TEATRO

“El blanco es para ensuciarlo”, Martha Márquez

‘Blanco Totalmente Blanco’ quiere impactar a sus audiencias con una narración no lineal que evoca un thriller psicológico. ARCADIA habló con su dramaturga y directora sobre la inquietante obra de teatro que le ha significado varios reconocimientos.

Angie Valle
19 de septiembre de 2019
El empresario (Orlando Valenzuela), la diseñadora de modas (Natalia Helo) y su marido arquitecto (Jaime Castaño), los protagonistas de este triángulo amoroso. Foto: Casa E

El eje central de la obra, un triángulo amoroso que se configura cuando un empresario (Orlando Valenzuela) se atraviesa en el camino de la tranquila relación de una diseñadora de modas (Natalia Helo) y de su marido arquitecto (Jaime Castaño). Mucho se ha hablado de triángulos amorosos y sus consecuencias, pero esta obra propone un contrato particular con su audiencia. 

‘Blanco Totalmente Blanco’ mira a las relaciones humanas con su particular microscopio dramatúrgico. Su desarrollo y desenlace, dignos de una montaña rusa emocional, atraviesan la comedia, el absurdo y la tragedia. Para estos efectos, el elenco integrado por el reconocido actor de cine, televisión y teatro, Orlando Valenzuela, Natalia Helo y Jaime Castaño resulta fundamental, después de todo, los personajes atraviesan los límites de la lucidez. 

El trabajo le mereció a su creadora, Martha Márquez galardones, como el que le dio la Alcaldía de Cali con la Beca de Creación Estímulos 2018 y el Premio Jorge Isaacs de Dramaturgia 2007. ARCADIA conversó con ella sobre la construcción de este frenético y emocional poema teatral, los amores que la inspiraron en este camino, cómo llegar a la originalidad y dónde radica el éxito de esta obra.

Martha Isabel Márquez Quintero, dramaturga y directora de la obra ‘Blanco Totalmente Blanco‘. Foto: Casa E

¿Cómo llegó el teatro a su vida?

Un novio que tenía, que amaba y adoraba, me terminó y quedé hecha un mar de lágrimas. Él se presentó a la Universidad del Valle a estudiar Comunicación Social y yo, que me había jurado perseguirlo toda la vida, me fui detrás, pero el puntaje no me alcanzó para esa carrera y sí para teatro, y me conformé con al menos perseguirlo dentro de la misma universidad. Así que decidí entrar a teatro por perseguir a un exnovio. Pasé las pruebas y terminé enredada en esto. Me sorprendí, no sabía que servía para hacerlo, y nunca me cambié de carrera, y nunca lo volví a perseguir, quedé atrapada.

¿Qué la llevó a contar esta historia? ¿En qué se inspiró?

Lo primero formal que vi a nivel de escritura teatral fue un taller de dramaturgia con un argentino, Mauricio Kartún, a quien le tengo mucho cariño. Vi ese taller en un evento que organizaba Orlando Cajamarca con el Festival Internacional de Arte de Cali (un evento muy bonito que yo creo que ya existe, estos espacios tan bonitos tienden siempre a desaparecer). Él había logrado traer talleristas de talla internacional, dramaturgos, para que se reunieran con otros dramaturgos y nos aisláramos en una montaña haciendo trabajo creativo. Todo lo que salía de allá era una bomba, todos los dramaturgos salían con ganas de crear o de continuar procesos que iniciaron allá.

Yo fui una de esas. Fui, participé y llegué con unas ganas locas de escribir, pero imagínese lo que yo quería escribir: yo tenía un amor platónico que me desvelaba y yo no podía ni dormir, sentía un amor puro, inmaculado, excelso y yo decía “tengo que escribir sobre esto, alguien tiene que saber que estos amores así tan puros y divinos existen”. Luego dije, “esto se tiene que llamar algo como blanco, porque esto es lo máximo y esto va a ser mi declaración de amor, a ese amor platónico” y empecé a escribir... pero me sentí muy aburrida al leerlo. Entonces pensé, “No, el blanco es para ensuciarlo”. Allí empezó a escribirse este drama que es hoy Blanco Totalmente Blanco, una obra bastante difícil y fuerte para los que la han podido ver en escena. Es algo fuerte lo que ocurre allí, es prácticamente como coger una crónica roja, de asesinatos, crímenes, y darle una transformación poética que justifica las acciones de los personajes. Entonces, nada, de Blanco no tuvo nada, nunca fue una declaración para nadie y ese fue el primer premio de dramaturgia que recibí.

¿Cómo abordar de forma original un tema del que se ha hablado tanto como los triángulos amorosos?

Es probable que sí sea el típico triángulo amoroso, solo que la manera en que se cuenta no es una manera típica. Hay cierto nivel de complejidad en el modo en que se exponen los conflictos de tener un amante y estar casado. Más allá de la escapada, de la volada, de la aventura, lo más complejo es que se mueven fibras humanas, deseos profundos, problemas, ansiedades, angustias y me voy un poco allá, a esa parte de la que generalmente nadie habla, estamos diciendo “hacemos esto”, lo mostramos, y nos reímos, pero cuando uno empieza a decir, “bueno y por qué lo estamos haciendo y para qué lo estamos haciendo”, allí puede surgir la originalidad

Cada persona es un universo único e irrepetible, a partir de ahí podríamos decir que hay originalidad en todo. Pero hay que abrirle la puerta. Más allá de decir “tal persona es original”, hay que conocerse y entender que uno tiene una manera de contar que nadie más tiene. Hay que estar concentrado en tratar de contar a su manera; yo lo conté a mi manera pensando en que había algo más allá de lo obvio del triángulo amoroso.

En un triángulo las cosas suelen salir mal, o peor. Foto: Casa E

¿Cuál el éxito de su obra?

Como dramaturgia tiene una estructura llamativa. Por un lado, carece de acotaciones, así estén están insertas en los diálogos. No se describen los lugares como suele pasar generalmente en las obras de teatro, en las que aparece una cafetería, un restaurante o sale un foco por esta esquina que ilumina el escenario. Esta obra no describe ninguna acción y aún así pasa de todo; hay asesinatos, infidelidad, lugares emblemáticos como moteles, restaurantes, discotecas, pero en ningún momento el texto los menciona eso, entonces esa construcción que hay a nivel de lenguaje es muy rica. 

Por otro lado, el éxito del montaje hoy se debe a los actores. Creo que es un trabajo en equipo y creo que yo puedo tener un texto maravilloso, pero no tengo nada sin buenos actores como lo son Natalia Helo, Jaime Castaño y Orlando Valenzuela, que logren ese nivel de interpretación y abrirse a todos los sentidos que tiene ese texto. Si tenemos un montaje aburrido, demasiado narrativo o poético, no va a resultar algo interesante. 

La historia no busca culpar a alguien, muestra el lado humano de cada uno. ¿Con qué cree que se va el público después de ver esta presentación?

Se van pensando en muchas cosas de ellos mismos. Cuando uno se ve una película, se lee un libro, ve una obra o un cuadro, cuando uno tiene contacto con algo artístico, conecta con algo que ha vivido o algo con lo que se identifica. Por eso la gente sale pensando en sus amores, en la manera en como se ha relacionado, en lo fuerte que es esta historia. También se acuerdan de cosas, porque todos, ya a cierta edad, muy temprana, sabemos qué es ser infiel y nos lo han hecho. No es un tema ajeno.

¿Cómo ha sido trabajar con Orlando Valenzuela? ¿Qué aporta su experiencia?

Es muy recursivo, propone, siempre está dispuesto, escucha las indicaciones, las acoge, las prueba, y se frustra mucho cuando no logra darle el máximo a alguna indicación. Siempre está muy preocupado y muy pendiente de ser muy sólido y muy exquisito en su trabajo como actor, es muy agradable y, para trabajar en equipo, aporta mucho encontrar actores como él.

 Sobre la escena teatral en Colombia, ¿qué se está haciendo bien y qué necesita mejorar para consolidarse?

Nosotros siempre estamos luchando, en cualquier rincón en Colombia donde hay alguien que está haciendo teatro, hay alguien que le gusta, que se apasiona, que está tratando de juntarse con otros para presentar algo, contar una historia en cualquier lugar o pueblo. Siempre parece vigente que, por ciertas condiciones del sistema, vamos a estar luchando. Esto no es nuevo, se lucha por apoyos que cada vez se vuelven más escasos, pero la pasión de los que hacemos esto no se apaga de ninguna forma. Se van los apoyos, pero seguimos trabajando para que esto no se acabe. Yo creo que estamos más vivos y más vigentes que nunca. No sé por qué tenemos que estar en esta lucha constante, pero bueno, estamos ahí presentes. 

¿Qué recomienda a quienes se interesan por el teatro como profesión?

No puedo decir “no estudies esto porque no vas a conseguir trabajo tan fácil” o “mejor escoge otra cosa”. Yo creo que cada uno siente en su corazón un llamado y tiene que seguirlo, apasionarse por eso que eligió. La recomendación es que esté muy seguro y convencido de lo que eligió, del llamado que es su propósito de vida. También saber y ser consciente de tendrán muchas adversidades que van a poner a prueba esa decisión que tomó. Frente a esas se sabe si de verdad ese era su lugar o no. 

De teatro, ¿algo que invite a ver aparte de su obra?

Yo recomiendo que estén pendientes de las carteleras teatrales, porque hay lugares donde uno encuentra programación para ir a ver teatro y animarse para hacerlo. Recomiendo que vayan a teatro, más allá de ver a zutano o vayan a la sala de tal. Claro yo tengo un resto de amigos teatreros y aquí le puedo sacar un listado, pero no, yo creo que es más invitar a que vayan a ver teatro, es una experiencia grata y divertida. Hay de todo para todos los públicos, y necesitamos público, siempre lo vamos a necesitar.

Blanco Totalmente Blanco se presenta hasta el 28 de septiembre mes en la Sala Mayolo de Casa E (Av Cra 24 #41-69, en el Parkway), con funciones de miércoles a sábado a las 8 pm.

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