TECNOLOGÍA

5G en Colombia: ¿qué cambios notarán las personas al navegar en un celular o ver una película cuando se implemente esta tecnología?

Los operadores que participan en la subasta son: Telecall, Wom, Unión Temporal TIGO-Movistar y Claro.

Redacción Tecnología
20 de diciembre de 2023
Un celular conectado a 5G Network
Un celular conectado a 5G Network | Foto: Getty Images/iStockphoto

Es imposible entender a la sociedad actual sin la tecnología móvil. Hace 25 años se miraba con extrañeza a las personas que parecía hablaban solas por la calle sosteniendo un extraño aparato. Hoy el móvil es una parte inseparable de muchos de nosotros y cada vez lo usamos menos para hablar. Nuestro móvil es hoy una puerta a muchísimas aplicaciones: mensajería instantánea, redes sociales, juegos, operaciones bancarias, noticias, nuestro médico y un largo etcétera. Esto requiere de una evolución e innovación constante tanto en los terminales que usamos, como en las redes a las que se conectan.

Seguro que ha oído hablar del 2G, el 3G y el 4G. Todas ellas son generaciones de la tecnología móvil. Hoy estamos viviendo el despliegue de la quinta: el 5G.

En este artículo explicaremos las principales características del 5G y qué significará su llegada. Un spoiler: 5G no es 4G + 1, no se trata de una evolución más. Trae cambios significativos que van más allá de las mejoras que supone para nosotros como usuarios directos de la tecnología.

No se trata de descargar más rápido

Ante la pregunta de qué cambios introduce una nueva generación sobre la anterior, la mayoría de las personas contestarían “una mejora de rendimiento”, “mayores velocidades de descarga”. Es cierto que cada generación lleva mejoras relativas a la velocidad de conexión, pero el 5G trae cambios de mayor calado.

El 5G está orientado a los llamados “sectores verticales”: familias de usuarios como la industria del futuro, el vehículo conectado, el gaming, y los servicios de emergencias. Estos sectores aportan diferentes casos de uso:

URLLC (Ultra-Reliable Low Latency Communications):

Comunicaciones ultrafiables de bajo retardo. El objetivo es obtener latencias (tiempo transcurrido desde que se envían datos hasta que llegan a su destino) de un milisegundo y niveles de fiabilidad del 99,999 %.

Una mujer utilizando su celular - Imagen de referencia
Una mujer utilizando su celular - Imagen de referencia | Foto: Getty Images

mMTC (massive Machine-Type Communications):

Comunicaciones masivas entre máquinas. El objetivo es ofrecer conectividad en situaciones con una densidad de dispositivos muy grande (hasta un millón de terminales por kilómetro cuadrado).

Esto es necesario para hacer realidad el llamado internet de las cosas, por ejemplo, en entornos donde sea necesario monitorizar multitud de dispositivos.

En la era de los datos y la inteligencia artificial es fundamental disponer de soluciones para poder obtener y procesar dichos datos. Este tipo de escenarios de uso suelen necesitar también de un muy bajo consumo energético.

eMBB (enhanced Mobile BroadBand):

Banda ancha móvil mejorada. Esto es lo que tenemos todos en la cabeza cuando pensamos en el 5G. Proporciona tasas de transferencia de información mejoradas que pueden llegar a los 20Gbps de pico. Sí, podremos descargar nuestra serie favorita en mucho menos tiempo.

Demostración de uso de 5G en emergencias (noviembre de 2019) en 5TONIC

Sistema de emergencia de salud personalizado 5G (evento de nov. 2019)

Un cambio de paradigma

“5G no es 4G+1″. Esta frase de Mario Campolargo, director de NET Futures, DG CONNECT, de la Comisión Europea, resume el cambio de paradigma que representa el 5G.

No se trata de una mera mejora de rendimiento en la red, sino que la red pasa a ser un agente activo. La red no solo transmite datos de un lugar a otro, sino que es capaz de procesarlos, en el denominado “borde de la red” (edge computing). Esto contribuye también a la reducción en la latencia.

Además, el 5G se beneficia de forma casi nativa de las tecnologías de virtualización de red. Esto hace posible una mayor flexibilidad en la operación y mejora de la red y los servicios que ofrece. Por último, el 5G introduce cambios en la tecnología radio empleada.

También permite segmentar de manera lógica la red, en slices o rodajas, ofreciendo a cada vertical una red que cumple con sus requisitos específicos, sobre una misma infraestructura común.

El laboratorio 5TONIC y el proyecto 5Growth

El diseño y validación de la tecnología 5G ha sido fruto de multitud de actividades y proyectos de investigación.

Los primeros trabajos en 5G tuvieron lugar a principios de la década de 2010, con los primeros trabajos formales de estandarización en 2015. El primer despliegue comercial mundial fue en 2019. En la actualidad se trabaja en la mejora y finalización del 5G, de cara a cubrir todos los objetivos iniciales.

Como ejemplo relevantes de actividad de desarrollo del 5G, hemos de mencionar a 5TONIC. 5TONIC es un laboratorio de investigación abierta e innovación sobre tecnologías 5G. En él se han desarrollado y evaluado multitud de casos de uso reales y aplicables a las distintas industrias verticales, desarrollando soluciones para los sectores de la salud, industria 4.0, videojuegos, vigilancia, transporte, automoción y turismo, entre otros.

Como ejemplo de proyecto de investigación, queremos resaltar al proyecto 5Growth. Se trata de un proyecto financiado por la Unión Europea en el que participan las principales empresas y centros de investigación de Europa bajo la coordinación de la Universidad Carlos III de Madrid.

El objetivo de 5Growth es potenciar a las industrias verticales con una solución 5G de extremo a extremo automatizada, impulsada por inteligencia artificial. 5Growth tiene como finalidad también validar el uso de 5G en varios pilotos reales, situados en Bilbao, Aveiro y Turín.

Este tipo de actividades son clave para el imparable avance de la tecnología. No se sorprenda: los primeros trabajos que definirán el futuro 6G ya están en marcha.

Por: Carlos Jesus Bernardos Cano

Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Telemática de la Universidad Carlos III de Madrid, Universidad Carlos III

Artículo publicado originalmente en The Conversation

The Conversation

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