Tecnología
Abogados, ¿los siguientes profesionales en la mira de la inteligencia artificial?. Así los están reemplazando
Diferentes bufetes ya cuentan con este servicio en su compañía.
El temor de los diferentes profesionales frente a la inteligencia artificial radica en que esta tecnología pueda llegar a reemplazar algunos oficios; en este dilema se encuentran fotógrafos, productores musicales, diseñadores y hasta los propios guionistas de Hollywood, quienes se han visto amenazados por herramientas como ChatGPT.
En esta misma onda se encuentran los abogados, a quienes la inteligencia artificial les ha plantado competencia, pero a quienes también ha ayudado en el ejercicio de su profesión, convirtiéndose en una herramienta bastante útil para automatizar diferentes tareas como la redacción y la investigación.
Según una publicación de The Wall Street Journal, varias oficinas de abogados en el mundo están recurriendo al poderoso programa creado por OpenAI para ahorrar tiempo y recursos en la revisión de contratos, investigación de documentos y corrección de errores.
Si, por un lado, es una ayuda para estas empresas, por el otro, significa una mala noticia para quienes buscan un primer empleo en estos bufetes, pues esas tareas, por lo general, las realizan quienes recién inician a ejercer el oficio de manera profesional.
Lo más leído
El informe se refiere precisamente a CoCounsel, programa desarrollado por Casetex, y la cual es capaz de entender la descripción del asunto por parte de un abogado para que en cuestión de minutos reciba una respuesta en la que se incluyen las fuentes originales, de donde se extraen datos, resumir casos y hasta generar estrategias.
Desde importantes organizaciones de abogados como Alle & Overy, citada en el informe, consideran que en lugar de ver a la inteligencia artificial como una competencia o un agente que pueda reemplazar a los nuevos profesionales, puede ser tenida en cuenta como un apoyo en el ejercicio de las labores.
Justamente, esta compañía reveló que utiliza Harvey, una herramienta basada en GPT-4 para disminuir la carga laboral de los abogados que trabajan allí.
Así mismo, bufetes como DLA Pipper, que también utiliza inteligencia artificial para la revisión de documentos, cree que es indispensable la presencia de un abogado para que pueda corroborar el análisis hecho por esta tecnología y el cual, seguramente, fue hecho en menos tiempo que el que tomaría una persona contratada para ello.
“Algunas habilidades llevan una tarea de 12 horas a 1 hora, pero a la larga reducen el trabajo de 100 días a 1 día”, señaló Chris Nidel, de la compañía Nidel & Pace.
Actualmente, en Estados Unidos, cursa una iniciativa para evitar que la aplicación DoNotPay pueda sustituir a los abogados y ejercer la práctica del derecho. El argumento radica en que esta herramienta no goza de título universitario ni licencia, por lo que no podría ofrecer sus servicios para defender personas ante los tribunales.
El país latinoamericano que busca reglamentar la IA
Hace poco, en Brasil se presentó un proyecto de ley el cual busca regular el desarrollo, la implementación y, por ende, el uso de la inteligencia artificial.
De acuerdo con recopilaciones de O Globo, el encargado de presentar tal propuesta fue el legislador Rodrigo Pacheco, bajo la premisa de poner en un mapa y analizar los impactos en materia económica, pero también social, que trae consigo la innovación tecnológica para el extenso territorio amazónico.
Sin embargo, el texto principal trae adherido otros proyectos, los cuales ya entraron en discusión en el Congreso.
Lo anterior, “apunta a incorporar ideas y sugerencias de una comisión de juristas especializados en el tema de la IA y se presentó un informe final tras 70 audiencias públicas”, según una publicación de Ámbito.
Entre las discusiones, se apunta a la protección de los derechos fundamentales, el régimen democrático y la libertad de expresión y elección de cada persona, al igual que los derechos de los trabajadores.
En ese sentido, se estima que el proyecto entrará a votación con la idea de tomar precaución en cuanto a los límites éticos y posibles impactos que puede tener la inteligencia artificial.