MEDIOAMBIENTE
Mujeres y niñas, las más afectadas por el cambio climático
El 80 % de los desplazados por desastres relacionados con el clima es mujer, según un informe del PNUD.
Desde tiempos ancestrales, las mujeres han tenido una relación especial con la naturaleza. Su contribución al bienestar y el desarrollo sostenible de sus comunidades es incalculable, así como al mantenimiento de los ecosistemas, la diversidad biológica y los recursos naturales del planeta.
Sin embargo, hoy están siendo gravemente afectadas por el cambio climático. De acuerdo con un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el 80 % de los desplazados por desastres relacionados con el clima es mujer.
Según esta agencia de la ONU, lo más grave es que el reconocimiento de lo que las mujeres aportan o pueden aportar a la supervivencia del planeta y al desarrollo sigue siendo limitado. La desigualdad de género y la exclusión social no hacen más que aumentar los efectos negativos de una gestión medioambiental insostenible y destructiva para las mujeres y las niñas.
La persistencia de normas sociales y culturales discriminatorias, como el acceso desigual a la tierra, al agua y otros recursos, así como la falta de participación de las mujeres en las decisiones que tienen que ver con la planificación y la gestión de la naturaleza, hacen que con frecuencia se ignoren las enormes contribuciones que estas pueden hacer, precisa el informe.
Vulnerabilidad en países en desarrollo
El PNUD precisa que las mujeres de los países en desarrollo suelen ser las primeras en responder a la gestión del capital medioambiental que las rodea, pues todo el tiempo interactúan con los recursos naturales y los ecosistemas, y por eso los valoran.
Son las que se encargan de recoger agua para cocinar y limpiar, buscan alimentos en ríos y arrecifes, y recogen la leña; paradójicamente, son estas cosas las que las hacen más susceptibles ante las inclemencias del cambio climático.
Asimismo, aunque la degradación del medioambiente tiene graves consecuencias para todos los seres humanos, afecta especialmente a las mujeres, cuya salud es más frágil durante sus periodos de embarazo y maternidad.
Ante esta realidad, en el marco de la COP26, que se lleva a cabo en Gasglow, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo que “abordar el rápido cambio climático es una cuestión de justicia e igualdad con los más vulnerables y afectados, incluidas las comunidades indígenas, los países menos desarrollados y nuestro centro de atención hoy y todos los días: las mujeres”.
Para la funcionaria, el calentamiento global es una amenaza multiplicadora, que amplía y acelera las desigualdades existentes en cuanto a género en todas las sociedades.
Dijo que en su país hay un paquete de medidas por US$ 1,85 billones enfocado en salud, familia y cambio climático, que reflejan el objetivo del gobierno de Joe Biden de “reconstruir mejor con mujeres”. Sin embargo, la propuesta de ley está detenida en el Congreso debido a la oposición de algunos demócratas.
Propuestas insuficientes para reducir emisiones
Por otro lado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) presentó un análisis de su último Informe sobre la brecha de emisiones y expresó su preocupación en torno a que no se está haciendo lo suficiente para reducir las emisiones, uno de las principales causas del calentamiento global.
Por esta razón, los gobiernos deben adoptar medidas de urgencia y con más ambición para lograr este propósito, según indicó esta agencia de la ONU.
El informe señalaba originalmente que, con los actuales planes nacionales y compromisos, el mundo estaba camino de reducir alrededor del 7,8 % de las emisiones anuales de efecto invernadero en 2030, una brecha enorme con respecto al 55 % necesario para frenar el calentamiento global a los 1,5 grados centígrados.
“En este momento, cuando revisamos lo que hemos conseguido de los compromisos, francamente, es como un elefante dando a luz a un ratón. Tenemos que pensar si eso es suficiente o si podemos estirar más”, dijo la directora ejecutiva del Programa, Inger Andersen, al referirse a la actualización de los planes nacionales y los compromisos, que solo conseguirán que el mundo reduzca el 8 % de las emisiones para el final de esta década.
Para la directiva, las promesas de los países son en general vagas, poco transparentes y como si fuera poco, algunas tratan solo los gases de efecto invernadero, mientras otras se centran en el carbono y muchas de estas se quedarán en el “tintero” más allá de 2030.