TECNOLOGÍA

¿Agua encontrada en la Luna puede usarse para futuras misiones?

La gran incógnita ahora reposa en si es posible utilizar este líquido para futuras misiones tripuladas a ese satélite y los planes de la Nasa de establecer allí una base permanente.

27 de octubre de 2020
¿Agua encontrada en la Luna puede usarse para futuras misiones?

Luego del importante anuncio de la Nasa en el que detalla que en la Luna fueron encontrados aproximadamente 40.000 metros cuadrados de esta tienen capacidad de retener agua en las llamadas trampas frías, la gran incógnita ahora reposa en si es posible utilizar este líquido para futuras misiones tripuladas a ese satélite y los planes de la Nasa de establecer allí una base permanente.

A pesar de que fue un extraordinario hallazgo, la expertos de la Nasa coincidieron en señalar que es pronto para saber si ese agua es fácilmente accesible y podría emplearse como recurso. Así lo manifestó el director de la división de Astrofísica en la Nasa, Paul Hertz, destacó que aún no se sabe todo lo posible sobre el H2O en la Luna, por ejemplo “si el agua detectado por SOFIA en la cara soleada es accesible para su uso como recurso”.

Hertz hacía referencia al Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA, un avión Boeing 747SP modificado para transportar un telescopio reflector y que ha proporcionado los datos.

El experto, quien destacó que el agua podría estar distribuida por toda la superficie lunar y no solo en zonas sombrías cercanas a los polos, dijo que para la NASA es importante saber todo lo posible sobre el agua en el satélite de cara al programa Artemisa.

El administrador de la NASA, Jim Brindestine, también se hizo eco de la confirmación de la existencia en agua y en su cuenta de Twitter destacó: “No sabemos todavía si podemos usarla como un recurso, pero aprender sobre el agua en la Luna es clave para nuestros planes de exploración de Artemisa”.

Por su parte, el jefe científico de la Misión de Exploración y Operaciones Humanas de la NASA, Jacob Bleacher, destacó la importancia del agua, no solo como elemento imprescindible para la vida, sino que también puede transformarse en oxígeno e incluso en combustible, todos ellos recursos valiosos en la exploración espacial. Saber dónde se puede encontrar agua en la Luna “es un buen primer paso”. “Pero necesitamos saber más para entender si podemos usarla y cómo hacerlo”, consideró Bleacher.

Según el estudio, el agua del cráter Clavius no está en grandes superficies de hielo puro, sino en pequeños depósitos acumulados entre la tierra o atrapados en cristales producidos por pequeños impactos de asteroides. “La sonda Chandrayaan-1 ya detectó hielo de agua en los polos lunares en zonas no iluminadas por el Sol. Ahora presentamos pruebas concluyentes de que hay moléculas de agua también en las zonas iluminadas”, explica Casey Honniball, coautora del estudio.

Su equipo piensa que las moléculas de agua se formaron al impactar pequeños meteoritos y reaccionar con el OH para formar agua. Las moléculas estarían atrapadas en esos cristales y para sacarla habría que fundirlos, advierte.

Su equipo usó datos de dos instrumentos del orbitador de reconocimiento lunar de la NASA, LRO. Combinando estas medidas con modelos 3D consiguieron reproducir el tamaño y la distribución de las sombras, a escalas inferiores a un milímetro.

Cien veces menos que en el Sahara

A modo de comparación, el desierto del Sahara tiene 100 veces la cantidad de agua que SOFIA detectó en el suelo lunar. A pesar de las pequeñas cantidades, el descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre cómo se crea el agua y cómo persiste en la dura superficie lunar sin aire.

El agua es un recurso precioso en el espacio profundo y un ingrediente clave de la vida tal como la conocemos. Queda por determinar si el agua que SOFIA encontró es fácilmente accesible para su uso como recurso, lo que será objetivo principal del Programa Artemisa de regreso a la Luna de la NASA.

Los resultados de SOFIA se basan en años de investigaciones previas que examinan la presencia de agua en la Luna. Cuando los astronautas del Apolo regresaron por primera vez de la Luna en 1969, se pensó que estaba completamente seca.

Misiones orbitales y de impacto durante los últimos 20 años, como el satélite de observación y detección de cráteres lunares de la NASA, confirmaron hielo en cráteres permanentemente sombreados alrededor de los polos de la Luna. Mientras tanto, varias naves espaciales, incluida la misión Cassini y la misión del cometa Deep Impact, así como la misión Chandrayaan-1 de la Organización de Investigación Espacial de la India, y la Instalación del Telescopio Infrarrojo con base en tierra de la NASA, observaron ampliamente la superficie lunar y encontraron evidencia de hidratación en lugares más soleados. Sin embargo, esas misiones no pudieron distinguir definitivamente la forma en que estaba presente, ya sea H2O u OH.

“Antes de las observaciones de SOFIA, sabíamos que había algún tipo de hidratación”, dijo en un comunicado Casey Honniball, autora principal que publicó los resultados de su trabajo de tesis de posgrado en la Universidad de Hawaii en Manoa en Honolulu. “Pero no sabíamos cuánto, si es que había alguno, eran en realidad moléculas de agua, como bebemos todos los días, o algo más como un limpiador de desagües”.

SOFIA ofreció una nueva forma de mirar la Luna. Volando a altitudes de hasta 45.000 pies, este avión Boeing 747SP modificado con un telescopio de 106 pulgadas de diámetro alcanza más del 99% del vapor de agua en la atmósfera de la Tierra para obtener una vista más clara del universo infrarrojo. Usando su cámara infrarroja de objeto débil para el telescopio SOFIA (FORCAST), SOFIA pudo captar la longitud de onda específica única de las moléculas de agua, a 6,1 micrones, y descubrió una concentración relativamente sorprendente en el soleado cráter Clavius.

*Con información de Europa Press

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