MEDIOAMBIENTE
En la Serranía del Perijá quieren restaurar 1.500 hectáreas de alto valor ecológico
Conservar fragmentos naturales, rehabilitar áreas degradadas y fomentar la producción sostenible son las estrategias puestas en marcha en este proyecto.
Dada la importancia ecosistémica que tiene la Serranía del Perijá y las zonas aledañas, en esta área se desarrollan una serie de proyectos tendientes conservar fragmentos de ecosistemas naturales, rehabilitar áreas degradadas y fomentar prácticas productivas sostenibles.
Las iniciativas medioambientales buscan consolidar un corredor biológico entre la Ciénaga de Zapatosa, el valle del río Cesar y la mencionada Serranía. El trabajo se centra en 1.500 hectáreas que están en procesos de restauración en áreas de alto valor ecológico del río Sororia y del arroyo San Antonio.
El objetivo es lograr un mejoramiento de los servicios ecosistémicos, entre ellos, la regulación hídrica, el desarrollo de proyectos productivos asociados a acciones de conservación y el mejoramiento de los ingresos de las familias que le apuestan a estas iniciativas.
Se trata de un trabajo que lleva más de una década, pero que se ha intensificado con el paso de los años. “En el 2009 iniciamos en el río Sororia, y en el 2020 en la cuenca del arroyo San Antonio”, manifestó Armando Calvano Zúñiga, gerente de Biodiversidad y Compensación de la compañía Drummond.
En los planes hay otros proyectos que deben iniciar en 2022, los cuales incrementarán estas áreas en más de 15.000 hectáreas en restauración de bosque seco, en los ríos Sicarare, Fernambuco, Casacara, arroyos el Zorro, La Mula, San Antonio y las ciénagas Mata de Palma y Zapatosa.
En estos se buscará generar cambios de actitud en las comunidades para que se conserven las cuencas de estos afluentes hídricos, permitiendo el desarrollo de iniciativas de producción sustentables.
Igualmente, la empresa minera cuenta con áreas de conservación dentro de sus predios, con una extensión aproximada de 20.000 hectáreas, en las cuales realizan monitoreos de flora y fauna semestralmente, lo que les permite hallar especies de alto valor ecológico, algunas de las cuales están incluidas en los listados de especies amenazadas, por los entes nacionales e internacionales.
Rescates de plántulas
Como estrategia de conservación de la flora nativa, en el lugar se realizan rescates de plántulas y semillas en áreas que serán objeto de intervención y son llevadas a un vivero forestal para posterior siembra en áreas de la multinacional.
“A 2020, hemos plantado más de 700.000 de árboles. Entre las especies más destacadas se encuentran: el Roble (Tabebuia rosea), Guayacan (Bulnesia arbórea), Ceiba Bonga (Ceiba pentandra), Cañaguate (Handroanthus chrysanthus), Ébano (Libidibia ébano), Macondo (Cavanillesia platanifolia) y carreto (Aspidosperma polyneuron).
En lo referente a la estrategia de conservación de fauna, en el lugar hace presencia un grupo de expertos que trabaja en el rescate y la reubicación de especies en áreas de conservación de Drummond donde son protegidas contra la caza ilegal.
Según Calvano, este plan ha permitido el rescate de más de 35.000 individuos de 161 especies, entre los años 2018 a 2020. “En este grupo encontramos especies que se catalogan en los listados internacionales en peligro, como es el caso de algunos anfibios como la rana (Allobates ignotus), la cual se encuentra en peligro crítico; mamíferos como el puma o león de montaña (Puma concolor) y el mono cariblanco (Cebus versicolor)”, aseguró.
También otras que son consideradas con preocupación menor, entre ellas, la tanga (Vanellus chilensis), el pato pisingo (Dendrocygna autumnalis), el galán (Burhinus bistriatus) y el periquito (Brotogeris jugularis)
Trabajo comunitario
Según el directivo, el trabajo desarrollado con habitantes de las comunidades se realiza bajo la figura de aliados o socios, teniendo en cuenta que son ellos los que deciden voluntariamente destinar parte de sus predios a restauración y Drummond les brinda incentivos económicos como reconocimiento a los servicios ambientales que aportan a la zona.
Las inversiones se centran en asistencia técnica, establecimiento y mantenimiento de sistemas productivos, así como de áreas de restauración, en fortalecimiento de las organizaciones campesinas, en procesamiento y comercialización de productos.
La compañía cuenta con un vivero forestal, que tiene capacidad para producir 600.000 árboles al año con una producción de más 200.000 plántulas que son utilizadas para los procesos de reforestación y apoyo a las comunidades para siembra. El vivero cuenta con 55 especies diferentes, entre las que se encuentran el roble, guayacán, ceiba, cañaguate, ébano, macondo y carreto, entre otros.
Uno de los objetivos de la compañía es fortalecer al corto y mediano plazo, iniciativas de conservación comunitaria, mantener e incrementar la producción de árboles en el vivero y apoyar a las comunidades en sus planes de producción asociados a conservación, con el fin de mejorar los espacios sociales.