Medio Ambiente
¿Qué hacer con los hipopótamos que residen en el país?
La castración química, la cacería controlada y el retorno de las especies a África son algunas de las alternativas que se plantean para solucionar el problema.
En medio del día internacional de hipopótamo, y tras la reciente advertencia del Ministerio de Ambiente sobre la declaración de este animal como especie invasora en Colombia, se planteó una pregunta que involucra a los individuos que residen en el país, muchos de los cuales fueron adquiridos por Pablo Escobar, pero que ahora son responsabilidad de la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare). ¿Cuál será el destino de estos hipopótamos?
Para abordar la problemática, la revista Pesquisa, de la Pontificia Universidad Javeriana, entrevistó a Germán Jiménez, doctor en ciencias biológicas, quien recordó que la idea de devolverlos a África, el continente del que provienen originalmente, era casi imposible, ya que luego de muchos años, y de haber llegado a Colombia desde zoológicos de Estados Unidos, estos ejemplares presentaban un inconveniente para las autoridades extranjeras, ya que estos podían representar un “riesgo genético y de transmisión de enfermedades para su fauna nativa”, por lo que era poco probable que estas los recibieran.
Sin embargo, el mantenerlos en el país sin un control haría que estos se reprodujeran, aumentando los riesgos para las especies que conviven con ellos en los diferentes ecosistemas, es decir, tanto sus deposiciones como sus formas de vida pueden llegar a beneficiar el desarrollo de algunas especies, pero afectar directamente a otras, lo que cambiaría el medioambiente colombiano tal como se conoce.
Alternativas como la castración química o física son altamente costosas y pueden alcanzar costos de más de 40 millones (COP) por animal. También son poco eficientes pues los hipopótamos continuarían afectando la vegetación y la fauna local como los manatíes. 🆘 pic.twitter.com/3gKyzd9BZ3
— Pesquisa Javeriana (@PesquisaPUJ) February 15, 2022
La universidad indica que las deposiciones de los hipopótamos, que van a dar al río Magdalena, en conjunto con los sedimentos de este afluente pueden aumentar la producción de fosfato y nitrógeno del agua. Lo que llevaría a poner en peligro especies nativas del país. “Es el caso del manatí del Caribe, que actualmente está en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y coincide con zonas de reporte de hipopótamos”, recalcó el informe de la universidad, esto sin mencionar las enfermedades que pueden llegar a transmitir a otros animales.
Ante esto, otras de las opciones que han salido a la luz y que varios se plantean es la caza de estos hipopótamos para así terminar con la situación. En ese sentido, Jiménez explicó que este tipo de actividad no es ni siquiera frecuente en África, “nadie se los come, ninguna comunidad de personas consume o caza activamente para consumirlos... Se ha determinado que los hipopótamos son portadores de parásitos internos como de externos. Se calcula que pueden tener alrededor de unas 20 o más especies de estos parásitos”, explicó el doctor.
Con respecto a la casa indiscriminada de estos animales, el experto afirmó que este tipo de práctica debía realizarse bajo criterios éticos, los cuales también serían complicados de justificar ante la opinión pública. Incluso, citó el caso del hipopótamo Pepe, en 2009, cuando un cazador, por órdenes de una fundación, sacrificó al animal por ser un riesgo para otras especies, pero en Colombia debería ser controlado por el Estado, por lo que esta podría ser una de las opciones viables para el país.
“No es una matanza, no es un salir a disparar al animal porque sí, no. Hay unas consideraciones éticas y profesionales. Se considera que otras medidas de control no funcionan, entonces se recurre a la cacería de control para detener el crecimiento de la especie que se considera una amenaza”, confirmó Jiménez.
Por otro lado, en el artículo de la universidad se descartó la castración física o química, además de ser demasiado costosa también podría llegar a ser ineficiente, y la reubicación de los animales tampoco fue una opción, ya que continuarían los problemas de expansión de la especie y solamente se trasladarían las situaciones problemáticas a otros territorios del país.