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Análisis | Wild Hearts, una feroz cacería en medio de la magia del antiguo Japón
Aunque el juego tiene algunos elementos en común, este título cuenta con características originales que le permiten diferenciarse de Monster Hunter.
Electronic Arts y Koei Tecmo han materializado una colaboración inédita para consolidar el desarrollo de un videojuego que busca hacerle un contrapeso al popular Monster Hunter, videojuego que ofrece a los jugadores una experiencia de cacería cooperativa de monstruos de fantásticos con poderes especiales.
Pese a que evidente que Monster Hunter toma algunos elementos de la exitosa fórmula Capcom, la desarrolladora responsable de la saga Dynasty Warriors ha logrado crear una propuesta atractiva que incluye varios elementos para así poder diferenciarse del título que la inspiró.
Por lo tanto, esta entrega no representa un clon burdo de Monster Hunter, pues cuenta con varias características que la hacen una entrega con identidad propia.
¿Qué diferencias tiene Wild Hearts de Monster Hunter?
Uno de los elementos más importantes del juego y con el que logra marcar diferencia a la franquicia de Capcom, es que en este título la trama juega un papel muy importante y cada evento está conectado con una historia.
Además de poder cazar una enorme variedad de bestias, habrá muchas escenas cinemáticas, conversaciones y un entorno rico que le permite al jugador adentrarse en una aventura con gran profundidad.
De igual manera, es un acierto que el juego se desarrolle en una versión fantástica del Japón feudal, territorio cuyos habitantes tienen diferentes motivaciones y preocupaciones ante las tragedias que han desatado las gigantescas y temibles criaturas llamadas ‘Kemono’.
Por otra parte, el juego incorpora un sistema de construcción que se integra a los combates con las presas de caza. Se trata de unos objetos especiales llamados ‘karakuri’, los cuales se puede fabricar en cuestión de segundo y cuyo diseño brinda algunas ventajas tácticas o de movimiento durante la cacería.
La propuesta del juego es que el jugador aprenda a usar ‘karakuri’ para infligir un mayor daño a los ‘kemono’, detener algunos de sus ataques o controlar el entorno para reducir al mínimo las lesiones que pueden producir los ataques especiales de estas bestias.
No obstante, esta herramienta tiene una evolución progresiva y el jugador tendrá que ir avanzando en la historia del juego o reuniendo los materiales y otros requisitos para poder desbloquear todas las opciones de estructuras que se pueden crear en medio de una pelea.
Mientras el jugador explora todo el mapa de juego encontrará una amplia variedad de bestias, algunas pequeñas que ofrecerán ítems valiosos y otras colosales que representarán un importante desafío para cualquier cazador.
Por ello, esta entrega ofrece cerca de 20 horas de juego completando todas las misiones principales y un par de horas más si se toma la decisión de cumplir las tareas secundarias.
Jugabilidad que mezcla la estrategia con combates desafiantes
Wild Hearts se desarrolla en un mundo abierto cuyas zonas se podrán ir explorando con más accesibilidad a medida que se obtienen las herramientas adecuadas para ingresar a ciertas áreas.
De igual manera, debido a que el mapa abarca un territorio considerablemente amplio, el jugador también tendrá la facultad de establecer bases que permiten mejorar las armas, recuperar objetos de sanación, personalizar el equipo o interactuar con otras personas para habilitar misiones secundarias, las cuales suelen tener recompensas de diferente valor.
En general las cacerías se desarrollan en cuatro grandes territorios de mundo abierto, las cuales cuentan con todo tipo de vegetación y escenarios rocosos, valles amplios o zonas con mucha agua.
Esta entrega ofrece una amplia variedad de bestias por cazar y durante la aventura habrá que enfrentar a lobos gigantes, jabalís, monos, águilas junto a otras criaturas de tamaño colosal y potentes habilidades sobrenaturales que afectan el espacio de cacería.
Por lo tanto, cada ‘kemono’ posee sus propios poderes, ataques especiales y estilo de pelea, de manera que en muchos casos será necesario ajustar el armamento en función de la velocidad, resistencia y otros atributos de la presa.
De hecho, en esta entrega el arsenal que tiene disponible el jugador no es muy amplio, pero esto se compensa con una buena variedad de movimientos de ataque en función de arma que se utilice y un robusto árbol de mejora que hace posible potenciar el daño de los ataques.
En cuanto a sistema de combate, el título propone un esquema de batalla muy parecido a que está presente en los juegos tipo ‘souls’.
Wild Hearts exige aprender los patrones de ataque del enemigo, establecer un ritmo de pelea en función de las armas que se usen y medir con cuidado el consumo de energía que los movimientos al ejecutar un ataque o esquivar un golpe del enemigo.
Gracias a esta fórmula, muchas cacerías tomarán varias horas de prueba y error en donde cada muerte brindará más información para derrotar a una bestia poderosa. La clave en esta entrega es aprender a pensar con calma cada movimiento y ejecutarlos con máxima precisión.
Como se había mencionado antes, este título también cuenta con una mecánica de construcción de estructuras especiales (karakuri dragón y de combate) que además de ayudar a mejorar el campamento del jugador, también son indispensables en las batallas.
Inicialmente, el jugador podrá construir unas cajas apilables que permite acceder a otras zonas o bloquear las embestidas de algunos enemigos, para luego brindar una oportunidad de asestar un golpe potente.
Pero con el paso de las horas se irán desbloqueando otras herramientas como trampolines especiales para esquivar mejor los ataques, un planeador, una enorme ballesta con un arpón que permite adentrarse en áreas muy elevadas.
La propuesta del juego es que los cazadores empleen los karakuri como un recurso táctico para elevar sus posibilidades de vencer en batalla y como una herramienta para mejorar sus capacidades.
Pese a que el título brinda acceso a un amplio repertorio de karakuri de combate, esta herramienta tiene un uso limitado, tanto en la cantidad de veces que se puede utilizar y en el número de variedades que se pueden manejar, pues solo se pueden equipar cuatro tipos.
Este componente hará que el cazador deba preparar estratégicamente su arma, equipo y karakuri, con base al tipo de bestia que irá a cazar. Cada artilugio permite sacar provecho de las debilidades de un kemono en específico y la tarea del jugador será usar la combinación que mayor daño pueda causar.
Finalmente, hay que hablar de las armas, un total de ocho opciones diferentes y con un estilo propio de combate que se basan en el combate cuerpo a cuerpo, daño a distancia y con ataques lentos, pero pesados o movimientos ágiles que otorgan más agilidad a cambio de generar un daño menor.
Escenarios realmente bellos y un mundo abierto lleno de vida
Artísticamente, Wild Hearts brinda escenarios bellamente creados, bien iluminados, con una naturaleza rica y representada con gran calidad de detalle. Lo mismo ocurre con los kemono, al ser bestias imponentes que lucen muy bien, tanto en su diseño como en la animación de cada uno de sus ataques.
La banda sonora también cumple a la perfección su papel, al ofrecer melodías que se ajustan al ritmo del juego cuando se está desarrollando un combato o en los momentos que en se desarrolla una cinemática.
¿Vale la pena Monster Hunter?
En definitiva, Wild Hearts es una entrega que logra marcar distancia entre su propuesta original y Monster Hunter.
En esta entrega los jugadores encontrarán una historia profunda e interesante de explorar, junto a una adictiva propuesta de combate centrada en la planeación y ejecución de una estrategia de ataque.
Además, el título promueve el trabajo en equipo y sus mecánicas están pensadas para que los grupos jugadores coordinen sus movimientos durante las batallas, junto con la posibilidad de colaborar en las cacerías de otros jugadores.
Sin duda alguna esta entrega ofrecerá horas de diversión para quienes buscan una aventura desafiante que se desarrolle con un ritmo más pausado y cuyos combates no sean tan vertiginosos como los que brinda el género ‘hack and slash’.
Por lo tanto, quienes busquen una experiencia con batallas frenéticas con ataques veloces que obligan a oprimir los botones a una velocidad excepcional, seguidas de cinemáticas cargadas de acción, es mejor que consideren otros títulos como Devil May Cry o Bayonetta.