En el Fanny Mikey

Pornografía en escena

Marcela Carvajal y Patrick Delmas interpretan a una pareja que vive una aventura. La obra es el regreso al teatro del director Felipe Cano después de 12 años.

8 de septiembre de 2015
Foto: Cortesía Teatro Nacional/María Camila Salamanca.

Un entrevistador invisible los desnuda a ambos. O al menos lo intenta. En un escenario sin más recursos que algunas lámparas, unas sillas, espejos y un par de roperos (uno para ella, otro para él) cada uno va recordando su versión de la relación, reconstruyéndola, adornándola y olvidando a conveniencia propia. Todo se recrea en un ambiente irremediablemente nocturno. Así debe ser. Esa es la naturaleza de lo que están haciendo: es misterioso, oculto al resto de sus vidas y círculos sociales, de alguna forma embarazoso y, además, socialmente prohibido. Es pornográfico.

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Inspirada en la película Une liaison pornographique (1999), del francés Philippe Blasband, la nueva obra dirigida por el bogotano Felipe Cano, habla de una pareja que un día decide vivir una aventura, y de sus secuelas. A la vez drama y comedia, Una relación pornográfica es la desesperación de los que sienten que no les queda tiempo.

Marcela Carvajal y Patrick Delmas (quien adaptó el guion en compañía de Fernando Arévalo) interpretan a la pareja que se aventura en un juego de deseo que se les sale de las manos. En escena, los personajes pasan de la conversación al monólogo y responden las preguntas de un personaje invisible que poco a poco los va dejando al descubierto. En el fondo, los dos no se conocen. Y a pesar de ese abismo, quieren lograr una intimidad que al final parece fingida, incompleta.

Hay algo en Una relación pornográfica que no termina de encajar. No tiene que ver con la pretensión morbosa de encontrar en las tablas a una mujer y un hombre desnudos teniendo sexo. Al contrario, ese suspenso funciona. Para Cano, “la pornografía habla de esos deseos ocultos y puede ser interpretada individualmente de maneras distintas”. Pero la entrega de los dos personajes, que sí debería ser evidente, a veces se queda en la pantomima de una obsesión que no convence. El misterio de lo que no se muestra debería ser inspirador pero los lugares comunes (las contorsiones, los besos desencajados, las declaraciones de amor inesperadas) le quitan credibilidad.

La presión para los actores no es poca. Los recursos de la escenografía son escasos y eso hace parte del montaje. “El fuerte está en el texto. Adornar la escenografía era perder en contenido”, explica Cano, quien reconoce que para él también fue difícil. El director llevaba casi 12 años haciendo solo cine y cuando Patrick Delmas y Marcela Carvajal, que también son los productores, llegaron a buscarlo para proponerle el proyecto se hizo la idea de que tenía que ponerse en otro papel.

Una relación pornográfica se estrenó a finales de 2015 en el Teatro Nacional Fanny Mikey y volvió a entrar en temporada desde el 31 de marzo de 2016. Entre una presentación y otra, los actores dicen haber encontrado nuevas facetas. Cano, Delmas y Carvajal se conocen, han trabajado juntos en teatro y televisión. Además, según cuenta Cano, “los artistas tenemos siempre la autocrítica muy elevada y por eso vamos descubriendo cosas nuevas. Pero también tenemos que apegarnos al sentido de la obra”.