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Agujeros blancos: ¿por qué son un enigma que angustia a la comunidad científica?
Expertos están en la búsqueda de evidencia que ayude a resolver el misterio de los agujeros blancos.
Desde hace décadas la comunidad científica ha dedicado sus esfuerzos al estudio de los agujeros negros para así comprender cuál es origen y cómo su fuerza interactúa con otros cuerpos espaciales del cosmos.
Sin embargo, algunos científicos también están preocupados por posible existencia de agujeros blancos, debido a que la teoría indica que sí es matemáticamente posible que dichos objetos estén en alguna parte del universo.
Por lo tanto, si un investigador lograra hallar evidencia sólida que pruebe la existencia de un agujero blanco, este sería sin duda uno de los descubrimientos más importantes que la ciencia ha hecho en los últimos años.
¿Por qué podrían existir los agujeros blancos?
Vale la pena recalcar que los agujeros negros surgen cuando la colosal fuerza de una gran estrella colapsa y comprime todo en una singularidad. La poderosa fuerza de la gravedad que se produce en ese punto es tan grande que ni siquiera la luz tiene la capacidad de ella.
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Pero los científicos teorizan que el nacimiento de un agujero negro también estaría asociado al surgimiento de un agujero blanco. Investigadores creen que al analizar el momento en que nace un agujero negro, incluyendo la explosión que produce su estrella, y si esta se pudiera ver cómo una video en retrospectiva allí, podría estar la clave sobre el origen de un agujero blanco.
Investigadores y teóricos piensan que un agujero blanco representaría un objeto espacial de características espectaculares, pues a diferencia del agujero negro que se traga materia y energía hacia su interior, el blanco sería una gran fuerza que repelería.
Los cuerpos y elementos que interactuaran con el agujero blanco serían expulsados con una fuerza tan grande que podrían superar la velocidad de la luz. Dicha condición causaría que el agujero tuviera un brillo mucho más intenso que el emitido por estrellas mucho más grandes que nuestro Sol.
Otra teoría plantea que los agujeros blancos existen desde el mismo origen del universo y por ello están diseminados por todo el cosmos, pero la ciencia moderna aún no cuenta con las herramientas para detectarlos.
No obstante, algunos expertos consideran que esa teoría no es del todo viable debido a que la estructura y características propias de los agujeros blancos tendrían algún tipo de impacto con las partículas de luz expulsadas, generando una explosión que haría que el agujero blanco pasara a convertirse en un agujero negro.
Por el momento diferentes equipos de investigadores están en la búsqueda de elementos que ayuden a demostrar de forma irrefutable que sí existen los agujeros blancos y a pesar de que aún no hay evidencia sólida, los expertos no se rinden en su investigación, lo cual haría suponer que hay probabilidades de que en un futuro logren un formidable descubrimiento.
Justamente por esa razón, la existencia de los agujeros blancos siguen sigue siendo un debate que se desarrolla en campo de la discusión de teorías e ideas, que por ahora no han sido posible de confirmar por la ausencia de pruebas tangibles.
Hallan extraño objeto en la Vía Láctea
Un equipo de científicos de la Universidad Curtin que también hacen parte de la International Centre for Radio Astronomy Research (ICRAR) han realizado un importante hallazgo asombroso.
Los investigadores lograron encontrar una extraña señal de radio, que es emitida desde un sitio remoto, que se encuentra a unos 15.000 años luz de la Tierra y que podría ser generada por un tipo de estrella.
Los científicos determinaron que ese cuerpo celeste, nombrado como GPM J1839-10, representa un objeto cósmico no identificado, que ha estado emitiendo ondas de radio en un intervalo de 22 minutos. De acuerdo con los astrofísicos, esta es una condición sumamente extraña, al ser una frecuencia sumamente lenta en comparación con otras fuentes de ondas de radio pulsantes.
Tras ejecutar un análisis a fondo sobre la señal captada, los investigadores establecieron que el pulso ha sido generado por muchos años y que la Tierra lo ha podido captar por más de 30 años. Sin embargo, durante décadas ese objeto había pasado desapercibido por los astrónomos.
Según las palabras que ofreció a la prensa Natasha Hurley-Walker, astrofísica que trabaja en ICRAR en Australia, es posible que la fuente de las ondas sea un magnetar, estrella de neutrones alimentada con un campo magnético muy fuerte, la cual gira con una gran lentitud.
Conforme a la astrofísica, por el momento ese objeto estelar desborda la comprensión que actualmente a ciencia posee sobre las estrellas de neutrones y los magnetares, pues se tratan de cuerpos celestiales sumamente raros en el Universo.
Así las cosas, este hallazgo podría replantear las tesis que se tienen sobre ese tipo de estrellas.