No es la primera vez que el ex gobernador de Cundinamarca, Pablo Ardila Sierra, se enfrenta a la justicia. En 1998 la Corte Suprema lo mandó detener. Al final salió avante de ese incidente

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¿Su plata no vale?

El ex gobernador Pablo Ardila no es santo de devoción de muchos, pero eso no explica por qué la Fiscalía rechazó los 5.700 millones de pesos que ofreció como indemnización.

19 de enero de 2008

No se sabe qué le habrá parecido más peligroso al ex gobernador de Cundinamarca, Pablo Ardila Sierra: si las sabanas de África en las que acostumbra a cazar fieras o el pabellón de La Picota donde le tocó estar desde el 26 de diciembre, cuando fue detenido hasta el 12 de enero, cuando fue trasladado al pabellón de los 'para-políticos' en el que hoy se encuentra.

Lo cierto es que el excéntrico propietario del diario El Espacio decidió poner a disposición de la Fiscalía 5.700 millones de pesos para salir de la cárcel. Lo curioso del asunto es que la Fiscalía no le aceptó el pago. El abogado defensor de Ardila, Gerardo Barbosa, dice que el organismo investigador no dio razones claras para su negativa. "Por decirlo de alguna manera, la Fiscalía contestó que no porque no", ironizó Barbosa.

Tras ser detenido, Ardila puso a disposición de la Fiscalía 500 millones de pesos, pensando que esa era la indemnización que reclamaban los 51 areneros del Magdalena Medio a quienes el Gobernador supuestamente había obligado, bajo presión, a venderles sus propiedades por un precio menor al que ellos consideraban justo. La propia Fiscalía le dijo que no aceptaba esa plata porque el reclamo era por 5.700 millones de pesos. Pero cuando presentó una póliza por ese valor -que se haría efectiva en caso de condena-, la Fiscalía la rechazó con el argumento de que debía ser dinero tangible para entrar a estudiar si le concedía o no la libertad provisional.

En todo el trámite, Ardila Sierra no sólo no logró salir de las rejas, sino que perdió los 250 millones de pesos que pagó a la aseguradora.

No hay duda de que la justicia está ante un hombre polémico. Pero ¿todo lo que ha hecho hasta ahora el ente investigador ha sido correcto? La respuesta, para uno de los procuradores que conoce el caso, es no. "En el proceso contra Ardila no aparece que éste haya participado directamente en el negocio de las areneras. Todo se habría hecho a través de una tercera persona. Además, en el expediente no aparece que Ardila hubiera amenazado a los areneros para que le vendieran sus propiedades. Entonces el cargo de extorsión no es muy claro. De pronto pudo haber una estafa", le explicó a SEMANA uno de los procuradores del caso, quien exigió el anonimato.

No falta quienes hablan, en este caso en particular, de una persecución política contra Pablo Ardila, un muchacho que hasta hace poco menos de un mes pregonaba ser un millonario, se daba el lujo de tener una de las mejores casas de Bogotá y se jactaba de no respetar a nadie. Personas allegadas al ex gobernador detenido se preguntaron por qué la Fiscalía lo detuvo a escasos cinco días de terminar su gestión, cuando ya la fiscal que llevaba el caso estaba en receso y por el único delito, de los varios que le están investigando, que le daba cárcel y exigía su salida de la Gobernación. Ese interrogante parece haberlo despejado la Fiscalía esta semana: no hay nada personal y por eso al ex gobernador de Cundinamarca se le empezó a investigar también por delitos relacionados con la administración pública.

"A mi modo de ver, era más fuerte la investigación por delitos relacionados con los contratos de la Gobernación de Cundinamarca", explicó el funcionario de la Procuraduría que pidió que su nombre no fuera publicado. Pero a pesar de que mucha gente dice que Ardila está en la cárcel al borde de la desesperación, todo el mundo sabe que es un gallo de pelea, al menos por su plata.