MEDIOAMBIENTE
Bojonawi, una pequeña reserva natural en el Vichada, donde brota la biodiversidad de la Orinoquia
Aunque no representa ni el 1 % del área total del Vichada, en los últimos 10 años se han registrado 1.455 especies de flora y fauna, algunas endémicas o desconocidas para la ciencia.
Hace dos décadas, Fernando Trujillo y los investigadores de la Fundación Omacha quedaron maravillados con la biodiversidad de un pequeño rincón del departamento de Vichada, un sitio cerca del municipio de Puerto Carreño, bañado por las aguas carmelitas del río Orinoco.
Allí se encuentra la laguna El Pañuelo, el único cuerpo de agua formado entre rocas del Escudo Guayanés en la mitad de la sabana, un lugar que motivó a los investigadores de Omacha a emprender una misión para blindar ese tesoro natural virgen y misterioso de las fauces del desarrollo desordenado y el apetito insaciable del hombre.
“En 2003 iniciamos conversaciones con don Benito Munévar, dueño de los predios, para adquirir las tierras y poder consolidar una reserva natural. Sin embargo, como vimos que era necesario mantener las áreas circundantes de la zona, convencimos a otros dos amantes de la naturaleza, Sandra Bessudo y Joaquín Umaña, a comprar los dos predios vecinos”, dice Trujillo.
Los tres predios, que suman 4.650 hectáreas, pasaron en comodato a la Fundación Omacha y fueron bautizados como Bojonawi, nombre que en lengua de los indígenas sikuani significa perro de agua. El terruño inexplorado se convirtió en una reserva natural por medio del apoyo de la Asociación Red Colombiana de Reservas Naturales de la Sociedad Civil (Resnatur).
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En 2009 Omacha consolidó el plan de manejo ambiental de la Reserva Natural Bojonawi (RNB), una joya natural que se convirtió en uno de los mayores epicentros y laboratorios para las investigaciones científicas sobre la biodiversidad colombiana.
“En Bojonawi hemos generado diversas alianzas con institutos, universidades y empresas del sector privado, una articulación que ha permitido mantener la reserva y ser un referente de investigación y conservación en la región y un punto estratégico de la Reserva de Biosfera El Tuparro”, precisó Trujillo.
El Instituto Humboldt es uno de los aliados en la conservación de este tesoro natural. “Esta reserva, una pequeña, pero rica, extensión de tierra y agua en el Vichada, ubicada en las cercanías de las bocas del río Bita sobre el río Orinoco, representa un verdadero laboratorio de estudio biológico, evolutivo y de conexión con las comunidades locales”, informó Hernando García, director de esta entidad.
La reserva es la casa de 429 especies de plantas, 336 de invertebrados y 690 de vertebrados, ramillete que incluye uno de los grupos de animales más desconocidos en el país, las esponjas de agua dulce, además de tres posibles nuevos taxones de mariposas y seis tipos de peces que no se habían identificado en Colombia.
En sus terrenos fueron reportadas dos nuevas especies de reptiles: la tortuga matamata (Chelus orinocensis) y un reptil del género Amphisbaena sp. que está en proceso de descripción. En cuanto a aves, los científicos confirmaron la presencia de tres especies.
Dos tipos de mamíferos característicos de las sabanas y ríos de la Guayana tienen presencia en Bojonawi: el armadillo sabanero (Dasypus sabanicola) y una subespecie de delfín rosado (Inia geoffrensis humboldtiana). Además, es uno de los sitios con mayor presencia de murciélagos poco conocidos en Colombia.
Los investigadores encontraron que las rocas del Escudo Guayanés, ubicadas a lo largo del río Orinoco en su paso por la reserva, presentan una alta riqueza de macroinvertebrados acuáticos, anfibios y reptiles, como la rana Leptodactylus lithonaetes y el lagarto Tropidurus hispidus.
Los grandes mamíferos también gobiernan Bojonawi. En los años de estudio han sido registrados el jaguar (Panthera onca), el puma (Puma concolor), el ocelote (Leopardus pardalis), el jaguarundi (Puma yagouaroundi), la tayra (Eira barbara), el zorro cangrejero (Cerdocyon thous) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis).
Todos estos hallazgos biodiversos de Bojonawi fueron plasmados por la Fundación Omacha y el Instituto Humboldt en un libro, publicación con más de 500 páginas llenas de fotografías en la que participaron 70 investigadores de 12 universidades, dos institutos, tres ONG y científicos independientes.
El libro, llamado ‘Biodiversidad de la reserva natural Bojonawi’ y que fue editado por Trujillo y los investigadores del Humboldt Carlos A. Lasso y Mónica Morales Betancourt, indica que toda la información generada representa una base fundamental para continuar con la planificación de la investigación y manejo tanto de la reserva como de la misma Orinoquia.
“Las reservas privadas de la sociedad civil son un eje fundamental en la conservación y restauración del capital natural. En estos sitios se reconoce la posibilidad de que un propietario se sume a la tarea de ejercer acciones de conservación en sus propios predios, ya sea sobre ecosistemas estratégicos o con especies amenazadas”, afirman los científicos que participaron en la publicación.
Diversidad de paisajes
La cuenca del río Orinoco figura entre las 10 más biodiversas y con potencial hídrico del planeta. Es un vasto territorio compartido entre Colombia y Venezuela que incluye paisajes andinos, guayaneses, llaneros, con páramos y de piedemonte.
“La Orinoquia guayanesa es una de las regiones más antiguas del país. Luego de millones de años de evolución, este territorio se convirtió en un lugar con ecosistemas terrestres y dulceacuícolas que albergan una biodiversidad extraordinaria y a la vez un elevado nivel de endemismo”, asegura Lasso.
“La laguna El Pañuelo es el sistema léntico más importante de la reserva, con una extensión en la época de aguas bajas de aproximadamente 0,32 km2 de espejo de agua”, informan Lasso y Morales en uno de los capítulos del libro.
“Los ecosistemas terrestres cubren el 62 % de la reserva, siendo la sabana estacional la más representativa. Estas áreas incluyen los complejos rocosos de serranías, ubicados en el sur de Bojonawi, como los cerros Morrocoy y Campana. Sin embargo, la sabana estacional es la de mayor cobertura”, cita la publicación.
En ocho años de muestreos en Bojonawi, los científicos han identificado 247 especies de peces, grupo donde se destacan tetras, sardinas, payaras, bocachicos, pirañas, bagres, mojarras y peces eléctricos.
Entre los resultados más destacados en la reserva están seis nuevos registros de peces para Colombia: Adontosternarchus sachsi, Trachydoras gepharti, Megalodoras guayoensis, Hypostomus rhantos, Gnatholebias zonatus y Plagioscion auratus.
Los ríos y planicies inundables de Bojonawi albergan 184 especies de macroinvertebrados acuáticos, entre otras 130 de insectos, 11 de crustáceos, 10 de moluscos y nueve de esponjas. El único cangrejo (Kingsleya) avistado corresponde al primer reporte de este género para Colombia.
Mamíferos
La Fundación Omacha suma 36 especies de mamíferos no voladores identificados en Bojonawi, grupo que incluye felinos, roedores, zarigüeyas, armadillos, primates, cetáceos, conejos y otros.
“Este número representa el 21 % de los mamíferos terrestres y acuáticos de la cuenca del Orinoco. Los carnívoros y roedores son los órdenes más diversos, con nueve especies”, dijo Trujillo en el libro.
Este ramillete incluye 23 especies de gran porte como el jaguar, puma, ocelote, jaguarundi y nutria gigante; 11 medianas como la zarigüeya lanuda occidental (Caluromys lanatus), un nuevo registro para Vichada; y dos de pequeños ratones (Oecomys concolor y Zygodontomys brevicauda).
Desde 2005 se han registrado 85 nuevas especies, de las cuales tres no se conocían en Vichada: la garza colorada (Agamia agami), el águila cabecigris (Leptodon cayanensis) y el parlotero malcasado (Tachyphonus rufus).
Del total de alados, 265 son de la Amazonia, 233 de los valles interandinos y del Caribe, 171 del Pacífico y 128 de los Andes. Los bosques densos y abiertos presentaron el mayor número de aves, seguidos por la sabana arenosa, afloramientos rocosos y ambientes acuáticos.
En cuanto a mariposas, investigadores de las universidades del Rosario y Nacional identificaron 190 especies en enero de 2017: 70,3 % en las áreas del piedemonte de la cordillera Oriental y 42,6 % en el trapecio amazónico y selvas de la Orinoquia y Amazonia.
Dos especies, Magneuptychia sp. nov. y Nymphidium sp. nov., y la subespecie Nymphidium lisimon sp. nov., podrían ser nuevas para la ciencia. Además, tres tipos de mariposas presentaron una distribución restringida a las llanuras colombianas.
Seres del verde
Por estar muy bien conservados, los ecosistemas de Bojonawi albergan una alta diversidad de anfibios y reptiles, 81 especies en total, fauna representada en ranas, tortugas, caimanes, lagartos y serpientes.
Comparada con otras 10 localidades de la cuenca amazónica y el límite occidental del Escudo Guayanés, la reserva se ubicó entre las zonas con mayor riqueza de herpetofauna junto con Chiribiquete y La Lindosa.
Este tesoro de la Orinoquia alberga nueve especies de tortugas y tres de caimanes, de las cuales cuatro están amenazadas: caimán llanero (Crocodylus intermedius), tortuga charapa (Podocnemis expansa), tortuga terecay (Podocnemis unifilis) y la tortuga morrocoy de patas rojas (Chelonoidis carbonarius).
“En la reserva también hay especies de valor de uso y muy poco conocidas para la ciencia, por lo que el área se presta para desarrollar investigaciones sobre la biología y programas de monitoreo poblacional. Es clave evaluar el consumo de estos animales en la reserva”, precisa Morales en el libro.
Respecto a las plantas, investigadores han identificado 429 especies, vegetación que mezcla representantes de la Orinoquia y la Amazonia. Dos son endémicas de la reserva: Cuphea philombria y Dioscorea sp. nov., esta última en etapa de descripción.
“También encontramos nuevos registros de plantas para Colombia y el Vichada, como Justicia parguazensis, Pitcairnia armata, Etabalia dubia, Borreria pygmaea var. Pygmaea y Tocoyena brevifolia, que crecen más que todo sobre los afloramientos rocosos”, revela el libro.
Se encontraron 150 especies de plantas con algún uso ecológico, económico o cultural. Por ejemplo, 25 son utilizadas para carpintería o ebanistería, 16 para la construcción de piezas de los techos y cercas y otras 16 para la elaboración de artesanías.
La biodiversidad del lugar sobrepasa las expectativas de quienes se dedican a investigar toda esa riqueza natural que alberga este pequeño lugar incrustado en medio de la Orinoquia.