Día Internacional de la Diversidad Biológica
Si la diversidad biológica tiene un problema, la humanidad también lo tiene, dice la ONU
En el mundo, más de un millón de especies de animales y plantas están en riesgo de desaparecer. Este 22 de mayo, cuando se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica, el llamado es a ser parte de la solución.
Examinar la relación que como seres humanos tenemos con la naturaleza es urgente y este sábado 22 de mayo, cuando se celebra el Día Internacional de Biodiversidad Biológica, es una buena fecha para hacerlo, pues el planeta evidencia una acelerada pérdida que fauna y flora que pone en riesgo la supervivencia de la especie humana.
Dada la importancia de la educación y la conciencia públicas sobre esta amenaza, las Naciones Unidas decidieron proclamar la celebración de esta fecha, como una forma de llamar la atención sobre esta problemática. Para este año el tema es: “Soy parte de la solución”.
Según la Organización multilateral, los recursos biológicos son los pilares que sustentan las civilizaciones. Los peces proporcionan el 20 % de las proteínas animales a unos 3.000 millones de personas. Más del 80 % de la dieta humana está compuesta por las plantas y aproximadamente, el 80 % de las personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud.
Pero la pérdida de esta diversidad amenaza todos estos ámbitos, incluida la salud humana. Existen pruebas de que perder la biodiversidad podría aumentar los casos de transmisión de virus de los animales a los humanos, mientras que si se conserva, esta podría ser una herramienta en la lucha contra pandemias como la que actualmente padece el mundo por el coronavirus.
Tendencias
Si bien cada vez somos más conscientes de que la diversidad biológica es un bien mundial de gran valor para las generaciones presentes y futuras, el número de especies disminuye a un ritmo acelerado, debido a la actividad humana.
Precisamente, el último informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES) patrocinado por varias agencias de la ONU, indica que alrededor de un millón de especies de animales y plantas están ahora en peligro de extinción y muchas podrían desaparecer en tan solo décadas, lo que representa una amenaza de una dimensión sin precedentes en la historia de la humanidad.
Se estima que el 75 % de los ecosistemas terrestres y un 66 % de los marinos ya están “gravemente alterados” y más del 85 % de los humedales que existían en 1700 se han perdido.
Graves causas
Es un hecho. En los últimos 50 años, el planeta ha palidecido drásticamente por la explosión del comercio global, consumo, crecimiento desenfrenado de la población humana y la expansión urbanística, actividades que están provocando una destrucción y degradación acelerada en la biodiversidad mundial.
“Estamos en un planeta con una sobreexplotación de los recursos naturales a un ritmo sin precedentes. Las últimas áreas realmente vírgenes que aún nos quedan están en unos pocos países, y como resultado de esto, el mundo natural se transforma más rápido que nunca”, reveló el informe Índice Planeta Vivo (IPV) 2020, elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), presentado en septiembre del año pasado.
Según este análisis, el motor más relevante de la pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres es el cambio de uso de suelo, principalmente la conversión de hábitats nativos prístinos (bosques, praderas y manglares) en sistemas agrícolas, mientras que gran parte de los océanos ha sufrido sobrepesca.
“La conclusión es clara: la naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global”, indicó, en su momento, Roberto Troya, director regional de WWF para América Latina y el Caribe.
“Además de la producción de alimentos, la biodiversidad del suelo proporciona una amplia gama de funciones y servicios de los ecosistemas, incluida la retención y purificación del agua, el ciclo de los nutrientes, la degradación de algunos contaminantes y la regulación de los gases de efecto invernadero, así como el mantenimiento de plantas y animales”, puntualizó Luis Germán Naranjo, director de Conservación y Gobernanza de WWF Colombia.
Pérdida de especies en Colombia
Otro estudio denominado Colombia Viva- Informe 2017, desarrollado por esta misma organización ambientalista y uno de los que más acerca a realidad de los ecosistemas en el país, habla de 85 grandes tipos de ecosistemas y se calcula que 31,3 % de su área ha sufrido alguna transformación.
En el informe se nombran 20 ecosistemas que se encuentran en estado crítico (CR) y 17 ecosistemas en peligro, que sumados conforman casi la mitad de los ecosistemas nacionales. Este alarmante deterioro de la base natural de recursos en el país compromete seriamente la supervivencia de muchas especies y limita la provisión de servicios que permiten la supervivencia y bienestar de los colombianos.
De acuerdo con la información consignada en los Libros Rojos de Especies Amenazadas de Colombia, el 2,22 % de las especies presentes en el país se encuentran en una de las tres categorías de amenaza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Peligro Crítico, Amenazada o Vulnerable).
De las 1.853 especies de plantas evaluadas, 665 (36 %) se encuentran amenazadas de extinción. La situación de la fauna terrestre colombiana es también preocupante: de 284 especies de animales terrestres, 41 están en Peligro Crítico, 112 Amenazadas y 131 son Vulnerables. De avanzar estas tendencias, Colombia tendría que borrar de la lista de su biodiversidad especies de abejas que cumplen funciones críticas de los ecosistemas, o colibríes, paujiles, loros y monos araña, entre otros.
Ante este desolador panorama, el llamado no es otro que a conservar, a proteger, a ser amigos de la naturaleza, pues de su salud dependerá también la de los seres humanos.