FAUNA
Julieta, una manatí de 450 kilos rescatada por pescadores en el Parque Tayrona, regresó a su hábitat
El animal había quedado atrapado en redes de pescadores de donde fue recuperado y luego recibió atención de personal especializado durante un mes.
Luego de recibir atención especializada durante un mes y lograr su recuperación gracias al trabajo de expertos, regresó a su hábitat natural Julieta, una manatí de la especie Trichechus manatus, que había sido recuperada por pescadores.
Se trata de un animal de 3,35 metros de longitud total y 450 kilogramos de peso, que quedó atrapada en las redes de los pescadores el pasado 5 de junio, en el sector de las playas de Bonito Gordo, en el Parque Nacional Natural Tayrona.
En una compleja operación, Julieta fue trasladada al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), que en alianza con el Acuario del Rodadero y con el compromiso de los pescadores, le brindaron las atenciones correspondientes para que pudiera recuperarse y retornar a las aguas del Caribe.
Para la rehabilitación del animal, se conformó un equipo de expertos de la entidad ambiental y de Parques Nacionales Naturales, el cual contó con la asesoría científica de la Fundación Omacha y del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe (CCM), organizaciones que cuentan con casi 30 años trabajando en programas de rehabilitación de estos mamíferos.
Después de 30 días de observación, atención y tratamiento, Julieta quedó lista para regresar a su hábitat, con una correa para seguimiento VHF y satelital, la cual permitirá contar con la información sobre sus movimientos, siendo la primera vez que se realiza esta experiencia en la zona.
Importancia de la especie
La cacería indiscriminada es la principal amenaza que afecta a esta especie, cuyas poblaciones están muy reducidas. En el país se encuentra protegida por el Gobierno y las autoridades ambientales para evitar su extinción y es por ello que las entidades correspondientes realizan los esfuerzos necesarios para cuidar los pocos individuos de manatíes que aún existen.
Los manatíes pueden considerarse como “ingenieros de los ecosistemas”, debido a que ingieren grandes cantidades de pastos marinos y plantas flotantes de agua dulce como el buchón o taruya, la lechuga de agua y la batatilla. Estos son productos que utilizan para su alimentación diaria y que puede llegar a representar el 10 % de su peso, lo que, en el caso de Julieta, corresponde a unos 45 kilogramos.
Este consumo permite mantener libres de buchón los cuerpos de agua, especie invasora que normalmente tapona los cauces de los ríos y caños que entran a la Ciénaga Grande de Santa Marta y que representa el primer problema que impide la navegabilidad y conlleva a la sedimentación de estos pasos de agua. También son considerados como indicadores de la salud de los ecosistemas en donde habitan.
En el caso de Julieta serán los mismos pescadores que la encontraron, los que se encargarán de su cuidado y protección, pues este mamífero se liberó con una correa que porta los números telefónicos de la Corporación en caso de que nuevamente se vea en problemas.