Así es como los hackers pueden vender su intimidad

Cuando Valentina Lizcano, actriz, locutora e influenciadora colombiana recibió el correo de la revista Style* pidiéndole que fuera la próxima portada de la publicación, su reacción fue de emoción e incredulidad.

Sin embargo nunca pensó que luego fuera a ser víctima de chantaje cibernético. “A mí me llegan correos de muchas empresas, agencias, campañas publicitarias, y me llegó este que decía -nos encanta tu cuenta de Instagram, te hemos seguido, somos de la revista tal de Estados Unidos y estamos interesados en que tú seas la portada porque estamos manejando un tema de empoderamiento. Lo primero que pensé fue guau qué chévere que me tengan en cuenta, una colombiana con un hijo pequeño, y en esa época no tenía tantos seguidores. Lo conocen a uno y saben por dónde meterse”.

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Valentina buscó la revista y efectivamente era real, por lo que empezó a entablar una conversación vía mail. “Yo dije listo perfecto, qué hay que hacer, se intercambiaron varios correos en inglés, y como no soy muy buena en ese idioma le pedí ayuda a quien en ese momento era mi pareja. Él empezó a responderle al señor. Entonces se inició una conversación de unos 6 correos. Hasta que el tipo dijo que tenemos que reunirnos por Skype. Dijo que necesitaba verme porque las fotos pueden ser editadas, ya se había concretado precio y hasta contrato me había mandado”.

Los ataques cibernéticos son cada vez más recurrentes e intrusivos. Según Dmitry Bestuzhev, Director del Equipo de Investigación y Análisis para América Latina en Kaspersky Lab, hubo un incremento del 60% en ataques cibernéticos en la región, lo que representa un promedio de 9 ataques por segundo.

Venezuela registra el mayor número de los ataques en proporción a su población con un total de 70.4%, seguido por Bolivia (66.3%) y Brasil (64.4%). Según los datos de la empresa, la mayoría de estos ataques ocurre mientras se está navegando, descargando archivos o cuando reciben adjuntos de correos electrónicos engañosos, y afectan más a los usuarios domésticos que a empresas.

“Tenemos la reunión por Skype, yo con mi novio al lado, y el tipo dice bueno dése la vuelta, me doy la vuelta. Luego dice, -¿será que ella se puede poner un vestido de baño? porque es que las fotos son en vestido de baño y necesitamos verle el cuerpo-”.

Valentina, de 35 años, dice que estos criminales tienen la capacidad de ponerlo nervioso y de coartarlo al punto de hacer lo que ellos quieren, no importa qué tan inteligente sea la persona. “Yo no me sentía cómoda pero pensé que tenía todo el sentido del mundo, él cómo sabe que el cuerpo que sale en Instagram es mi cuerpo, tiene toda la razón, me voy a poner el vestido de baño”.

Se fue a su habitación, se puso el bikini y luego empezó a seguir las instrucciones del señor. “Ojo a esto, el tipo no tenía audio, decía que no le servía entonces era solo escrito, él iba diciendo lo que nosotros teníamos que hacer pero él sí nos oía”.

A continuación el señor le solicita que se quite la parte de arriba del vestido de baño, afirmando que muchas de las modelos usan partes de relleno. “Yo me puse furiosa y dije que no, pero mi novio me convenció y le dijo -ella lo puede hacer pero va a tener las manos ahí o sea no las va a mostrar-, entonces yo con mucho mal genio ya un poco indignada dije ok”.

Según cifras reveladas por la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 55 % de los jóvenes han sido víctimas de ciberacoso. “No puedo explicar como lo ponen a uno de nervioso, yo se que parece tonto y que todo el mundo lo primero que piensa es por qué eres tan boba, pero la cantidad de bobas que existimos es impresionante”, afirma.

Valentina se sacó la parte de arriba, y el instigador le pidió que se quitara las manos. En ese momento su novio y ella reaccionaron. “Dile a ese man que si a mi me están buscando es porque a mi me necesitan y les gusté como era, si no le interesa que dejemos así pero no me voy a quitar las manos”, afirma.

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“Acto seguido el señor empezó a decir que tenía fotos y nos las mandó, -si no se quita las manos va a tener un problema, voy a decir que ella tiene un sitio webcam, y voy a destruir su imagen en Colombia y en todo el mundo-. Me enfurecí y me agarré con el tipo. Desconectamos la llamada y de ahí en adelante fueron varios correos del tipo amenazándome. Esto obviamente tuve que llevarlo a las autoridades”.

El susodicho le dijo a Valentina la dirección donde vivía, el nombre del jardín donde estaba su hijo y hasta el nombre de su madre. ”Uno se siente absolutamente violado y es una violación a la intimidad, y es lo peor que le puede pasar uno”.

Finalmente las autoridades siguieron el caso y encontraron al señor, que reside en Colombia y que ni siquiera usó una cuenta corporativa para hacer el chantaje, sino su propia cuenta de Gmail.  

“La persona que manejó el caso me decía que ahí llegaban niñas que no tenían la misma suerte, -usted paró a tiempo, hay niñas de 15, 17 o 21 años a las que les prometen una vida profesional y que luego las niñas se desnudan y terminan chantajeándolas-, como a mí, con correos presionandolas y las niñas terminan viéndose en moteles y en lugares con ellos accediendo a cosas terribles. Entonces, ¿ese peligro lo corro yo que soy famosa o lo corre cualquier persona?

La historia de la actriz sirve para abrir los ojos ante la inminente amenaza que tanto hombres como mujeres tienen al momento de conectarse con un desconocido por internet. Por lo que el El Centro Cibernético Policial de Colombia da estas 5 recomendaciones para prevenir este tipo de situaciones.

#1. No realizar imágenes de contenido erótico que en el futuro puedan ser usadas para chantajes o extorsiones

#2. Evitar sostener diálogos virtuales con personas desconocidas

#3. Configurar las opciones de privacidad en las redes sociales

#4. Descargar y hacer uso de aplicaciones de acuerdo a la edad

#5. Tener claro que cada actividad realizada en internet deja una huella y las imágenes o videos compartidos pueden seguir en internet indefinidamente.

*Nombre modificado

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