos del 30 % del agua que se utiliza proviene del subsuelo dada la relativa abundancia de aguas superficiales en la región, que hacen menos necesario recurrir a las fuentes subterráneas.
La investigación detalla que en los países latinoamericanos y caribeños que sí dependen de las aguas subterráneas, la mitad de ellas se usan para el riego, un tercio se destinan al uso doméstico y el resto se dedican a la industria.
Asimismo, apunta que en la región, la protección y el monitoreo de las aguas subterráneas son deficientes, lo que da pie a la explotación intensiva o contaminación, poniendo en peligro la sostenibilidad del recurso y su accesibilidad para las poblaciones más vulnerables que dependen de estas fuentes para obtener agua potable.
“Las aguas subterráneas desempeñan un papel importante en los sistemas de abastecimiento hídrico en la mayoría de las ciudades de América Latina, aunque no siempre son la principal fuente de abastecimiento. También representan el 50 % del agua utilizada por el sector industrial”, concluye el informe.