Las tablas

Nicolás Montero es el nuevo director del Teatro Nacional

En el lanzamiento de la nueva temporada de la compañía artística, Anamarta de Pizarro cedió la dirección al actor y antropólogo bogotano y de ahora en adelante solo se ocupará del Festival Iberoamericano de Teatro. Compartimos el discurso de Montero.

Daniela Hernández
8 de febrero de 2017
Anamarta de Pizarro y Nicolás Montero en el lanzamiento de la temporada 2017. Foto: Camila Salamanca.

El lanzamiento de la programación del Teatro Nacional 2017 tuvo lugar en la Casa del Teatro. Allí, mediante  una puesta en escena conducida por Alejandro Riaño, reconocidos actores interpretaron fragmentos de obras que harán parte de la agenda del año. En palabras de Anamarta de Pizarro, la directora artística hasta hace dos días, “esta es la bienvenida a un nuevo ciclo en el que el Teatro Nacional se va a reinventar”. Por su parte, Nicolás Montero, que de ahora en adelante asumirá la dirección, aseguró que la institución que ahora dirige tiene el potencial para sacar lo mejor del ser humano a través de la creación.

La obra Los cinco entierros de Pessoa, del Festival Iberoamericano de Teatro -cuya dirección permanecerá en manos de Pizarro- dio apertura al evento que reunió periodistas, actores y directores. Una de sus escenas condujo a los asistentes al interior de la sala, a un escenario con un atril, un piano y un sofá.

Muestras de obras como Tratado de culinaria para mujeres tristes, escrita por Héctor Abad Faciolince, El Porro y El Flautista de Hamelin dieron cuenta de la nueva propuesta que está pensada desde la diversidad de públicos, el respeto por las diferencias y los intereses del hombre contemporáneo. Magia, comedias y dramas para todos los gustos, además de franjas infantiles y musicales que regresan tras años de ausencia, son algunos de los ingredientes que estarán presentes de martes a domingo en las tres salas del Teatro Nacional.

Dentro de la programación, Mi puta obra es uno de los estrenos más esperados. Esta comedia, con la que Daniel Samper Ospina debutará en las tablas, se presentará en el Teatro Fanny Mikey a partir del 7 de marzo.

La programación completa del año 2017 está aquí

El discurso de Nicolás Montero


Montero nació en Bogotá en 1966. Foto: Camila Salamanca.

Quiero pedir un abrazo para Anamarta, ustedes no saben lo que trabaja. La verdad es que no trabajamos hombro a hombro. Ella pone el hombro y nosotros nos colgamos.

Solo una pequeña declaración de principios que solo se puede refrendar con el trabajo:

Ayer, cuando nos reunimos con el equipo del Teatro Nacional, me acordé de una cosa que sucedió en la historia de la humanidad. Cuando la humanidad decidió mandar un mensaje al cosmos optó por crear el Voyager, que iba a ser la primera máquina construida por el hombre que iba a pasar por los confines del universo. Para eso consultaron a un gran científico que se llamaba Carl Sagan, que todos conocieron por la serie Cosmos. Para mandar un mensaje, hicieron un disco de oro en el cual otros seres pudieran acercarse a lo que podría ser el ser humano.

Un poco mamando gallo decía: ‘ahí no pusieron el Plan de Desarrollo de Bogotá, ni pusieron el Código de Policía. No, ¡pusieron creaciones del ser humano! Pusieron el Hombre de Vitruvio, una de las sinfonías de Beethoven y la ecuación de la relatividad de Einstein’.

Cuando los seres humanos se juntaron para decir ‘estos somos nosotros’, lo que escogieron fue los productos de la creación humana. Me gustaría pensar que eso puede ser el Teatro Nacional, esa institución donde vamos a privilegiar lo mejor del ser humano a través de la creación. Creemos, y esto es una declaración de principios, que el mundo nos necesita. Sí, que estamos frente a una crisis, que vivimos en una crisis, y que si no posicionamos los discursos de la creación, no vamos a encontrar una forma diferente de relacionarnos.  

Es de ese tamaño la ambición: que cada noche el Teatro Nacional presente en sus espectáculos obras que indaguen en la condición humana. Sí, es un teatro de todos, y por ello requiere del esfuerzo de todos, la ambición de todos; porque es nuestro Voyager, el sitio donde vamos a celebrar la vida a través de la creación. Y ahí uno tiene que recordar sistemáticamente a Fanny. Uno entonces se pregunta: ‘¿ por qué el teatro pegó tanto en Colombia?’ ‘¿Por la personalidad de Fanny?’, sí, pero también porque ella se conectó con ese espíritu colombiano que celebra el presente fundamentalmente. Un país que mira con cierto recelo al pasado y con desconfianza al futuro, lo que tiene es la celebración de ese presente, y los escenarios fueron inventados hace más de 2.500 años para celebrar ese presente, como la fiesta, como las fiestas de Fanny, como el Iberoamericano.

Le debemos a ese presente explorar la condición humana. Cero  conformismo, toda la ambición porque este es el Voyager, y aquí vamos a expresar lo mejor de nosotros mismos. La institución Teatro Nacional quiere hacerse cargo de esta misión. Así que muchas gracias, esta es la programación de 2017, ha costado muchas noches y muchos días de trabajo. En un año vamos a presentar otra programación todavía más potente, todavía mejor, porque eso es lo que tiene que ser. Y la de 2019, y la de 2020, y la de 2021, porque al Teatro Nacional toca defenderlo, porque es una institución de todos que debe sobrevivir al ego de cualquiera. Es una institución para la ambición y para la creación.